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A mil por hora, Raquel Carrera

La pívot se fue de casa con 13 años y a los 21 es campeona de Liga, lidera la nueva hornada en España y mira a la WNBA

Raquel Carrera Eurobasket femenino
Raquel Carrera entra a canasta en un encuentro de preparación ante Hungría.alberto nevado feb
Juan Morenilla

Raquel Carrera piensa unos segundos la respuesta. Busca las palabras para definirse como jugadora. Le basta una. “Competitiva”. Y sí, una competidora feroz se esconde bajo esa candidez que a los 21 años transmite la pívot del Valencia Basket y de la selección española. “Siempre he sido así. Es lo que más me define, querer ganar, el poner lo que haga falta para conseguirlo. Con el tiempo, después de sufrirlo mucho, llevo mejor perder, de las derrotas se aprende y para ganar hay que asumir muchos fracasos previos que te llevan a ello. Ser competitiva me ayuda a darlo todo”, cuenta la jugadora nacida en Ourense, de 1,88m, nombrada MVP de la pasada final de la Liga conquistada por el Valencia ante el Perfumerías Avenida y una de las caras nuevas llamadas a liderar a España ya en el presente.

Todo ha ido siempre muy deprisa en la trayectoria de Raquel Carrera. Desde aquellos primeros botes al balón naranja en el parque, junto a su hermano y su padre, y las canastas en el Colegio de San José, hasta el estirón y el fichaje por el Celta a los 13 años. Ahí llegó la primera gran prueba, el dejar a su familia y su ciudad, y mudarse para apostar por el baloncesto en una de las mejores canteras. “Irme de casa y no tener esa figura del padre y de la madre que te ayude a saber por qué camino has de ir me hizo madurar rápido. Me llevé bastantes golpes, lo pasé bastante mal. El baloncesto me ayudó”, recuerda ahora.

La chica que con 13 años ya medía 1,80m tenía el sueño de jugar con el segundo equipo del Celta. Lo consiguió y fue solo el inicio. A los 14 ya se enrolaba con la selección en un Mundial sub-17, en un verano de 2016 en el que logró en el Europeo sub-16 su primera medalla internacional, y de oro. A los 17 era la líder de aquel equipo del Celta y seguía coleccionando galardones individuales. Llegaría luego el pase al Araski, en Vitoria, cedida una temporada por el Valencia, club que la fichó y la incorporó un curso después, en 2020. Otra encrucijada.

“Ese fue un cambio más gordo. Era jugar más competiciones, la Eurocup. Para mí al principio fue complicado. A partir de ahí comencé a trabajar por mi cuenta el aspecto mental. Fue un momento en el que me encontré bastante perdida y necesitaba apoyarme en alguien. Me ayudó hacerlo en esa persona para encontrar dónde estaba mi sitio y volver a sentirme jugadora. Desde entonces, trabajo con distintos psicólogos. Hacen falta en los momentos malos, por ejemplo cuando me lesioné el año pasado, pero también en los buenos”, reflexiona Carrera.

Toda esa fortaleza mental surgió para anotar los dos tiros libres que en septiembre de 2021 dieron al Valencia Basket el primer título de su historia, la Eurocup conquistada en el último segundo ante el Reyer Venezia. “Tiene 19 años pero es increíble. Su cabeza es impresionante”, le elogió entonces su compañera Queralt Casas. Aquel éxito valió para disputar la Euroliga y fortaleció el gran crecimiento personal de la joven promesa.

Los desafíos no paran. De figura en el Valencia y campeona de Liga al reto europeo de la selección, convertida ya en una pieza importante del combinando nacional y además con el sueño de la WNBA en el horizonte: en el draft de 2021 fue elegida en el puesto 15 por Atlanta, el mejor lugar conseguido nunca por una jugadora española. “Sí, todo va muy deprisa. Te pasan muchas cosas para asimilar y no tienes tiempo para parar. Acabas la Liga y en cuatro días estás con la selección. De un Europeo o unos Juegos a la pretemporada… El verano pasado fue en el que asimilé, después de una lesión, todo lo que había vivido y todo lo que había tenido la oportunidad de jugar. A partir de eso, me dije: ‘He vivido mucho, ha estado muy bien, pero quiero más’. Fue un cambio”. ¿Y la WNBA? “Me gustaría, pero es que todo va muy rápido. Son muchas experiencias en muy poco tiempo. Tengo contrato con el Valencia hasta 2025, y lo voy a cumplir. Y la selección es lo que más ilusión me hace. En algún momento, cuando no tengamos competición en verano, probaré la WNBA”.

Mientras quema etapas a mil por hora sobre la pista, Carrera sigue con los estudios. Terminó el año pasado un grado superior de Dietética y ahora estudia Fisioterapia. Y cuando no juega, no se pierde un partido por televisión, de la competición que sea. Lo tiene muy claro: “Vivo por el baloncesto”.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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