La corrida concurso, una suma de vulgaridades
La corrida concurso, que había despertado gran expectación, transcurrió sin ninguna brillantez. Quizá el defecto fue de planteamiento. No basta con echar al ruedo seis toros de distintas ganaderías. El toro de concurso ha de ser selecto, con nota sobresaliente en los cuadernos de la divisa, bien presentado. El ganadero ha de ser advertido con tiempo, un año o quizá, para que pueda reseñar la res adecuada y tenerla en cuenta cuando hace los lotes para las diversas corridas que contrata. Tengo entendido que en esta ocasión no se hizo así. Los más enviaron a Madrid siete ejemplares, seis para el festejo que tenían anunciado en San Isidro y otro para el concurso. Así ocurrió, por ejernplo, que Victoriano Martín, acaso por no descomponer los conjuntos que ya tiene comprometidos para el día de la Prensa y para Bilbao, mandó un toro que por trapío, y no digamos por comportamiento, daba vergüenza verlo.Los lidiadores pusieron su mejor voluntad. Más acertado Ruiz Miguel con sus cuadrillas, bastante menos.Galán con las suyas. Sí, procuraron, colocar a los toros de largo para la suerte de varas, pero la lidia no sé limita a eso. Hay que tener también conocimiento de los terrenos, para variarlos cuando sea preciso; recursos, para emplearlos cuando el animal es violento y no se deja domeñar, o cuando aprieta los adentros, para que no acabe entrando al caballo por su cuenta, como ocurrió más de una vez; repertorio para que toda la tarea de colocar y quitar no sea monótona, cual sucedió.
El domingo se celebró la última corrida de feria, que fue de concurso de ganaderías, para Ruiz Miguel y Antonio José Galán, mano a mano
Ruiz Miguel.- Voluntarioso toda la tarde, mató al primero de estocada corta bajísima (ovación y saludos); al tercero, de estocada corta muy baja y rueda de peones (ovación y saludos), y al quinto, de media estocada (petición y vuelta con protestas). Galán.-No pudo con sus toros. Mató al segundo de bajonazo y descabello (algunos pitos); al cuarto, de pinchazo, estocada corta y baja, rueda de peones, en la que uno se éstos ahonda el estoque y seis descabellos (bronca), y al sexto, de pinchazo, dos medías estocadas bajísimas y descabello (bronca). -Otros factores.- Presidió con acierto el señor Mingüez. Hubo un lleno. El premio al toro más bravo se declaró desierto, pues, efectivamente las reses no dieron suficiente juego. En la crónica se analiza el comportamiento de todas ellas.
No vimos lances de capa, no se cuajaron faenas. Ruiz Miguel estuvo tremendamente voluntarioso, pero sin suerte. A Galán, en cambio, la corrida le vino ancha y naufragó lamentablemente.
En fin, el festejo, analizado el comportamiento de toros y toreros, transcurrió así:
1º De Juan Pedro Domecq. Es un toro negro bragao, de 520 kilos, terciado, pero bien presentado y serio, delgado, cornalón y astifino. Echa las manos por delante en los capotes y Ruiz Miguel se limita a pararlo. Lo coloca en el centro del ruedo, pero el animal es pegajoso, lo fijan, y entra al caballo al relance, para un picotazo. Otra vez colocado en el centro del ruedo, tardea, camina mirando al picador, se arranca para y finalmente se arranca alegre. Cabecea en una vara y se arrodilla de salida. Se repite todo en tres encuentros más. En los últimos el picador se limita a señalar y en el último el domecq sale suelto. Es pera y se duele en banderillas. Ruiz Miguel plantea la faena en el centro del ruedo. En unos derechazos entra el toro rebrincado y puntea, pero Ruiz Miguel aguanta con valor hay naturales muy toreros, de buen temple y mando, en los que el diestro aprovecha la noble embestida. Nuevamente por la derecha, sigue el punteo y se producen en ganchones en la tela. En conjunto, el trasteo, ha sido bueno, adecuado a las condiciones de la res.
