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La gran oportunidad perdida de Luka Dončić

“Tenemos que pelear la próxima temporada”, dice el escolta esloveno de los Dallas Mavericks tras la derrota en las finales de la NBA contra los Celtics

Luka Dončić intenta zafarse de Jaylen Brown durante el partido de este lunes.
Luka Dončić intenta zafarse de Jaylen Brown durante el partido de este lunes.AMANDA SABGA (EFE)
Miguel Jiménez

Luka Dončić se ha consagrado como una de las grandes estrellas de la NBA. El escolta esloveno ha sido el máximo anotador de la temporada, quedó tercero en las votaciones para mejor jugador y ha conducido a su equipo a la final de la NBA, pero se ha topado con unos Celtics casi imbatibles. Tras la desastrosa pasada temporada, en que el equipo fue multado por dejarse ganar, este ha sido un gran año para los Dallas Mavericks, que recompusieron el plantel a mitad de temporada y desde entonces dieron un salto de calidad que les ha llevado a un paso de la gloria. Llegar a las finales es una oportunidad que no se presenta muy a menudo. El esloveno lo ha logrado en su sexta temporada en la NBA.

Tras la derrota de este lunes contra los Celtics, Dončić se fundió en un abrazo con Kyrie Irving, la otra estrella del equipo. El año pasado parecía que no había química entre ellos, que se molestaban, que no sabían compartir el protagonismo. Este curso se han vuelto inseparables y esa complicidad, junto con los refuerzos de la ventana de fichajes de invierno, ha sido clave para impulsar a los Mavericks.

En la rueda de prensa posterior al partido, a Dončić le han preguntado qué se habían dicho en ese abrazo. “Solo [que tenemos que] seguir juntos”, ha dicho. “Tener a Ky en nuestro equipo, es increíble. Dijimos, vamos a luchar juntos la próxima temporada, y solo vamos a creer”.

La hipercompetitiva Conferencia Oeste ha tenido cinco campeones diferentes en las últimas cinco temporadas. Aunque los Lakers, los Phoenix Suns y los Golden State Warriors están un poco de capa caída, los Mavericks tendrán en su camino hacia unas nuevas finales no solo a los campeones de la NBA del año pasado, los Denver Nuggets, sino también a los otros equipos que más han crecido este último año: los Oklahoma City Thunder y los Minnesota Timberwolves.

Pese a la derrota final, este ha sido su mejor año desde que el Niño Maravilla llegó a los Dallas Mavericks procedente del Real Madrid. Antes del partido decisivo, reconocía que, por su historia (18 títulos, incluido el de este lunes), los Celtics se podían comparar un poco al Real Madrid de fútbol y su hegemonía europea. Dallas, en cambio, es un equipo que solo ha llegado tres veces a la final de la NBA. Perdió la primera, en 2006, contra los Miami Heat y se vengó contra ese mismo rival cinco años después, en 2011, con el legendario Dirk Nowitzki como gran estrella y el actual entrenador de los Mavericks, Jason Kidd, como jugador destacado. El alemán tiene una calle con su nombre en Dallas cerca del American Airlines Center, pero a su nivel legendario, solo alcanzó esas dos finales en 21 temporadas en los Mavericks.

La calle Dončić tendrá que esperar. Junto a los buenos resultados, la mejor noticia de este año para los de Dallas ha sido el crecimiento del pívot Dereck Lively II. Elegido en el puesto número 12 del draft del año pasado, el jugador de 20 años y 2,16 metros de estatura ha demostrado muy rápidamente que puede estar en la élite de la NBA. ha ganado corpulencia, está mejorando el tiro y puede ser una pieza clave para que los Mavericks puedan aspirar en un futuro próximo al anillo.

En la segunda mitad de a temporada se sumaron al equipo Daniel Gafford, de 2,08 metros, procedente de los Washington Wizards, y el ala-pívot P. J. Washington, llegado de los Charlotte Hornets. A principio de curso llegó también, procedente de los Bulls, Derrick Jones Jr. Los Mavericks tienen, por tanto, un equipo renovado construido en torno a Dončić e Irving y la continuidad del bloque será crucial para volver a medirse en una final contra los mejores del Este.

“Estoy orgulloso de todos los chicos que han pisado la pista, de todos los entrenadores, de toda la gente que hay detrás. Obviamente, no ganamos las finales, pero hicimos una temporada increíble y estoy orgulloso de cada uno de ellos”, decía Dončić tras la dolorosa derrota. Y aunque decía que no estaba pensando en qué lecciones aprender de los Celtics, acabó soltando algunas: “Son un gran equipo. Llevan mucho tiempo juntos y han tenido que pasar por todo, así que solo tenemos que fijarnos en ellos, ver cómo juegan, ver su madurez, y tienen grandes jugadores. Podemos aprender de eso. Tenemos que pelear la próxima temporada”.

Dončić ha jugado algo tocado durante buena parte de las finales. Nunca ha querido poner sus problemas físicos como excusa y se ha mostrado autocrítico con sus fallos. Ha errado muchos lanzamientos desde la línea de tiros libres, se mostró débil en defensa en los primeros partidos y algo individualista en la definición. La agresiva defensa de Jaylen Brown y de Jrue Holiday le han dificultado los tiros. “Son muy físicos. Tienen grandes defensas”, admitía. Fue el artífice de la victoria del cuarto partido, pero este viernes solo ha encestado dos de nueve triples intentados y aunque ha acabado el partido con 28 puntos, casi todos los ha conseguido en el tramo final del partido, buscando una remontada imposible. pese a su gen ganador, nadie sabe cuándo le llegará la próxima oportunidad de disputar unas finales.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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