Alcaraz y el rito ‘nadaliano’ de las botellas: “No es un tic, simplemente orden”
El murciano se desmarca del hábito del mallorquín y en dirección al duelo del miércoles con Nishioka, admite la “desconexión” sufrida frente a Shevchenko
Una hora después de haber resuelto el debut en Melbourne contra Alexander Shevchenko (6-1, 7-5 y 6-1, en 1h 54m), Carlos Alcaraz departe con cuatro periodistas sentado sobre un sofá aterciopelado y con una de las botellas blancas que distribuye la organización a los tenistas entre las piernas. En la superficie del tapón lucen rotuladas sus iniciales, CA, y al depositarla sobre la moqueta se percibe el sonido metálico. Resulta que hace escasos días, se hizo viral un vídeo en el que el murciano colocaba de manera meticulosa los bidones durante la exhibición previa al torneo frente a Alex de Miñaur y, de inmediato, por las redes comenzaron a circular a toda pastilla los paralelismos con Rafael Nadal, que acostumbraba a ponerle mucho énfasis a ese ordenamiento con el objetivo de concentrarse mejor.
Al murciano se le desliza el tema y ríe. “Si antes me llamaban mini-Rafa, ahora ya ni te cuento… ¡Apaga y vámonos!”, dice ante la pregunta planteada por EL PAÍS, consciente de que cualquier maniobra o gesto que pueda hacer, o cualquier hito que pueda marcar, serán directamente comparados con los del mallorquín, retirado desde noviembre. Y explica a continuación que, en realidad, la precisión que hace con relativa frecuencia no responde tanto a una manía obsesiva como a una mera cuestión de corrección: “No es un tic como tal, pero simplemente me gusta tenerlas bien alineadas; no tanto como a Rafa, obviamente, porque él tiene que dejarlas perfectas… [risas]. Pero intento siempre que estén alineadas y no desordenadas”.
El caso es que toda ayuda es poca para contribuir al objetivo de no bajar la guardia porque Alcaraz, pura generación Z, se da algún que otro paseo mental cuando ve que la cosa va rodada y que su calidad es muy superior a la del rival. Ha sucedido en varias ocasiones desde que es uno de los referentes del circuito y también en el pasado. Cuentan los técnicos que le formaron cuando era un niño que entonces ya tendía a la dispersión, como consecuencia de esa manifiesta superioridad; tan fácil lo hacía y tan rápido podía derrotar a los otros críos que de vez en cuando se dedicaba a inventar o concedía terreno hasta que percibía apreturas y volvía a pisar el acelerador otra vez.
The spirit of Rafa Nadal will forever live on.
— Swish 🍒 Tennis (@Zwxsh) January 9, 2025
Carlos Alcaraz is the true successor.
pic.twitter.com/xkjhVDWhjr
“Ese momento [segundo set] ha sido de desconexión, sin ninguna duda”, admite, en la línea autocrítica que suele ofrecer en la interpretación de los partidos. “Era un 3-1 y 30-0, y luego bola de juego, pero me he jugado una derecha fuerte y se me ha ido larga, y a partir de ahí he encadenado algunas malas sensaciones y el otro ha subido un poco, y me ha costado un poquito”, reconstruye, mientras el desglose numérico del partido revela que ha invertido 28 minutos en sellar el primer parcial y 27 el último, por los 59 del intermedio, en el que el lapsus ha avivado ha Shevchenko, competitivamente a años luz de él.
Altibajos de Djokovic
Consciente del episodio, lo atribuye a que todavía debe entrar en calor y a que las novedades que está aplicando a su propuesta —cinco gramos más de peso en el cuello de la raqueta y un saque más fluido, sin pausa alguna en el proceso— todavía les falta rodaje y naturalidad. Y así es. “Es una desconexión que es normal, al ser el primer partido del año, e intentaremos que no vuelva a suceder o que al menos ocurra menos. Se mejorará”, afirma convencido, pensando ya en que el miércoles tendrá enfrente al japonés Yoshihito Nishioka, al que venció en el único precedente entre ambos, hace tres años en París-Bercy.
En la cita frente al asiático volverá a pisar la central australiana, después de que la organización decidiera programar este primer encuentro en la segunda pista del complejo. “Había entrenado bastante en la Margaret Court esta semana, así que no se me ha hecho muy diferente. Quizá un poquito en la velocidad de la pista, pero a lo mejor luego en la Laver lo siento igual; las sensaciones han sido muy parecidas”, señala, a la vez que aprueba la novedad reglamentaria implementada por el grande oceánico, al acercar los banquillos al jugador, a ras de pista.
“La verdad es que ha ido bastante bien. El tener a Juanki tan cerca y poder dialogar así es bueno. Temía que pudiera ser muy intrusivo, por estar muy dentro de la pista, o de que me molestase de cierta manera en la línea del saque, pero no. Ningún problema. Todo genial, me ha gustado mucho”, apunta al término de una jornada en la que Novak Djokovic se ha dejado un set ante Nishesh Basavareddy (4-6, 6-3, 6-4 y 6-2). “Algunos golpes me han funcionado bien en determinados momentos”, introduce el campeón de 24 grandes, “pero en otros no. Hubo altibajos. De todos modos, terminé el encuentro bien y eso suma de cara a lo que viene”. Por primera vez dirigido por Murray, aprecia sobremanera el “extra de motivación” que puede aportarle el escocés, y se refiere a un potencial encuentro con Alcaraz en los cuartos.
“Estamos muy lejos como para hablar de esos”, previene. “Pero Carlos derrocha intensidad y energía; en ese sentido me recuerda mucho a Rafa. Es un jugador muy completo, porque te puede hacer daño desde cualquier posición y sobre cualquier superficie. Es increíblemente versátil. Es increíble su nivel de madurez tenística y mental para la edad que tiene [21]. Ha ganado Grand Slams estos últimos años y estoy seguro de que no va a parar aquí. Vamos a verlo mucho en los próximos años”, remata el balcánico, mientras Alcaraz coge con esas manos fuertes la botella y se retira por el pasillo para regresar al hotel e ir rearmándose para lo que se avecina: “Buenas noches, señores”.
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