El Viti fracasó en Barcelona
Los toros se siguen cayendo y nadie sabe por qué, aunque se barrunta. Hay ofrecidos dicen veinticinco millones de pesetas a quien averigüe por qué se caen los toros. La propuesta no es correcta: debería preguntarse por qué se caen algunos toros; o mejor, por qué no se caen ciertos toros. Si fuera así, aquí optaríamos al premio con ciertas posibilidades de éxito. Y diríamos: Los toros no se caen porque los torean El Hencho y compañeros mártires.Hace unos días la popular mesonera Mayte -quien por cierto el domingo organizó la entrega de premios que llevan su nombre a los triunfadores de la feria de San Isidro de 1975- contestó muy sensatamente a la pregunta de por qué se caen los toros. Y dijo una verdad: sí, a ciertos toreros se les "comen" los toreros.
Entre, los primeros está el Viti. El domingo su exclusivista Balañá le echó a correr por la Monumental de Barcelona, para su reaparición en aquella plaza, unos especímenes de Lisardo Sánchez, bien presentados, que no podían con el rabo. Se sospecha que «esa corrida era la que la autoridad rechazó en Sevilla en la feria, por escasa de pitones. Con todo, El Viti. tuvo un. fracaso rotundo y le abroncaron a modo. El Niño de la Capea escuchó pitos. Y Alcalde, que se sabe perdonar en banderillas la invalidez de las reses, cortó dos orejas.
En la misma tónica de «flojos de manos», «poca fuerza», etcétera, salieron las demás corridas. Naturalmente, con tal género, la jornada taurina del domingo no ofrece rasgos especiales a destacar. Hubo orejas, claro. Las cortaron Ruiz Miguel y Gabriel Puerta en Écija, Rafael Torres y Galán en Osuna. Por cierto que el ganado que se lidió en Ecija era de El Cordobés y dicen las crónicas que dio juego. Si, se dejaron cortar seis orejas y dos rabos. Pero ocurrió que El Almendro lidió antirreglamentariamente el sobrero (se ve que por esas plazas hacen lo que quieren) y salió ilidiable.Sería el garbanzo negro, o no se explica muy bien...
Babelia
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