Luis Enrique y el estrés de vivir en dos burbujas

Los positivos de Sergio Busquets y Diego Llorente han convertido el día a día de Luis Enrique en jornadas intensivas que transcurren de sol a sol. El seleccionador dirige personalmente dos burbujas de jugadores ante la posibilidad de que se detecten más positivos o que se declare un brote que le obligue a echar mano de alguno de los 17 reclutados de urgencia, 11 de ellos de la selección sub-21 que se enfrentó a Lituania el martes.

Esta burbuja paralela de futbolistas, en la que se encuentran dos porteros, Kepa y Ávaro Fernández, es el retén con el que el preparador trata de asegurar que se podrá cumplir con el requisito que establece el protocolo de la UEFA de presentar, como mínimo, 13 jugadores, entre los que tiene que haber un guardameta, para que un partido pueda disputarse. Suecia, primar rival de España el 14 de junio en La Cartuja, también ha registrado dos positivos de jugadores, Dejan Kulusevski y Mattias Svanberg, pero no ha movilizado una segunda unidad como España.

Luis Enrique dedica las mañanas a sus nuevos reclutas, entre los que, además de Kepa, hay cinco jugadores mayores de 21 años (Albiol, Soler, Fornals, Brais Méndez y Rodrigo Moreno). Todos ellos se encuentran alojados en el hotel Princesa de Madrid, desde el que parten en dos grupos hacia la Ciudad del Fútbol, ya cambiados con la ropa de entrenamiento. Los 11 sub-21 se trasladan a la Ciudad del Fútbol en autobús, mientras que los otros seis acuden en un vehículo de nueve plazas.

Con esta burbuja de reserva, los entrenamientos son colectivos. El preparador asturiano y su cuerpo técnico tratan de inculcar a toda prisa los mismos conceptos de presión alta en campo contrario y posesión que a los integrantes de la burbuja principal. La exigencia en el trabajo diario es también alta para este grupo alternativo de jugadores ante la posibilidad de que alguno de ellos o todos a la vez tengan que representar a España en la Eurocopa.

Compensación de 15.000 euros

La relación de los 17 tiene un equilibrio perfilado para poder competir de forma circunstancial si se diera el caso. Además de los dos guardametas, hay citados laterales para ambos costados (Mingueza, Alejandro Pozo y Miranda), un central natural (Albiol), dos mediocentros (Zubimendi y Gonzalo Villar), cinco centrocampistas ofensivos (Soler, Fornals, Brais Méndez, Cucurella y Brahim Díaz) y cuatro delanteros (Rodrigo Moreno, Bryan Gil, Yeremy Pino y Javi Puado). Según se fueron incorporando, el seleccionador ha agradecido a todos los componentes de la burbuja paralela su predisposición a concentrarse sin tener la certeza de que vayan a ser convocados para la Eurocopa. La mayoría de ellos ya estaban en el lugar escogido para sus vacaciones veraniegas. Todos los sub-21, incluidos los que no se han quedado tras el partido con Lituania, han recibido una compensación económica de unos 15.000 euros por parte de la Federación Española de Fútbol. Terminado el trabajo con la burbuja paralela, Luis Enrique mantiene reuniones con el director deportivo del organismo, José Francisco Molina, con su cuerpo técnico y con el personal federativo.

Por la tarde, el seleccionador dirige a la burbuja principal, repartida en varios grupos en los que cada futbolista realiza trabajos individuales en los circuitos esparcidos por los tres campos de la Ciudad del Fútbol. Cuando solo se había detectado el positivo de Busquets, estaba previsto que los entrenamientos en grupo se reanudaran el viernes o el sábado. Después de saberse el contagio de Diego Llorente, desde la federación matizan que “hay que ir día a día”.

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