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La peor Juventus en 60 años

El equipo turinés se descompone sin Cristiano Ronaldo y es antepenúltimo tras haber sumado solo dos empates en cuatro partidos

El entrenador de la Juventus, Massimiliano Allegri, en el partido del domingo contra el Milan.
El entrenador de la Juventus, Massimiliano Allegri, en el partido del domingo contra el Milan.MASSIMO PINCA (Reuters)
Daniel Verdú

Nadie quiere concluir todavía en voz alta en Turín que el peor arranque liguero en 60 años sea efecto de la fuga precipitada de Cristiano Ronaldo al Manchester United. O aceptar que las segundas partes, en este caso el retorno de Massimiliano Allegri al banquillo de la Juve, casi nunca fueron buenas ideas en el fútbol. Pero los números son tremendos después de cuatro jornadas. La Vecchia Signora es antepenúltima -en puestos de descenso- y ha sumado solo dos puntos. Tras ganar el Nápoles al Udinese (0-4), se coloca líder en solitario y le saca 10 puntos de ventaja en solo cuatro partidos. Por mucho menos se han organizado fiestas de tres días en la ciudad del Vesubio. Y también funerales en Turín.

La última vez que la Juve logró solo dos puntos en cuatro partidos seguidos fue en el año 1961. Y el recuerdo no trae nada bueno: los bianconeri terminaron en el puesto 12 de la clasificación. Desde que ha empezado la temporada, ha perdido contra el Nápoles y contra el Empoli. Y solo ha logrado empatar contra el Udinese y el Milan (1-1 este pasado domingo). Es verdad que la semana anterior goleó al Malmö en Champions por 0-3 (goles de Sandro, Dybala y Morata) y la afición se permitió soñar con que todo había sido un cúmulo de mala suerte. Pero ni siquiera Andrea Pirlo, que duró una sola temporada y rompió una racha de nueve scudetti seguidos, firmó un arranque tan malo como el de Allegri. Muchas de las explicaciones, sin embargo, se encuentran en aquel equipo.

La Juventus del año pasado terminó cuarta y entró en puestos de Champions de milagro gracias a un suicidio del Nápoles en el último minuto. El equipo defendía mal, era incapaz de crear juego y vivía atrapado en una relación de amor y odio con Cristiano Ronaldo, que monopolizaba las alegrías en ataque. Este año, más allá del fichaje para el centro del campo de Locatelli, que todavía no termina de adaptarse, el equipo es prácticamente el mismo. Con la diferencia de que es algo más viejo, no tiene al portugués y vive inmerso en un nuevo cambio de sistema al que tiene todavía tiene que adaptarse. Allegri no ha encontrado la fórmula y reconoce sus fallos. “Demasiada suficiencia... y yo me he equivocado en los cambios”, dijo al final del partido contra el Milan. El problema, sin embargo, está en el campo.

La delantera no arranca: solo cuatro goles en cuatro partidos. La inercia del monocultivo de la temporada pasada todavía se nota. La Juventus anterior a Ronaldo marcaba de media 86 goles por temporada, y cuando llegó no pasó de 77. El portugués marcaba unos 30 tantos por temporada, y el resto se acomodó. Se evaporó el juego coral y la confianza de algunos delanteros. Federico Chiesa, la gran estrella de la Eurocopa (el Chelsea llegó a ofrecer 100 millones por él este verano), no termina de despegar. Y la progresión de Dybala, llamado a ser la referencia del equipo (y también uno de los símbolos de Argentina), quedó interrumpida. La Joya ha tenido mala suerte: en la selección se encontró a Messi y en la Juve, a Cristiano. Alguien les proclamó incompatibles y uno de los dos debía sacrificarse o adaptarse. No había dudas. Pero este año sigue sin aparecer (Chiellini dijo que tras la Juve de Ronaldo esta debía ser la del argentino).

La portería, desde el declive y marcha de Buffon, se encuentra a la intemperie. El polaco Szczesny no da garantías y algunos errores suyos han costado partidos (pese a que este domingo salvó a su equipo). La defensa tampoco termina de cuajar, y la Juventus es el equipo de los cinco grandes campeonatos que más partidos seguidos ha encajado goles (en los 18 últimos encuentros de Serie A). Solo otras dos veces lo había hecho peor. Tiene centrales extraordinarios, como Chiellini y Bonucci (la pareja que ganó la Eurocopa) y De Ligt, algo tocado por los minutos de banquillo. Pero falta equilibrio y concentración. El gol contra el Milan, por ejemplo, llegó en un córner mal defendido.

Al único que le van bien esta temporada las cosas en la Juventus es al que peor le iban hasta ahora. Álvaro Morata ha marcado en los tres últimos desplazamientos del equipo y volvió a hacerlo este domingo contra el Milan en una fabulosa jugada de velocidad y control (el tanto número 50 con la camiseta bianconera) para aprovechar una buena asistencia de Dybala. La Juve, que ha visto cómo le remontaban ya tres partidos, se encomienda ahora al tiempo -Allegri dice que hará balance en noviembre- y a un jugador en el que ha tenido una fe intermitente y que también sufrió las consecuencias de la corrosiva era Ronaldo. De momento, como se dice en el Barça, es lo que hay.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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