2º .Miura. Negro entrepelao, 533 kilos. Bien presentado, serio y hondo, muy bien armado, vuelto, aunque, astillados los dos pitones. Se engalla de salida y entra codicioso a los capotes. Galán se embarulla en unas verónicas rápidas. Colocado a mucha distancia, acude pronto y alegre, pero al sentir el hierro se encoge y, empuja con la cara alta. Le pican, trasero, con el caballo apoyado en tablas. En el siguiente puyazo, al que también va pronto y alegre, nuevamente le pican trasero y además tapándole la salida, por lo que resulta imposible saber el comportamiento del toro. Antes del tercer. encuentro escarba dos veces, se va a la puerta de cuadrillas y finalmente acude alegre, pero cabecea. De nuevo la vara es trasera. Pronto en banderillas. Llega al último tercio noble, al principio con la cara alta. La faena de Galán es anodina, cita con la muleta retrasada, abusa del pico. Desaprovecha las condiciones del toro y se escuchan protestas y palmas de tango.
3.º Atanasio Fernández. Negro salpicado, 538 kilos, bien presentado, corto y enmorrillado, ensillado, cornalón, vuelto, astillado del de recho. Entra a los capotes violento y sin fijeza y desarma a Ruiz Miguel. Las cuadrillas no consiguen sujetarle y la primera vara, la toma por su cuenta; se crece al castigo aunque con la cara alta; se revuelve en dos ocasiones. Colocado en el centro del ruedo, varias veces se da la vuelta y escarba. Acercado un poco al caballo, tarde a y al final acomete, para cabecear violento Renuncia a más varas en terrenos del 8 y se va al tercio del 2. En terrenos del 6, se cuela y voltea a un peón. Allí lo colocan bajo el caballo, cabecea y se va suelto. Espera y se duele en banderillas. Tiene mucho sentido y Ruiz Miguel le castiga por bajo en un trasteo emocionante, que termina en desarme. Ante las condiciones de la res aliña.
4.º Palha. Negro zaino, 558 kilos, grande y largo, cariavacado, bien puesto de cabeza algo recogido. Echa las manos por delante en capotes y hay desconcierto entre las cuadrillas .No fijan y entra al caballo por su cuenta. Suena el estribo, con la salida tapada. Colocado de largo, hay dos puyazos de las mismas características. El último es al relance y la vara muy trasera. Se va suelto. Pronto y noble en banderillas. Para la muleta es probón y Galán agudiza este defecto, pues cita retrasado, rectifica terrenos, no aguanta Acaba el toro muy difícil por el derecho y por el izquierdo queda inédito.
5º. Pablo Romero. Cárdeno bragao, 613 kilos, muy bonito, de gran trapío, serio y hondo, muy bien armado. Se ovaciona de salida. Entra codicioso y fuerte a los capotes, y Ruiz Miguel, que se había parado en verónicas-, sufre un acosón. Pronto y alegre en tres encuentros, le pican trasero, no se emplea, se marcha en seguida de los caballos. Hay buenas dobladas de Ruiz Miguel, que continúa con una tanda ;de derechazo, en los que el toro se va con la cara alta. Con la izquierda saca cuatro naturales buenos, aunque sin ligar. Tres más, en los que mejora los anteriores. El pablorromero los ha aceptado con nobleza, pero, a partir de aquí se viene abajo, se queda, quizá asfixiado..
6.º Victorino Martín. Negro bragao, 561 kilos, escaso de trapío, anovillado, cornalón. Se producen grandes protestas por. su presentación. Escarba de salida, se frena en capotes. Galán se inhibe de torearlo. El victorino vuelve a escarbar antes del primer encuentro y tras un picotazo huye al toriles. Ya de cerca, se deja pegar en una vara, sin emplearse se irá suelto, como en dos puyazos más, en los que cabecea con la salida tapada. Espera en banderillas. Queda inédito en el último tercio, pues Galán le pasa por la cara con brevedad, y entra a matar.
El jurado declara desierto el premio al toro más bravo, dado que, efectivamente, los seis han constituido una suma de mediocridades. La decisión se acoge con aplausos, mientras se abronca a los diestros, más a Antonio José Galán, injustamente a Ruiz Miguel, cuando abandonan la plaza.
Babelia
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