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Morata: “En la Eurocopa había días que me levantaba y no tenía ganas de nada”

El delantero de la Juventus relata cómo gestionó los silbidos y la fuerte presión a la que estuvo sometido durante el pasado Europeo

Álvaro Morata, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.
Álvaro Morata, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.INMA FLORES (EL PAIS)
Ladislao J. Moñino

”Nos jugamos la vida”, dice Álvaro Morata (Madrid, 29 años) sobre la cita de este jueves ante Grecia, en Atenas, y la del domingo, ante Suecia, en Sevilla, la ciudad que ejerció de anfitriona de la selección en la primera fase de la Eurocopa. “La afición de allí sabe cómo llevarnos en volandas, si alguien me lee le pido que lo den todo porque nos jugamos un Mundial”, prosigue antes de abrirse y reflexionar sobre todo lo que le ha pasado en los últimos meses, incluida una reciente lesión que le cortó un buen inicio de temporada con su club, la Juventus, ahora sumido en una profunda crisis de resultados.

Pregunta. Allegri, su entrenador, dijo recientemente que usted lo da todo por el equipo y que solo necesita marcar para desbloquearse.

Respuesta. He estado casi un mes fuera y por la prisa por volver no estaba bien físicamente. He tenido que trabajar mucho para el equipo y no estaba lúcido para meter goles. Los últimos partidos he estado jugando por la izquierda, casi haciendo la cobertura al lateral. Lo importante es jugar y hacer lo que pide el míster. Obviamente, me gustaría jugar mejor y hacer más goles. Antes de la lesión me encontraba bien y me ha costado volver.

P. ¿Otra vez a la izquierda?

R. Dónde haga falta, en la Serie A no estamos pasando un buen periodo, pero hay un gran grupo. Está muy difícil llegar a los primeros puestos, pero ya lo hemos hecho antes. Lo único que tenemos que hacer es ser objetivos, olvidarnos de cosas que no se pueden hacer e intentar primero meternos en puestos de Champions y después mirar hacia adelante.

P. Con la marcha de Cristiano recae sobre usted una mayor responsabilidad con el gol.

R. Presión tenemos todos, yo como estoy cedido [por el Atlético], puede ser que se hable y me estén mirando más, pero cuando no eres el dueño de tu destino lo único que puedes hacer es trabajar.

P. ¿Cómo gestionó tanta presión que en la Eurocopa?

R. Son cosas de nuestro trabajo. La Eurocopa empezó como empezó, tuve un par de ocasiones que fallé... Hay que asumirlo, no es agradable, pero me sentí superarropado. Si no fuera por el míster y por los compañeros lo hubiera pasado mucho peor. Siempre me quedará en la cabeza que hubiera pasado de ganar a Italia porque con nuestro juego contra Inglaterra hubiésemos tenido muchas posibilidades. Pero lo mejor es que fuera nos hemos ganado el respeto de los rivales y de aficionados que han visto que éramos un grupo sano, de caballeros que ha aplaudido al ganador.

P. ¿Le dolieron los pitos?

R. Es desagradable para cualquier persona. Cuando mi familia o mis amigos tratan de quitarle hierro para que estés bien te dicen ‘no te pitaban a ti, es que no les gustaba el cambio...’ Siempre les digo: ‘Imaginaros un primo mío que trabaja en una gasolinera y le empiezan a pitar y a insultar porque se le ha salido un poco de gasolina’. No hay nadie perfecto, no somos máquinas, sé lo que se me exige aquí. Todo lo que sean críticas desde el respeto o que me piten no me puede enfadar, aunque me moleste, pero hay cosas en las que hay que avanzar, como es el odio que se muestra. No es una buena educación, he visto a niños con padres y a estos con cara de rabia y eso es lo que aprende su hijo. De todas formas creo que algo está cambiando, que la gente se está dando cuenta de que hay límites. Dentro del campo me pueden insultar o escupir, pero fuera cuando voy paseando yo, o mi mujer, con mis hijos, no, es diferente.

