El regreso triunfal de Kristaps Porzingis
El pívot letón vuelve tras un mes de lesión y sirve a los Celtics en bandeja el triunfo en el primer partido de las finales de la NBA contra los Dallas Mavericks
Los ecos de la Liga ACB resonaron en el TD Garden en el primer partido de las finales de la NBA este jueves. Los jugadores más destacados de cada equipo se foguearon en la competición española antes de dar el salto a la mejor liga profesional de baloncesto del mundo. Del exmadridista Luka Dončić ya se intuía que sería la figura de referencia de los Mavericks, como en casi cada partido. Lo que pocos esperaban es que la estrella del partido fuera el pívot letón Kristaps Porzingis, que reaparecía tras más de un mes apartado de las canchas por una lesión muscular.
Los Celtics han tenido unos resultados casi inmejorables en estas semanas en que el pívot titular ha estado recuperándose. Porzingis se lesionó en el cuarto partido de la primera ronda de los playoffs, contra Miami Heat el 29 de abril. Desde que salió de la cancha, los Celtics se habían apuntado solo una derrota frente a nueve victorias, las últimas siete consecutivas. Los de Boston eliminaron sin problemas a los Miami Heat y los Cleveland Cavaliers (4-1 en ambos casos), antes de barrer a Indiana (4-0) en la final de la Conferencia Este. El veterano dominicano Al Horford, de 38 años, cumplió con creces al cubrir al letón.
Pese a esos precedentes, el TD Garden vibró cuando el pívot de 28 años y 2,18 metros saltó a calentar este jueves, pese a que las gradas estaban aún medio vacías. Estalló en aplausos antes de empezar el partido, con el pabellón ya repleto, cuando las pantallas mostraron su imagen y los altavoces anunciaron su nombre. Empezó en el banquillo, pero cuando apenas habían transcurrido cinco minutos de partido, llegó su momento.
Con 11 puntos en siete minutos, acompañados de varios rebotes y tapones, permitió a los Celtics poner tierra de por medio en el primer cuarto (37-20). Fue una victoria casi por K.O. El letón se fue al descanso con 18 puntos en solo 13 minutos de juego, completando una serie de siete canastas de nueve intentos, incluidos dos de los tres triples que lanzó, tres rebotes y dos tapones. Los de Dallas se levantaron de la lona unos minutos antes del descanso y en el tercer cuarto, pero recibieron otro parcial en la mandíbula que los puso a pensar antes de tiempo en el segundo partido.
Tras el triunfo, el pívot letón agradecía al público del TD Garden su recibimiento. “Desde el calentamiento antes del partido y luego al entrar en la cancha, recibir ese tipo de apoyo fue irreal. La adrenalina corría por mis venas y eso definitivamente me ayudó. Obviamente, no fue lo ideal estar tanto tiempo de baja, pero hice todo lo que pude para prepararme mentalmente para el momento de mi regreso, y mereció la pena”, explicaba al acabar el partido.
“Estuvo genial en ambos lados de la cancha, en la ejecución defensiva, en el plan de juego, jugando por un puesto en el ataque, siendo físico y haciendo jugadas en ambos lados de la cancha. Creo que ha jugado muy bien y que es el KP que nos ha ayudado a llegar hasta donde estamos hoy”, explicó su entrenador, Joe Mazzulla.
El pívot letón fichó por Boston procedente de los Washington Wizards a principios de temporada. Porzingis, que sigue hablando muy bien español, llegó a Sevilla como un adolescente y se fogueó en el Baloncesto Sevilla de la Liga ACB antes de ser elegido por los New York Knicks en el cuarto puesto del draft de 2015. Por momentos, algunos vieron en él un jugador comparable a Pau Gasol, pero las lesiones y quizá algo menos de carácter hicieron que fuera perdiendo brillo tras un prometedor comienzo en la liga profesional.
Su etapa más decepcionante fue precisamente en los Dallas Mavericks, donde llegó a coincidir con Luka Dončić, pero aquel dúo potencialmente demoledor no llegó a cuajar. “Realmente no sé por qué no funcionó. Aún éramos jóvenes. Intentamos que funcionara, pero solo no funcionó. Así que seguimos adelante”, decía el esloveno antes del partido. “Ha estado genial para ellos”, admitía al acabar, “ha sido muy importante para ellos en ambos lados de la cancha”.
El letón se reencontró como protagonista en unos Washington Wizards que vienen jugando un papel secundario en la NBA desde hace años, en ocasiones por debajo de su nivel. En la final de este año no solo está él, sino que en los Mavericks juega de titular Daniel Gafford, el otro pívot de Washington de la anterior temporada. Para fichar a Porzingis, los Celtics sacrificaron a uno de sus jugadores más carismáticos, Marcus Smart, que entró en una operación a varias bandas.
Joe Mazzulla, el joven entrenador de los Celtics, valora mucho la aportación defensiva del pívot, pero también que sea un jugador hábil con el balón, capaz de alternar con garantías un lanzamiento de tres puntos con un mate bajo el aro. Quizá sus movimientos ni su envergadura sean tan impresionantes como los del francés Wembanyama, pero no se queda lejos en estatura y le supera en experiencia y en puntería. Su participación ha permitido a los Celtics cerrar la temporada regular como el mejor equipo de la NBA con gran diferencia. Ha sabido aceptar que Jayson Tatum y Jaylen Brown son las estrellas del equipo, pero sabe que su papel también es decisivo.
Este jueves, antes del partido, los jugadores de los Celtics rindieron homenaje a Bill Walton, la estrella algo malograda por las lesiones que reencontró en Boston su pasión por ganar y al que se recuerda en la ciudad con muchísimo cariño. Desde el título de 1986 al que él contribuyó, los Celtics solo han ganado uno más (el de 2008) en casi cuatro décadas. Si a Porzingisle respetan las lesiones en lo que resta de final, los de Boston estarán más cerca de lograr otro.
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