Los socialistas franceses, fieles a la unión de izquierda

«El socialismo es el gran fracaso del siglo XX», afirmó el domingo, sin dudarlo, el príncipe y ministro del interior, señor Poniatowski, en Nancy, en una reunión de las Juventudes Giscardianas. A la misma hora, en Dijon, el líder socialista Mitterrand, que obtuvo el 49,4 por 100 en las últimas presidenciales y, en estos momentos, «recibe el doble de correo que Giscard», subrayé la conclusión irrevocable del congreso extraordinario que estableció la táctica de su partido para las municipales del año que viene: «No se hará alianza ninguna con un hombre que no pertenezca a la Unión de la Izquierda, bajo pena de exclusión instantánea».Por su parte, el segundo de Georges Marcháis y director del diario comunista L'Humanité, Leroy, ante las 100.000 personas que asistieron ala fiesta del PC en París, vio en los ataques del ministro del1nterior «el rechazo por parte de la derecha, a la alternancia en el poder».

El último fin de semana, con una actividad política centrada en las elecciones venideras, confirma el clima dominante en todas las manifestaciones de la vida francesa: negándolo o afirmándolo, los líderes de la derecha y de la izquierda ven un hecho político electoral incluso en el acto de beber un vaso de agua.

Más allá de las fronteras del hexágono, también lo creen así, a la vista de informes, según los cuales, el señor Kissinger ha «presionado» al Vaticano. v a los comunistas italianos, ante el eventual resultado de las elecciones del próximo 21 de junio. Esto explicaría la advertencia de la jerarquía eclesiástica a los católicos, contra sus intenciones de voto en favor del PCI. A los militantes del señor Berlinguer, Kissinger les habría «aconsejado» que no entren en el poder, fuere cual fuere el resultado, en espera de las elecciones alemanas y americanas del otoño próximo.

Después empezaría la etapa «histórica» francesa y la Europa del Sur seguiría el camino trazado por París, se comenta.

Aquí el panorama se clarifica: el resultado fundamental, y totalmente unánime, del congreso del PS viene a decir que «la ruptura con el centro es total» y que las listas con la Unión de la Izquierda, para las municipales, en espera de las legislativas, serán la regla de oro. Las discrepancias entre la mayoría, de Mitterrand, y la minoría del llamado grupo «izquierdista» del PS, el CERES, fue superada en esta ocasión.

Al final de esta semana se reunirán, Por primera vez desde hace un año, los «tres grandes» de la izquierda, Marchais, Mitterrand y Fabre. Pero el resultado de Dijon no quiere decir que, a la hora de la verdad, se realice sin dificultades «Será necesario -dijo Mitterrand- que los comunistas se comprometan a respetar una solidaridad total de gestión en las municipalidades». No obstante, con altos y bajos, el hecho de la unión de la izquierda ya no admite la vuelta atrás. Es lo que lamentó, ayer, el ministro y líder centrista, señor Lecanuet, al responsabilizar a Mitterrand de «dividir a Francia en dos».

El PS, en este congreso, cuidó todos los detalles pensando en lo que considera su futuro destino más o menos inmediato: ser un partido de Gobierno.