Álvaro Morata: “Soy duro mentalmente, siempre he sacado fuerza de mi interior”
El delantero centro de la selección española relata sus vivencias hasta lograr su obsesión de jugar un Mundial, cómo gestiona la presión y los errores corregidos tras la derrota con Japón para afrontar el duelo con Marruecos
Disputar un Mundial con España era una obsesión para Álvaro Morata (Madrid, 30 años). Su descarte para el de Rusia 2018 fue un varapalo que le costó digerir. Antes de comenzar la entrevista juega a lanzar una botella de agua al aire para que se quede de pie y lo logra tres veces consecutivas. Se ríe cuando se le interpela que se ve que está fino y feliz y que las botellas explican su acierto en los tres goles que lleva.
Pregunta. Por fin, un Mundial.
Respuesta. Sí, la verdad es que muchas veces pensaba que nunca jugaría uno. Era una obsesión. La gente se puede reír con lo de si es un sueño, pero se puede ver cada vez que me he puesto la camiseta de España en una Eurocopa o ahora en el Mundial. Mi primer recuerdo es el de Francia 98, de ver algún partido con mi padre, y en la Eurocopa del 2000 un periódico sacó unos pines con camisetas. Estaban Engonga, Etxebarria… Todavía los conservo en casa de mi padre. Para mí es increíble estar en un Mundial.
P. ¿Se ha sentido realizado?
R. En ese sentido sí, pero me ocupa mucho el pensamiento todo lo que no sea llegar el 20 de diciembre a España con la Copa del Mundo. Tenemos una oportunidad que no puede volver para mí y para muchos de mis compañeros.
P. ¿Cómo gestiona esa presión por ganar que puede jugar en su contra?
R. No es malo si trabajas. Yo tengo aquí a Adri, mi mental coach, que pasa mucho tiempo conmigo, aunque aquí no tanto porque no puede pasar a la residencia. Mucha gente pensará que estoy loco, pero no hay noche que me acueste o día que me levante en el que no piense en España y en el Mundial. Hay veces que me levanto, me pongo los cascos y voy a pasear para afrontar los momentos bonitos y duros que puedan venir, pero siempre en positivo y con buenas energías.
P. Cómo ha cambiado desde la Eurocopa, cuando decía que había días que no tenía ganas de levantarse...
R. Total, la vida es una rueda en todos los sentidos y más en el mundo del fútbol. Son momentos o centímetros que son decisivos. El otro día estaba viendo a Bélgica y es inexplicable que un delantero de la categoría de Lukaku pueda tener esas ocasiones y que no entren. Cuando las cosas no quieren salir, no salen. No soy el único al que le pasa. La gente no es consciente de que unos centímetros te pueden cambiar la vida para bien o para mal.
Mi mujer no quiere ver mis goles hasta que regresemos a España
P. ¿Cómo se lleva ese duelo por el gol claro fallado?
R. Refugiarse en la familia, darse valor… Yo hablo mucho con mis amigos y la gente que me ayuda y trato de no hablar del pasado porque todo está dicho. Tengo la suerte de que tengo a mi mujer y a mis hijos, que son maravillosos y que están siempre en las buenas y en las malas. De hecho, en las buenas hay veces que la efusividad se la doy yo a mi mujer y ella me dice: “Calma que ya sabes cómo es esto. Cuando volvamos a España hacemos el análisis de todo lo que ha pasado, no quiero ver ni los goles”.
P. ¿Su mujer no quiere ver sus goles?
R. No quiere ver nada, está como yo hace tiempo. Me dice: “No los mires hasta que volvamos a casa que los disfrutarás de verdad”. De hecho, el otro día le dije de cachondeo que era la única que faltaba por felicitarme por haber entrado entre los cinco máximos goleadores de la historia de la selección y me dijo: “Ahora no, cuando volvamos a casa lo disfrutaremos, ahora sigue concentrado”. Yo estaba emocionado porque para mí era increíble. Ella me puso en la línea de seguir concentrado al quitarle valor y esto me ayuda mucho.
P. ¿Cómo vive sin la mochila de la presión ahora que se le discute poco como nueve de España?
R. Eso puede volver a pasar. Si Cristiano o Messi no le gustan a todo el mundo, imagínese yo que no les llego ni a la suela de los zapatos. Mucha gente piensa que he sufrido con las críticas y no es verdad. Soy duro mentalmente, pero me he equivocado muchas veces al juzgarme yo a mí mismo y meterme presión. Ese es el error, yo nunca he estado en depresión, he tenido momentos muy duros, pero siempre he encontrado la fuerza dentro de mí para seguir adelante. En los clubes, más que en la selección, me ha pasado que soy tan exigente conmigo mismo que no disfruto y no le doy valor a las cosas, pero en esto he mejorado mucho en los últimos años.
