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La larga marcha hacia la "cumbre"

Representantes de 27 partidos comunistas europeos -todos, con excepción de Islandia y Albania- intentan desde ayer en Berlín tal dar los últimos toques a un documento básico sobre el que desarrollar el concilio rojo, como ha llamado la prensa occidental a la Conferencia comunista paneuropea, que podría celebrarse, tras más de un año de aplazamientos, en el próximo verano.Los intentos soviéticos de realízar esta Conferencia se han visto condenados al fracaso ante la tenaz resistencia ofrecida por los partidos comunistas de Rumanía, Yugoslavia, Italia, España y últimamente, Francia. La ruptura entre centristas y autonomistas se hizo más evidente en la última reunión preparatoria de la Conferencia, que tuvo lugar en Berlín-Este en marzo pasado, cuando los partidos de Europa del Sur, el rumano y el yugoslavo se opusieron a que de la proyectada Conferencia saliese un programa común de acción obligatoria.

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Los partidos autonomistas mantuvieron la tesis de que la Conferencia debía limitarse a publicar un comunicado conjunto en el que se exprese la identidad de puntos de vista de los comunistas europeos respecto a temas como la seguridad, la detente, la coexistencia pacífica y el desarme.

Poco después de la fallida reunión de marzo, Mijail Suslov, ideólogo soviético, miembro del Secretariado y del Politburó, pronunciaba un discurso en la Academia de Ciencias de la URSS en el que criticaba duramente a los partidos defensores de la independencia, calificándoles de «oportunistas» que defienden versiones nacionales del marxismo.

Suslov continuaba así los ataques desencadenados el verano pasado por Zarodov contra la política de «unidad a cualquier precio» de los comunistas de Europa del Sur, a los que recordaba que, en pura ortodoxia, el objetivo inicial, y no final, de sus partidos debía ser el implantar la dictadura del proletariado.

Cuando, en su último congreso, el PC francés renunció a esta noción, para acercarse a la línea autonomista de Berlinguer, el cisma tomó nuevo impulso. Sin embargo, el,comunicado conjunto Breznev-Berlinguer, firmado en Moscú cón ocasión del XXV Congreso del PCUS, parecía indicar que las asperezas se habían limado definitivamente.

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En la reunión preparatoria que se celebra ahora en Berlín oriental se encuentra, entre la delegación soviética, Vadim Zagladín, primer adjunto al departamento internacional del Comité Central del PCUS. Zagladín, recientemente, publicó un artículo en Pravda en el que resaltaba la importancia del internacionalismo proletario.

El artículo de Zagladin, aunque falto de la virulencia de los ataques de Suslov y Zarodov, parece anticipar la postura soviética en la reunión preparatoria, lo que podría nuevamente dar al traste con la Conferencia. Por otra parte, el hecho de que se celebren elecciones anticipadas en Italia el próximo mes de junio, obligará posiblemente a los comunistas italianos, volcados en la campaña electoral de la que esperan obtener un considerable avance, a pedir que se retrase la Conferencia.

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