Doble atentado en Legazpia atribuido a ETA
Un artefacto explosivo, colocado junto al camino que conduce desde el embalse Patricio Echevarría basta la localidad guipuzcoana de Legazpia, causó ayer la muerte del cabo primero de la Guardia Civil Antonio de Frutos Sualdea. La potente carga fue activada, a las nueve y media de la mañana, desde unos caseríos deshabitados que distan un centenar de metros.
Hasta ellos llegaba un cable de color verde utilizado para provocar la explosión. A consecuencia de la misma el cuerpo del guardia civil salía despedido hasta unos diez metros, mientras el lugar quedaba sembrado de piezas del coche.Para conocer el desarrollo de los acontecimientos es preciso remontarse a las cinco de la mañana, hora en la que todo el pueblo pudo escuchar con claridad el ruido de una explosión cuyo origen se conocería bastante después,
Más tarde, la Guardia Civil tuvo noticias de que una ikurriña -bandera nacionalista vasca- había sido colocada en el centro de la presa que cierra el embalse. Una patrulla compuesta por un sargento y tres números subió hasta allí y ante la presencia de un extraño paquete conectado con la bandera, decidió dar aviso a los artificieros del Cuerpo.
Poco después, el cabo primero, Antonio de Frutos y otros dos compañeros subían de nuevo al embalse para impedir que se aproximara nadie al lugar donde se encontraba la ikurriña.
En este momento, el guarda del embalse les informó de que la explosión que se había oído a las cinco de la mañana había ocurrido bajo el coche de Antonio Trigueros Mateo, un vecino de origen castellano y casado con una vasca que regenta el bar del frontón municipal. El Seat 124, matrícula SS-1.839-E, sufrió importantes daños en su parte delantera. Creyendo que en el cuartel no se conocía aún el origen de esta explosión, Antonio de Frutos pidió prestado el coche a uno de sus compañeros y se dirigió con él hacia el pueblo. A unos trescientos metros, el vehículo saltaba por los aires y su conductor resultaba muerto en el acto con el cuerpo totalmente desfigurado.
El atentado tiene las mismas características que el que costó la vida a tres guardias civiles el pasado mes de octubre en la subida de Oñate al santuario de Aránzazu. Sin embargo, en la presente ocasión no parece que la carga explosiva tu viese metralla, ni se ha descubierto tampoco ninguna marca en la carretera para dar una mayor precisión al atentado.
Comando de ETA
En medios próximos a la investigación policial se cree que los autores de esta explosión pudieran ser los miembros de un comando legal de ETA-V que viene actuando en la comarca de Azpeitia, y cuyo responsable podría estar del tenido a raíz de las últimas operaciones de la policía. Incluso se cree saber el sexo y el número de los componentes de este comando.Según impresión generalizada, el propósito de los autores del atentado fue, seguramente, hacer volar el Jeep en el que viajaban los guardias civiles que acudieron en primera instancia a retirar la bandera. Todo hace pensar que en este momento pudo fallarles el mecanismo de activación de la carga.
Fuertes contingentes de la Guardia CiviI, con ayuda de un helicóptero, rastrearon la zona y han montado una rigurosa vigilancia en todas las carreteras de la comarca produciéndose en ocasiones. importantes atascos del la circulación. Numerosos vehículos han sido cuidadosamente registrados al tiempo que se ha intensificado también el control en la frontera.
La capilla ardiente quedó instalada ayer por la mañana en el cuartel de la Guardia Civil de Legazpia, cuyo Ayuntamiento ha suspendido todos los actos programados con motivo de las fiestas patronales. El funeral tendrá lugar a mediodía de hoy en la iglesia parroquial de la villa.
Antonio de Frutos Sualdea había nacido el 19 de abril de 1937 en la localidad burgalesa de Valtiendas. Estaba casado y tenía tres hijos, de doce, diez y siete años de edad. En 1970 había sido destinado a Legazpia, con motivo de su ascenso a cabo primero.
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