El Barcelona despide a Roger Grimau
El club azulgrana rescinde el contrato del entrenador después de un curso repleto de sinsabores y en blanco
Desgajado por el Real Madrid en la serie de las semifinales del playoff de la Liga Endesa, con un expresivo 3-0, el técnico azulgrana Roger Grimau salió a la palestra con la cabeza gacha, bien alicaído. Por eso no pudo articular una respuesta clara cuando le cuestionaron sobre su continuidad. “Es un mal momento y tengo que reflexionar, pensar; necesito tiempo para analizar más cabalmente todo. Pero no soy idiota. La temporada no ha sido buena. Así que a partir de ahora no sé”, señaló. Era consciente de que el Barça se había quedado en blanco en la temporada, registro que no ocurría desde hacía cuatro cursos. Juan Carlos Navarro, mánager del área de baloncesto, le dio la pista: “Ahora no puedo responder si seguirá o no. No todo ha sido el entrenador, pero seguro que cambiaremos algo porque esto no ha funcionado, porque no se ha llegado a los objetivos”. Seis días más tarde ya se ha aclarado el panorama: Grimau ha sido despedido de carácter inmediato, haciendo caso omiso al año de contrato que le quedaba en vigor.
Grimau fue la apuesta del área deportiva cuando en el verano pasado se decidió no renovar a Jasikevicius, que pedía un contrato elevadísimo para un club que se veía obligado a rebajar un 20% la masa salarial del vestuario, acuciado por las deudas y por el Fair-play financiero. Junto al técnico se marchó el jugador franquicia, un Mirotic que tampoco atendía a la situación económica de la entidad. Entusiasmada la directiva e incluso el presidente Laporta por sacar otro Guardiola -la apuesta en el fútbol que tan bien le resultó en su primer mandato-, todos acordaron que Grimau sería la solución. Pero el recorte presupuestario y el mal tino en el fichaje del jugador estrella -llegó Willy Hernangómez y no ha sido capaz de sisarle la titularidad a Vesely- ha derivado en una temporada de lo más gris, pues el equipo acabó tercero en la Liga Regular de la ACB, apeado de la Supercopa y de la final de la Copa por el Madrid, también descarrilado de la Final Four de la Euroliga en el quinto encuentro de los cuartos ante el Olympiacos, ahora vapuleado por el Madrid en los playoffs. “El equipo ha demostrado que hemos jugado en momentos muy bien al baloncesto. Pero no hemos llegado. Soy el entrenador y el responsable”, aceptó Grimau.
El técnico, que fue jugador azulgrana durante ocho temporadas (2003-2011), regresó al Barça como entrenador de la base hasta llegar al filial. El año pasado dio el paso al primer equipo. “Yo no quiero ser entrenador, lo que quiero es ser entrenador del Barça”, vino a decir cuando le ofrecieron el cargo. Pero le ha durado poco. Un curso en el que ha disputado 84 encuentros, vacío de títulos. “El FC Barcelona quiere expresar públicamente su agradecimiento a Roger Grimau por la profesionalidad, compromiso y dedicación que ha mostrado al frente del banquillo barcelonista. El Palau Blaugrana siempre será su casa”, rezó el comunicado oficial del conjunto azulgrana.
También se esperan movimientos en el vestuario, pues se sabe que Kalinic y Jokubaitis no seguirán, tampoco Nnaji. Aunque, según cuentan desde los pasillos de la ciudad deportiva, habrá más cambios. De momento, en cualquier caso, el que urge es el del banquillo. En la pole está Xavi Pascual, que ya dirigió al Barcelona (2008-2016) y que consiguió el segundo laurel en la historia del equipo de la Euroliga en 2010. Queda libre del Zenit San Petersburgo, pero su elevado salario podría ser un problema. No sucede lo mismo con Jaka Lakovic, también exjugador azulgrana, que dirige al Gran Canaria y que tiene una cláusula de 300.000 euros. Otro nombre que suena es Dimitris Itoudis, técnico griego que ha dirigido, entre otros, al CSKA Moscú. Pronto se llenará el vacío.
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