P. ¿Por qué ahora exterioriza más que antes?

R. No hay que esconderse. He dicho muchas veces que desgraciadamente he pasado muchos malos momentos y que si hubiera tenido otra mentalidad a lo mejor hubiera sido mejor jugador, pero no hubiera tenido la trayectoria que he tenido. Se habla muchas veces de que tengo periodos malos, pero también tengo mucha fuerza de voluntad para salir de los momentos malos. Aunque suene raro, ganar la reciente Eurocopa hubiera sido una victoria, pero para mí ya lo fue sobreponerme de una situación que, de verdad, era trágica.

P. ¿Tan duro fue?

R. Había veces que me levantaba en la habitación y no tenía ganas de nada. Hasta que bajaba al desayuno y veía a mis compañeros o hablaba con mi mujer por teléfono y recuperaba las ganas de todo. En el momento en el que era la persona más observada de España tiré un penalti ante Eslovaquia, a la que luego goleamos, pero que nos podía haber eliminado. Luego, contra Italia, tiré el que nos dejó fuera, pero creo que hay poca gente que hubiera dado todo lo que tiene como yo para ganar con España.

P. Tiene fama de ser blando de cabeza.

R. Ya no tengo 20 años, no puedo estar preocupado por esas cosas, tengo unos hijos, una mujer y tengo que enseñarles que hay que ir para adelante aunque no tengas ganas. Realmente era muy duro porque yo estaba en la habitación y con cualquier cosa que hiciera me llegaban mensajes, la prensa no le quiero ni contar; la televisión cinco minutos al día… Al final te llegan mensajes del tipo: que cabrón este mira lo que ha dicho este de ti… Es complicado, la suerte que tuve es que tenía unos compañeros que no me miraban como: a ‘este le están matando’, fui uno más del grupo

P. Se le ve muy seguro.

R. Es una pena que cuando los futbolistas llegamos a la madurez no tengamos más fuerza física. Una persona que se está preparando toda la vida para trabajar, con 31 ó 32 años empieza después de la universidad y los másteres, pero a nosotros, con 34, parece que se nos acaba la vida. Yo me considero un privilegiado porque he visto muchos jugadores mejores que yo y al final yo he llegado a base de trabajo y de superar malos momentos. Por eso lo de la mentalidad blanda no lo comparto, he tenido muchos momentos en los que he sido el último y al final he hecho mi trayectoria.

P. ¿Y qué piensa cuando ve a Gavi con 17 años?

R. Lo de ahora es alucinante, cuando yo tenía 17 años me costaba una barbaridad entrenar con el primer equipo y la primera vez que vine aquí, no sé si por ver a Iniesta, a Cesc… Pero ahora ves a Pedri o a Gavi y parece que tienen 32 años, es una cosa de locos. Hoy [por ayer] estaba hablando con Gavi y le he preguntado que dónde vivía y me ha dicho que en La Masia porque acaba de cumplir los 17, ¡la madre que me parió, le saco más de diez años! El aficionado español tiene que reengancharse porque lo que viene es brutal… Hay gente muy buena, si los aficionados se enganchan los jugadores van a notar la fuerza, si se les critica, será más difícil que hagan algo grande.

P. ¿Son tan maduros en el campo como se aprecia?

R. En el campo y fuera, se preocupan mucho más del fútbol y tienen menos distracciones porque hay muchos partidos y menos tiempo para pensar en otras cosas. Tienes que tener la técnica, no solo la madurez, y ellos técnicamente son privilegiados. La Eurocopa que hizo Pedri fue espectacular y con Gavi vi el partido en directo contra Italia y no me creía que fuera su primer partido. Pegaba y se comió a todos.

P. ¿Qué le pide Luis Enrique?

R. Darlo todo hasta que no tenga más fuerza y entonces levantar la mano y pedir el cambio, eso es innegociable. Luego, que dé apoyo para que el equipo pueda salir, a ese juego me he adaptado. No había estado en ningún equipo con este estilo. En la Eurocopa metí tres goles y pudieron ser cinco, la Bota de Oro del torneo estuvo en esas cifras. Es toda cuestión de centímetros, a lo mejor entra la pelota que tú crees que va fuera por medio metro y a partir de ahí va girando la cosa.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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