"Arespacochaga, inmobiliario antes que alcalde"
« En una segunda inscripción, de 27 de noviembre de 1970, aparece como vocal de la Inmobiliaria Aldebarán -constructora de los bloques de viviendas de la calle Boix y Morer, objeto de amenaza de demolición- don Juan de Arespacochaga, que había cesado en su cargo en el Ministerio y en COPLACO», afirma el semanario Cuadernos para el Diálogo, en su número correspondiente al día 29 de este mes.El informe -titulado «Arespacochaga, inmobiliario antes que alcalde»- hace referencia al silencio pedido por el alcalde de Madrid, a la Prensa, con relación a este caso, en la rueda informativa mantenida con los periodistas madrileños el día 13. Pero, «respetando la voluntad del señor alcalde», Cuadernos no hace referencia, al futuro de los edificios. Sin embargo no deja de «echar una mirada hacia atrás y narrar las vicisitudes que les condujeron a tan grave situación». Según el informe «se trata de una anécdota más, en esa tragedia colectiva vivida por todos los habitantes de Madrid, víctimas de ese ente abstracto llamado «especulación del suelo urbano», pero que, en general, suele tener nombres concretos que a veces salen a flote ».
Tras hacer un detallado estudio de la sentencia del Tribunal Supremo de 12 de enero de 1973, Manolo Revuelta, firmante del informe, traza lo que constituye «una vieja historia, desde que, en los años sesenta, el propietario de la mayor parte de los terrenos a expropiar, Nicasio Pérez, se constituye en empresa y presenta un proyecto de reforma del Plan de Ordenación Urbana de la zona, que fue redactado por J. Blein, arquitecto ligado familiarmente a un alto cargo de la Gerencia Municipal de Urbanismo en esa época.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.