Sergio Busquets: “No me gustan los focos”
Vicente del Bosque conversó con el nuevo capitán de España el pasado sábado, horas antes de que el jugador del Barça diera positivo por covid y abandonara la concentración. Estas fueron entonces sus reflexiones
La vida y el fútbol van tan endemoniadamente veloces que el sábado por la mañana, Sergio Busquets (Sabadell, 32 años), en su condición de gran capitán de la selección en esta Eurocopa, recibía a Vicente del Bosque, su exseleccionador, en la Ciudad Deportiva de Las Rozas. El motivo de la visita no era otro que mantener una larga charla futbolera aprovechando el consiguiente grado de complicidad existente entre ellos tras años de gloria juntos.
Poco más de 30 horas después, el domingo por la tarde, se hacía público que el jugador había dado positivo en el último test de covid que se había realizado y viajaba a Barcelona para confinarse en su domicilio en espera de una rápida recuperación que le permita incorporarse de nuevo al grupo y disputar el segundo partido. El pasado lunes, EL PAÍS contactó con Busi a través de un portavoz federativo: “El jugador se encuentra bien, cumpliendo con los protocolos. Es asintomático y se muestra sereno y positivo sobre su vuelta al grupo. Los próximos días serán clave”.
Del Bosque. He estado dando un repaso a tu carrera profesional y estoy verdaderamente impresionado. Es extraordinaria: más de 30 títulos, 123 encuentros con la selección, 13 temporadas en el Barça con 662 partidos… Ya eres aquí el primer capitán. El segundo en el Barça, tras Messi. Todo comenzó en el curso 2008-09.
Sergio Busquets. Sí, muchos años. No soy consciente realmente de lo que he hecho. Me guío más por las estadísticas que me dicen los partidos que he jugado y estoy a la altura de los que han jugado más. Los primeros partidos con el Barça están desde luego un poco lejos…
D. B. Siempre has estado, además, muy bien rodeado. En tu equipo y en la selección…
S. B. Sí, los que más partidos llevan son con los que más tiempo he pasado y también con los que más he aprendido. Es un orgullo. He tenido la suerte de coincidir con una serie de jugadores que será muy difícil que se repitan. Y todos en el mismo momento. En el Barça con mucha gente de la casa con Leo a la cabeza. Eso va a ser prácticamente imposible que se repita. Y en la selección, también con Sergio Ramos, Xabi Alonso, Iker, Torres, Silva, Villa… Gente que, además de su calidad como jugadores, aportaban un espíritu de equipo. Había una inteligencia general. Éramos conocedores del juego y del compañero. Dónde iba a estar. Qué movimientos iba a hacer. Saber a qué perfil le tenías que dar el balón. Lo teníamos memorizado.
D. B. He leído una estadística que dice que el 91% de tus pases han sido buenos. Es un detalle magnífico.
S. B. Ocurre que el tanto por ciento que queda hasta el cien son a veces peligrosos porque es una zona complicada.
D. B. Empezaste de delantero.
S. B. Empecé a jugar con cuatro añitos. Cambié de delantero a medio en el infantil para cadete. Luego jugaba más de doble pivote. En el Barça ya pasé a único mediocentro. Los entrenadores que iba teniendo supieron ver en mí las características idóneas para ese puesto y, realmente, eran las que más se adaptaban a lo que siento y pienso.
D. B. Tuviste algún referente en esa posición. En el Barça jugaron Pep, Milla, Celades…
S. B. A Pep casi no le vi jugar, era muy pequeñito, tampoco a los demás. Es verdad que no es fácil encontrar jugadores como yo. Suelen ser de más recorrido, más ofensivos, pero así, posicionales, no hay tantos. Tenemos a Rodri en la selección que es de lo más parecido. También Casemiro que es más defensivo, pero que en el Madrid muchas veces tira hacia delante y deja su posición porque tiene otra manera de jugar.
“No tengo problemas para remangarme si hay que remangarse”
D. B. La interpretación que le das a esa posición es buenísima. A veces sales hasta a presionar al portero. Sabes jugar al primer o segundo toque y cuando aguantas el balón es una delicia verte.
S. B. Hay que hacer siempre lo que el partido requiere, pero depende también de los compañeros, de la movilidad que te den, de los jugadores que tengas arriba. Me gusta mucho filtrar pases por dentro, que al final es lo complicado de mi posición. Jugar para atrás y para el lado, para dar pausa al juego, está bien, pero hay momentos en los que se requiere otra cosa. En el Barça lo suelo hacer más porque tenemos a Leo y nos entendemos muy bien.
D. B. El día que falte Leo le vas a echar de menos.
S. B. Sí, claro. Todo el mundo le va a echar de menos, pero yo un poquito más porque nuestro juego en el Barça depende mucho de él. Seguro que Leo también nos echará un poco de menos…
D. B. Inevitablemente nos tenemos que acordar de Iniesta y de Xavi. Teníais en vuestra cabeza el estilo del Barça y de la selección. Los tendrás que echar muchísimo de menos.
