Frenkie de Jong irrumpe en Qatar
Holanda doblega a una esforzada Senegal en un partido manejado por el volante del Barcelona y rematado por Gakpo
La vieja Holanda regresó a la Copa del Mundo con el nombre de Países Bajos después de faltar en Rusia 2018. Aunque ya no deslumbra por la nómina de sus figuras, ni se parece a la Naranja Mecánica, todavía es un equipo futbolísticamente reconocible por su interés por el fútbol total y por jugadores modernos como Frenkie de Jong. El interior azulgrana lideró el triunfo de la selección de Van Gaal, un profesor que conoce muy bien el solfeo neerlandés inventado en tiempos de Johan Cruyff. Acertó el técnico en el plan de partido, resuelto muy al final, y también sus decisiones fueron certeras si se atiende a la buena actuación del portero Noppert, a la entrada de Memphis Depay y al papel del delantero Cody Gakpo.
Gakpo no solo tiene unas buenas caderas, un tormento para los mejores zagueros de la Eredivisie, sino que su altura le alcanza también para cabecear los golosos centros de Frenkie de Jong para desgracia de Mendy, el portero de Senegal. Una jugada del delantero del PSV y del volante del Barça decantó un encuentro exigente y rematado en el tiempo añadido por Klaassen cuando Depay ya había aparecido en la cancha del estadio Al Zumama.
Holanda se recrea en el juego, a menudo en exceso, siempre muy académica, sello inconfundible de los equipos de Van Gaal. A veces parece incluso que prefiere pensar bien y elaborar mejor el fútbol que rematar, como si el gol fuera prescindible o imposible para un equipo huérfano de delanteros únicos como Cruyff, Van Basten, Bergkamp o incluso Van Persie o Robben. Tampoco salió de inicio Memphis Depay, ya recuperado de su lesión después de disputar solo 151 minutos con el Barcelona. Janssen, su sustituto, utiliza mejor el cuerpo que los pies, y Frenkie de Jong, pletórico en el despliegue y la llegada, no es precisamente el mejor artillero como saben en el Camp Nou. Ambos no atinaron a culminar las mejores jugadas de su equipo cuando el partido estaba muy vivo por la agitación de Senegal.
El campeón de África intentaba descentrar a los neerlandeses con un fútbol incómodo, sin intermediarios: Mendy y Koulibaly buscaban a los delanteros con desplazamientos largos y los delanteros presionaban la salida de balón de Van Dijk para intentar robar la pelota y ganar disparos rápidos ante el gigante Noppert —2,03 metros—, el portero debutante del Heerenveen. Senegal, poderosa físicamente, sabía que Países Bajos juega con retrovisor desde la retirada de Van der Sar. El alboroto senegalés, sin embargo, no duró demasiado porque los muchachos de Van Gaal se aplicaron en el juego de posición, tomaron la pelota, pasaron a controlar el partido e impusieron su fútbol asociativo y técnico, a veces paciente y en ocasiones veloz, falto en cualquier caso de un último pase y, llegado el descanso, sin un disparo entre los palos de Mendy.
A Senegal le vino bien descansar en su cancha a la espera de su oportunidad, de una transición más rápida que el repliegue del adversario, mientras Holanda no paraba de buscar a De Jong, pletórico en la conducción del balón, y a Gakpo, un atacante rápido, hábil y de gatillo fácil: 9 goles y 12 asistencias en 14 partidos con el PSV. Los dos seleccionadores parecieron conformes durante mucho tiempo con el guion de un encuentro muy abierto, a diferencia del que Ecuador le ganó claramente a Qatar. Aunque los neerlandeses disponían de más recursos, a los dos equipos les faltaba pegada, más justificada en Senegal por la ausencia de su ídolo Sadio Mané. A Van Gaal no le quedó más remedio cuando quedaba media hora que recurrir a Memphis Depay.
El partido, sin embargo, giraba sin parar alrededor de Frenkie de Jong. La base del juego pasaba para bien o para mal por las conducciones del volante del Barça. Una pérdida suya provocó precisamente un chut de Ndiaye que exigió a Noppert, igualmente resolutivo después ante un duro disparo de Gueye. Ni siquiera con las lesiones remitía el esfuerzo y la determinación de los muchachos de Aliou Cissé. Hasta que se reencontraron Frenkie de Jong y Gakpo, estériles por separado y decisivos cuando conectaron después de un cuero tocado por Depay: templó el centro el azulgrana y se anticipó con la cabeza el delantero del PSV a la salida a destiempo de Mendy.
Todavía les quedaron minutos a los neerlandeses para rematar la contienda con un segundo tanto marcado por Klaassen después de que Mendy rechazara el remate de Depay. Una jugada rápida, de área a área, muy distinta a la del gol de Gakpo, y que de alguna manera demuestra la buena lectura del encuentro que hizo Países Bajos.
Ya no hubo respuesta posible por parte de Senegal, abatida por vez primera en un estreno de la Copa de Mundo, derrengada en la cancha, desafortunada ante el marco contrario y jaleada por el ánimo y los tambores de una hinchada más presente que la de la oranje en Qatar.
El plan de campaña de Van Gaal preveía una victoria que no solamente se dio, sino que el 2-0 le permite replicar precisamente al 2-0 de Ecuador contra Qatar en el estreno del Mundial. Países Bajos puja hoy en las apuestas tanto como antes Holanda en Brasil 2014 cuando ya estaba Van Gaal. Los debutantes como Van Dijk y Frenkie de Jong tienen hambre de Mundial.
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