Contra Japón fue un caos de cinco minutos, parecía que ellos habían cambiado a los 11 jugadores
P. La última prueba es cómo se ha ganado el puesto en el Atlético cuando era candidato a ser traspasado este verano.
R. Era una situación muy difícil las dos veces que he llegado al club. Hay gente que pude pensar y decir lo que quiera, pero siempre he querido triunfar en el Atlético. Igual que la selección es una obsesión lo mismo es ganar un título con el Atleti, es primordial. No me puedo perder eso, después de todas las experiencias que he tenido en mi vida, no me puedo perder cómo se vive eso desde dentro en el Atlético, sea una Copa del Rey, una Champions o una Liga. Eso lo tengo que vivir antes de retirarme. Lo hablo con Juanma López [su representante y exjugador rojiblanco] y él ya me lo decía cuando era pequeño, que no tiene nada que ver celebrar una cosa, por muy bonito que sea, con otro club que con el Atlético.
P. Lleva tres goles. ¿Está fino?
R. Sí, pero dos de ellos no han servido para ganar. Al menos, el mío a Costa Rica y el de Soler han servido para estar en octavos, pero he dicho muchas veces que me importa bastante poco meter más o menos goles. Si tengo que estar en el banquillo hasta el 20 de diciembre lo firmo encantado.
P. Es extraño escuchar esto en un goleador, que son egoístas por definición.
R. Puede parecer que lo digo por decir, pero… iba a decir una barbaridad. Me importa poquísimo, de hecho, hay muchas veces que mi personalidad hace que desee y me haría más feliz que compañeros míos que todavía no han jugado, por ver su trabajo y cómo están en el grupo, metieran un gol decisivo. Hay gente que es superimportante en sus equipos y aquí no juega y tienen que estar apoyando y coger otro rol. Trato de hablar con los que juegan menos, aquí nadie tiene una bola de cristal y sabe qué jugador va a marcar. Me encanta el gol de Iniesta, pero me acuerdo muchísimo de la jugada de Fernando Torres, la de Navas subiendo el balón y el pase de Cesc. Los tres habían salido a la final desde el banquillo. Esto es un engranaje y no se sabe quiénes van a ser las piezas fundamentales de una jugada decisiva.
P. ¿No peca de buena persona en un mundo tan competitivo?
R. Cuando era pequeño me decían que no iba a llegar a ser el delantero de la selección o de un club importante porque no tenía maldad.
No pasa nada, aunque una jugada pida una cosa, hacer lo que nos sale del instinto
P. ¿Qué pasó con Japón?
R. Es difícil de explicar, fueron cinco minutos de caos. Por mucho que nos despistáramos, parecía que ellos habían cambiado a los 11 jugadores. Tenían un plan activado de recibir, como el de un boxeador que se pone en la esquina, y esperar el momento justo para golpear. Hicieron cambios y fue una cosa de locos. Nos pilló tan de sorpresa que casi no tuvimos reacción. Estábamos como noqueados, fue increíble, pero también hay que darle valor a ellos. En dos partidos diferentes lo han hecho, primero contra Alemania y después contra nosotros. ¡Cuidado con eso! Un equipo que tiene dos caras así, a cualquiera le va a costar mucho ganarles.
P. ¿Temen que las selecciones hayan descubierto que si les presionan arriba son ganables?
R. Bueno, les tiene que salir bien, porque si superamos la presión puede ser difícil para ellos. Tenemos muchas variantes, lo que tenemos que pensar es que Marruecos va a salir a por todas, es el partido de sus vidas, pero también el de las nuestras.
P. Ellos van a salir con mucha intensidad por la rivalidad vecinal y porque hay muchos compatriotas suyos viviendo en España.
R. Sin duda, pero nosotros también vamos a salir muy motivados. Es una rivalidad de fútbol, yo tengo amigos marroquíes como mi peluquero o el propio Hakimi [Achraf], pero son los octavos de final de un Mundial...
P. ¿Qué han corregido?
R. Darle valor a ponerse por delante con un gol en un Mundial y a que muchas veces, aunque la jugada requiera una cosa, no pasa nada por hacer lo que nos sale del instinto.
P. Kubo dijo que otra selección hubiera mandado la pelota a tomar por saco.
R. Es como en la vida, las cosas que te pueden hacer daño también pueden ser las más maravillosas del mundo, pasa en el amor, en el trabajo, en las familias...
Suscríbete aquí a nuestra newsletter especial sobre el Mundial de Qatar
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.