Un paseo militar para los sirios

Líbano está recorrido de Norte a Sur por una cadena montañosa que se extiende paralelamente a la costa por espacio de unos 170 kilómetros dejando junto al mar una estrecha llanura. El valle de Beeka, la pista militar de los sirios, con el río Litani al sur, separa aquella cadena montañosa de la del Antilíbano, próxima a la frontera siria.Las ciudades más importantes, Beirut (700.000 habitantes), Trípoli (127.600) y Sidón (50.000) se hallan en la franja costera. Baalbek, (18.000 habitantes), y que no aparece en los partes de guerra, está en el interior y su cateaoría no es comparable a aquéllas.

La penetración siria se hizo al principio por el Norte y el Este, no sólo con la excusa de la liberación de las dos ciudades sino porque una vez pacificadas éstas, se tiene el camino libre a través del valle de Beeka, de las ciudades de Trípoli y Sidón, así como de Beirut. Parte de las tropas parece haber tomado posiciones tan sólo ante la primera ciudad para, trazando un amplio círculo, acudir a la conquista de Sidón. Si estas operaciones se completan con una penetración por la autopista Damasco-Beirut, la capital podrá ser conquistada rápidamente mediante un ataque desde tres direcciones.

Por tanto, las condiciones fisicas del país facilitan la invasión militar. Se trata de un pasillo fácil para la penetración de los blindados. Y las condiciones políticas tampoco obstaculizaron los movimientos de los soldados de Damasco porque el recíproco encarnamiento entre los grupos quitó ánimos contra un potencial enemigo exterior o debilitó un designio común de independencia nacional.

Sin embargo, no puede excluirse totalmente la posibilidad de una guerra de guerrillas. Divididos políticamente, las facciones libanesas están fuertemente armadas y hacen derroche, incluso, de la artillería pesada para los combates callejeros.

La invasión siria puede provocar una respuesta militar distinta de los libaneses o, al menos, la respuesta común que hasta ahora no se encuentra por parte alguna. Puede también arrebatar a la sangrienta guerra civil que dura desde abril de 1975 el fuerte carácter urbano que hasta ahora tuvo.

Si los sirios ocupan Beirut, la consecuencia puede ser o bien la pacificación del país o la aparición de una nueva forma de lucha que se aproxime más a la guerra convencional.

El panorama militar muestra, en primer lugar, la casi total reducción de los combates a las ciudades y, en particular, en la capital. En segundo lugar, una dispersión de las bandas armadas en el país que se limitan a ocupar el terreno y a esperar. Si los sirios poseen una estrategia, ésta no aparece en las facciones de la guerra civil. Con Beirut ocupada, puede producirse un alejamiento de combatientes y una concentración ulterior, quizá con unos rudimentos estratégicos más concretos.