S. B. Han sido muchos años con ellos en los dos sitios y te tienes que acostumbrar a que ya no estén.
D. B. Quería recalcar que, en tu posición, eres una mezcla del jugador de calle, de plazuela y el jugador de escuela.
S. B. Al Barça llegué bastante tarde comparado con la mayoría de los jugadores de los que estamos hablando. Sí, tengo esa mezcla de haber sido de barrio, de haber jugado en la calle, esa mala leche de jugar en campos de arena, de no tener problemas para remangarme en los partidos que hay que remangarse. Y si hay que jugar en barro hacerlo también.
D. B. Ha pasado mucho tiempo desde tu debut, pero en tus comienzos fue todo muy deprisa. Pasaste de Tercera a La Roja en menos de un año.
S. B. Empecé en Tercera y estuve tres meses de baja porque en el primer entreno tuve una fisura en un peroné y me rompí los ligamentos de un tobillo. Poco a poco fui jugando. Pep me dio mucha confianza. Acabamos muy bien la temporada con el ascenso en el play-off. En principio, ese año me iba a quedar en el Barça B. Fui a hacer la pretemporada con el primer equipo, pero Pep dijo que solo se quedaban entrenándose arriba Víctor Sánchez y Pedro. Los demás volvíamos al B para ir jugando y entrenando con el primer equipo. Nos dijo que iba a estar observándonos. Jugué dos partidos con el B. Luego ya contra el Racing en el primer equipo.
D. B. Eso fue en septiembre de 2008 y en abril de 2009 ya estabas con la selección sin haber pasado por ninguna categoría inferior. Es evidente que todo eso te lo ibas ganando tú.
S. B. Primero fui a un partido contra Inglaterra en Sevilla que no jugué. Y luego ya debuté contra Turquía. ¿A quién sustituí? No me acuerdo. ¿A Silva? Puede ser. Sé qué después de entrar metimos el gol y ganamos.
D. B. ¿Sabes la media de partidos que llevas jugados por temporada? 57. Una barbaridad.
S. B. No lo sabía, pero tenían que ser muchísimos. He tenido la suerte de no tener casi lesiones y las que he tenido han sido de 15 días como máximo. Algún esguince de tobillo, alguna contusión… Es una locura porque es cada temporada. No hay una en la que digas que son 20 o 30 por un motivo. Son todas. Lo más difícil es tener siempre la cabeza fresca para competir cada tres o cuatro días. La presión que supone estar en el punto de mira constante es enorme. Estás en el Barça y en la selección. No estás en cualquier equipo, en el que vale cualquier cosa. Se trata de disfrutar con lo que estás haciendo, tener ambición. Siempre no disfrutas igual. Cuando se pierde y se gana la diferencia es abismal.
“No me escondo de ser líder, pero a mi manera; el grupo me respeta”
D. B. Has pasado de estar a la sombra de Ramos, Casillas, Xavi, Iniesta… Ahora debes liderar y ser una inspiración para el entrenador y los compañeros.
S. B. Claro, pero a mi manera, de forma natural. Sabes que siempre he sido una persona muy discreta, muy sencilla, que no me gustan los focos.
D. B. Ese liderazgo silencioso es muy importante. Más de lo que parece.
S. B. Estoy de acuerdo, pero siempre como soy yo. Sé que los compañeros lo valoran y lo demuestran con el respeto que me tienen. Saben que siempre voy a estar para ellos, tanto en el campo como fuera.
D. B. También es importante para un jugador ser generoso. Por tu forma de ser y de entender el fútbol eres de los que le llevas el botijo a todos…
S. B. De puertas para afuera es más difícil de valorar. Entiendo que el aficionado se fije en otras cosas, pero sé que de puertas hacia dentro se valora muchísimo y me hace mucho más feliz eso que llevarme los méritos y estar en primer plano.
D. B. ¿Un jugador hoy en día que juega en tu zona y te guste especialmente?
S. B. Ahora, con la Champions, es muy fácil decir que Kanté, pero no tiene nada que ver conmigo. Ahora hay jugadores con características distintas que juegan ahí, de mediocentro. No se puede comparar a Kanté con Rodri o con Casemiro. Ni con Koke. Kanté infunde energía al equipo. Es como cuando vamos a presionar, si ves que los de arriba se dejan la vida en la presión, al final todos se contagian.
D. B. Te sientes mejor como único mediocentro, pero también has jugado con un compañero al lado, como fue con Xabi Alonso, y vuestro rendimiento fue óptimo. Os entendíais bien. No hacía falta ni deciros nada.
S. B. Me sentí de maravilla a su lado. Fue una época que recuerdo con mucho cariño y alegría por todo lo que ganamos y de la manera que lo hicimos. Al final Xabi y yo nos complementamos bien. Sabíamos que si uno salía el otro iba a estar detrás. Y la tranquilidad y seguridad que te daba eso era enorme para nosotros y para el equipo. En el Mundial era muy difícil hacernos un gol y toda la base estaba ahí. Ahora en el Barça, este último año, al principio también jugamos con doble pivote hasta que se cambió al sistema de los tres centrales. Y con De Jong, aunque es un jugador con mucho más físico y recorrido, también he estado cómodo.
