El Valencia coge aire en Elche en su pelea por evitar el descenso
Los de Baraja pescan tres puntos en el feudo del colista que son una bombona de oxígeno en su peor temporada de este siglo
El Elche, un equipo minúsculo que juega en un estadio mayúsculo, se ha convertido en un chollo para sus rivales en la Liga. Solo dos equipos han caído ante el conjunto alicantino, casi irrelevante como colista y prácticamente condenado a Segunda, aunque no matemáticamente, desde hace semanas. Y ahí, en ese campo tan generoso para los visitantes, el Valencia pescó tres puntos, su primera victoria desde el 11 de marzo, que son una bombona de oxígeno para los de Rubén Baraja, inmersos en su peor temporada de este siglo.
Esto no está arreglado para el Valencia, ni mucho menos, pero el equipo, al menos, ha descorchado un tramo de siete días determinante en su futuro con un triunfo reparador. Los jugadores tienen que seguir remando para huir del descenso: el jueves espera el Valladolid y el domingo, el Cádiz, dos contrincantes que tiene a cinco y dos puntos, respectivamente. Es más, el Valencia no puede embriagarse con este triunfo capital en sus opciones de salvación porque sabe que fue ante el equipo más flojo de la competición.
El hambre de Lino fue suficiente para desarmar a un Elche muy inocente. El brasileño, cedido por el Atlético, salió desde el primer minuto a buscarle las cosquillas a la defensa alicantina. Fue el delantero más afilado del Pipo Baraja. Él creó todo el peligro. Lino aprovechó un balón peinado por Cavani, en otro día sin desequilibrio, para marcar el primero, y su arrancada prendió la jugada del segundo, una acción que tuvo premio cuando Verdú metió en su portería un centro de Gayá al área que buscaba a Cavani.
Los dos tantos fueron una liberación para el Valencia, que empezó a sentirse más ligero, sin ese peso que carga desde hace varias semanas, los días de angustia en los que parecía imposible marcar un gol -dos en los últimos cuatro partidos-. Por detrás, Baraja había blindado su área al levantar un muro defensivo con tres centrales. Había que cortar la sangría cuanto antes y a partir de ahí intentar construir en tareas ofensivas.
No tiene mucho más mérito su conquista. El Valencia encontró en el Elche lo que muchos han encontrado este curso en el Valencia: un rival frágil y tendente al despiste.
Todo el valencianismo, tanto los pesimistas como los optimistas, los que recuerdan el descenso del 86 y los que rememoran el gol de Tendillo, aquel cabezazo histórico que además de arrebatarle una Liga al Real Madrid salvó al equipo el primero de mayo del 83, sabían que este domingo había una bajada en el camino. No falló su afición. Muchos de los que hace justo un año viajaban a Sevilla para festejar una final de Copa, estaban esperando frente a la fachada del Martínez Valero ondeando sus bufandas cuando apareció el autobús de su equipo. Cerca de cinco mil valencianos habían ido a Elche para abrigar al Valencia en el partido más sencillo y asequible de los nueve, ya ocho, que quedaban por delante.
Baraja vio cómo languidecía el partido en una tarde más de playa que de fútbol y aprovechó para ir metiendo a los jóvenes para descansar a los puntales de este equipo que, pese al triunfo, sigue en uno de los puestos de descenso.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.