El referéndum constará de dos preguntas independientes

El referéndum anunciado por el presidente Arias el 28 de abril constará de dos preguntas independientes -referidas, respectivamente a la Ley de Sucesión y a la modificación de otras varias Leyes Fundamentales-, según se ha informado a EL PAIS, en áreas gubernamentales en las que se ha manifestado la impresión de que no se ha producido ningún hecho nuevo que avale, un eventual cambio de signo en la prevista consulta a la nación.

Las mismas fuentes han añadido que aunque el tema de la primera pregunta, no ofrece dudas, en cuanto al de la segunda se desconoce por el momento si la consulta versará sólo sobre la modificación de la Ley Constitutiva de las Cortes y la Ley Orgánica del Estado para hacer posible legalmente la sustitución del Consejo Nacional y las Cortes por el Senado y el Congreso de Diputados o afectará también a la Declaración XIII del Fuero del Trabajo, tesis que parece prosperar, tras las últimas noticias sobre el impulso que se pretende dar a la reforma sindical.En cuanto a la fecha del referéndum, que el presidente Arias previó, a título indicativo, para el mes de octubre -siempre que el Rey lo estime conveniente-, la agencia Europa Press señaló ayer, como hipótesis de trabajo, recogida en fuentes bien informadas, el día 15 de octubre.

Por lo que se refiere al resultado del referéndum, la misma agencia dice que se espera un resultado favorable, aunque existe preocupación en medios competentes sobre la posibilidad de que la oposición tradicional arrastre a la abstención a un buen número de seguidores, si no se modifica la inicial postura abstencionista- Otra posibilidad sería que la oposición pida la abstención sólo en la segunda pregunta. En fuentes próximas al Gobierno ha podido detectar EL PAIS que hasta un 20 por 100 de abstención en el referéndum sería soportable, mientras que una proporción del 40 por 100 de inhibición resultaría excesiva y provocaría una crisis gubernamental.

La actitud de la oposición para el mes de octubre estará condicionada al grado de participación en el juego político por parte de los grupos más numerosos. A este respecto, se considerará de primordial importancia tanto la regulación de las asociaciones políticas, como el contenido de la nueva ley electoral, que servirá -en palabras de Arias- para señalar indubitablemente "qué grupos políticos cuentan con verdadera fuerza y cuáles, por el contrario, no son más que unas simples siglas llamadas al ridículo y al olvido».

En medios reformistas pertenecientes a áreas gubernamentales se ha manifestado a EL PAIS un cierto optimismo en el momento presente sobre la próxima entrada en el juego político de los sectores más caracterizados de la oposición.

Las mismas fuentes han señalado la conveniencia, sin embargo, de que a tal participación se llegue después de la unificación de los respectivos grupos en grandes partidos únicos, como podrían ser -añadieron- el socialista, el socialdemócrata, el democratacristiano, así como también un solo partido franquista.

Según parece, en los meses que restan hasta octubre, el Gobierno se esforzará en impulsar y facilitar los respectivos procesos de unificación en marcha de los citados grupos políticos que, por su parte, tienen conciencia de las dificultades que se oponen a ello.