D. B. El equipo que gana, suele marcar las tendencias y el Chelsea ha desarrollado una energía tremenda en defensa y en ataque.
S. B. Es importante ser un equipo sólido, al que le hagan pocos goles. El Chelsea recibe muy pocos. Portugal, la actual campeona de Europa, recibió muy pocos en la Eurocopa. Como jugador es más fácil defender que atacar. Defender lo pueden hacer muchos equipos, pero tener jugadores de desequilibrio en ataque es más difícil. Cualquier equipo bien plantado y generoso en el esfuerzo es complicado de ganar. Es necesario tener jugadores que tengan uno contra uno y velocidad en los atacantes. Los primeros para ataques posicionales y los segundos para salir a la contra y hacer daño. Esto es lo que ahora marca la diferencia.
“En nuestra selección había una inteligencia general, conocíamos el juego”
D. B. Crees que Xavi va a terminar entrenando al Barça
S. B. Sí. Un día u otro, su destino se va a cruzar con el Barça. Él es del Barça, la filosofía que tenía como jugador es la que tiene como entrenador. ¿Quién mejor que él? Con los conocimientos que tiene, su manera de ser, cómo ve el fútbol, cómo lo entiende, seguro que va a llegar algún día.
D. B. Parece que sigue Leo en el Barça, vital para vosotros y para el fútbol español.
S. B. Todavía no ha firmado, pero todo parece indicar que sí va a seguir. La importancia que tiene Leo en nuestro juego no solo se ratifica con sus goles y asistencias. También en lo que genera en el juego ofensivo y lo que preocupa del rival. ¡Ojalá siga muchos años!
D. B. Piensas a estas alturas de tu carrera que vas a ser ya un jugador de un solo club.
S. B. No lo sé. En Europa seguro que no iré a ningún otro club. Lo pude hacer de más joven y no quise. Pero no me desagradaría vivir una experiencia en Estados Unidos. Un país para ir con la familia. Lo más importante es que el cuerpo y la cabeza aguanten. Lo que sé seguro es que no voy a llegar a la siguiente Eurocopa. Al Mundial ya veremos. Queda año y medio. Iré paso a paso. Tengo buena genética.
D. B. Hablemos de la Eurocopa. ¿Cuáles son las expectativas?
S. B. Hemos tenido la suerte de que vamos a poder jugar los tres primeros partidos en Sevilla, con nuestra afición y es importante. Después, veremos. Por jugadores, Francia es el equipo que más llama la atención, pero eso no te garantiza nada. La última Eurocopa la ganó Portugal, que no era la máxima favorita pero estaba en el grupo de aspirantes. Hay seis o siete selecciones, entre las que incluyo a España, que vamos a estar ahí. Estoy seguro de que los partidos se van a decidir por pequeños detalles y va a costar ganar a cualquier selección. Lo vamos a ver en los grupos y después.
D. B. Te deseo que tengas un buen liderazgo en la selección. Seguro que vais a echar un poco en falta a Sergio… Y si es posible que ganemos.
S. B. Seguro que sí le echamos de menos. Y lo de ganar lo vamos a intentar. Ya ves con 32 años ahora soy un poco el abuelo del grupo. ¿Quién me lo iba a decir?
Vicente y su reencarnación en Busi
Tras la derrota ante Suiza (0-1) en el primer partido del Mundial de Sudáfrica, al comprobar que las críticas se centraban en la actuación de Busquets, al seleccionador le salió del alma una frase de total identificación con su jugador. “Si algún día tengo que reencarnarme en un futbolista lo haría en Busquets”. Once años después el mensaje sigue vigente. Vicente intenta quitar importancia a sus palabras. “Fue un momento absolutamente espontáneo. Me estaba fastidiando que desde Madrid se atacara a Sergio y desde Barcelona a Xabi. Lo dije con toda naturalidad. Fue un comentario absolutamente positivo. Si yo hubiera sido como él, como jugador le hubiera sacado mucha más sustancia al fútbol. Era defenderte a ti y a todos los demás”.
Sergio sonríe y también intenta quitar trascendencia al hecho. “A mí esas palabras me vinieron muy bien y te las agradecí mucho. Al final no nos fue mal ¿no? Era tu jugador y querías defenderme porque fue todo muy injusto tras aquel primer partido que no fue malo por nuestra parte, pero en el que no quiso entrar la pelota Cuando se pierde hay que buscar polémica y buscar cambios y me tocó a mí por ser el más joven y el menos mediático. Teníamos muchísimo recorrido por delante y todos teníamos la confianza en que íbamos a hacer algo importante, como luego hicimos”
Del Bosque recuerda una anécdota posterior. “Después del partido, en la conferencia de prensa, dije que no habíamos jugado bien. Y a la mañana siguiente, Puyol, que era el primero en levantarse siempre, en el desayuno me dijo, ‘míster, creo que es verdad que jugáramos mal. No jugamos tan mal’. Aquello fue una inspiración positiva del jugador al técnico. Luego Xavi y otros jugadores me dijeron lo mismo. Que había visto otro partido. Y es que a veces todos, incluido yo, nos manifestamos solo en función del resultado”.
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