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Una delantera a reconstruir en el Real Madrid

Las salidas de Benzema y Asensio empujan al club blanco a entrar a fondo en el mercado en busca de atacantes tras casi cuatro años sin intervenir en esa parcela

Lorenzo Calonge
Real Madrid
Asensio recibe las felicitaciones de Benzema, Modric y Vinicius por un gol de esta temporada.david s. bustamante (getty)

El último atacante que fichó el Real Madrid fue Reinier, en enero de 2020. El brasileño, que costó 30 millones, cerró este domingo con el Girona otra pobre temporada en el fútbol europeo, que se suma a sus dos cursos invisibles en el Dortmund. Hay que remontarse al verano de 2019 para encontrar la última adquisición provechosa del club blanco en la delantera: Rodrygo (45 millones). Desde entonces, en estas cuatro campañas, el equipo ha ido tirando con lo puesto, celebrando la explosión de Vinicius y Rodrygo, y asistiendo al feliz canto del cisne de Karim Benzema. La cosecha de títulos en este proceso de estirar la cuerda ofensiva no le ha ido mal (ha ganado todos los posibles en dos campañas), pero este verano las circunstancias le obligan a entrar de manera profunda en el mercado de delanteros. Se ha quedado solo con los dos muchachos de la Canarinha. “Tenemos que meter mano y lo haremos, sin prisa”, comentó con un toque coloquial Carlo Ancelotti este domingo, tras despedir a Benzema y Asensio, además de a los intrascendentes Hazard y Mariano.

La entidad, con todos los ojos puestos en Kylian Mbappé hasta el pasado verano y antes también en Erling Haaland, se ha resistido en los últimos años a realizar operaciones en esa zona del campo que no le llenaran la vista. El escozor por los 60 millones desembolsados en 2019 por un Luka Jovic de nulo rendimiento, un Benzema que se sentía más a gusto solo, y los efectos de la covid fueron los motivos principales que llevaron al club a no intervenir en esa parcela. Los resultados tampoco le crearon una urgencia pese a la constante cantinela de la necesidad de firmar un nueve suplente. Benzema lo soportaba casi todo y luego se le unió Vinicius.

Para esta ventana estival, la idea sí era fichar a ese ariete que reforzara a un Karim con 35 años y ya crepuscular, aunque el precipitado adiós del francés y la salida de Asensio (42 goles entre ambos) abren un boquete y fuerzan un giro de calado en el ataque.

Potenciar a Vini y Rodrygo

“Buscamos un delantero que marque goles y se asocie bien”, concretó Ancelotti. Sin opciones reales, en principio, de cazar a los dos elefantes de la selva, Mbappé y Haaland, las conversaciones de intramuros apuntaron al siguiente escalón, Harry Kane (Londres, 29 años), del Tottenham, que cumple los requisitos y satisface los gustos del técnico italiano (no ha bajado de 24 dianas en la última década). El inglés lleva tiempo mostrando su intención de salir de un conjunto decadente (octavo en la Premier), aunque al otro lado de la mesa negociadora esperaría el espinoso Daniel Levy, el presidente de los spurs.

Al margen de esta operación con Kane u otro ariete con cartel de titular, el Madrid cuenta con las llegadas de Brahim Díaz (Málaga, 23 años) en lugar de Asensio, y de Joselu Mato (Stuttgart, Alemania; 33) en sustitución de Mariano. El primero, que viene de tres temporadas en el Milan, aspira a ampliar su contrato (expira en 2025). Todos ellos serían el paquete básico, aunque no necesariamente los únicos si el mercado ofrece otras oportunidades. La liberación de una parte nada despreciable de la masa salarial tras las últimas salidas (12 millones de Benzema, seis de Asensio, 4,5 de Mariano más lo ahorrado del abultado sueldo de Hazard con el acuerdo de rescisión) conceden al club un margen mayor de acción.

En esos encuentros para diseñar la nueva etapa, otro de los puntos analizados es la adaptación de las nuevas piezas al despliegue de Vinicius y Rodrygo, y también cómo potenciar el crecimiento de los dos brasileños. “Debemos tener en cuenta que contamos con dos jóvenes que empiezan a tener más protagonismo: Vini, desde la temporada pasada, y en esta ha progresado mucho Rodrygo”, advirtió Ancelotti. Por detrás de ellos, en la medular, el fichaje de Jude Bellingham (19 años), del Dortmund, se encuentra muy avanzado, y en el lateral izquierdo está confirmado el regreso de Fran García (23).

De ocho a dos

Transición se ha convertido en un término habitual en el vocabulario del Madrid para explicar la evolución de un equipo que levantó cuatro Champions en siete campañas. Hasta ahora, sin embargo, había afectado sobre todo a la media y a la defensa. En la zona ancha siguen Kroos y Modric, pero a su lado el club ya ha colocado a una batería de jóvenes. Bellingham debería ser el siguiente. Y en el centro de la zaga se pasó del Ramos-Varane al Militão-Alaba-Rüdiger sin apenas convulsión. Ahora es el turno de la delantera porque Benzema se cayó (y se fue), y Asensio no dio el salto que se le demandaba y también se marchó.

El escenario arriba ha cambiado en un año a la velocidad del fútbol: la apuesta al todo o nada era Mbappé y el galo dio el plantón; Karim atrapó el Balón de Oro y se desplomó; y la delantera terminó casi vacía. Cuando Ancelotti volvió al Bernabéu en 2021, se encontró con ocho delanteros y ahora solo quedan dos. La mitad, en verdad, desapareció en el primer golpe de aire (Mariano, Hazard, Bale y Jovic). Este curso lo arrancó solo con cuatro útiles y, en los últimos meses, la involución de Karim y su posterior marcha, probablemente a Arabia, han conducido a buscar otros horizontes aún por concretar.

Este miércoles al mediodía, el francés se despedirá en un acto con Florentino Pérez y, salvo cambio de última hora, no responderá preguntas, un gesto que subrayaría todavía más su carácter huidizo de los últimos tiempos. En los despachos se trabaja para su relevo, aunque Ancelotti, antes de irse de vacaciones, volvió a advertir de que se puede ganar sin delantero centro pero no sin sacrificio, solidaridad y compromiso defensivo, cualidades que no siempre ha tenido este curso el Madrid.

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