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El largo parón de Karim Benzema

El bajo rendimiento del francés, sin continuidad en entrenamientos y partidos, lastra en Liga a un Madrid que se ha dejado los 12 puntos con el Barcelona este 2023

Lorenzo Calonge
Barcelona Real Madrid
Karim Benzema se lamenta tras una acción en el Camp Nou.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)

La realidad del Madrid en Liga resultó mucho más funesta que los temores de Carlo Ancelotti. El italiano se cansó en otoño de advertir sobre el escenario desconocido que se abriría después de un Mundial encajonado en mitad del calendario. El físico y la edad de piezas tan indiscutibles para él como Benzema (35), Modric (37) y Carvajal (31) lo tenían en alerta, pero lo que ha ocurrido desde Nochevieja ha desbordado todas sus cautelas: entre las Campanadas y el día del Padre, el Barcelona le ha sacado 12 puntos.

Nadie ha representado mejor la crisis en el campeonato que Karim Benzema, que en los dos últimos meses solo le ha metido dos penaltis al Elche en casa. Sus continuos problemas físicos desde septiembre le han alejado del gol -le cuesta atacar las zonas de remate- y su juego combinativo también ha perdido peso, un lastre para un equipo que levantó la Liga y la Champions a sus hombros.

Las dos últimas semanas ilustran bien su complicado presente. Después de empatar contra el Betis el domingo 5 (fue el jugador de campo blanco que menos intervino), no entrenó con sus compañeros el miércoles 8 y jueves 9 por un golpe en el tobillo izquierdo, según informó el club, y se quedó fuera ante el Espanyol el sábado 11. Sin embargo, con el Liverpool a la vista, se incorporó al día siguiente al grupo, hasta que un golpe en la tibia frente a los red le devolvió al plan individual. Solo una jornada antes del clásico regresó al trabajo colectivo en la antesala de otra pobre actuación personal. Entradas y salidas permanentes, y poca continuidad.

“Se ha quedado en la mitad de lo que fue el año pasado”, admiten en el club

“Karim se ha quedado en la mitad de lo que fue el año pasado. El diagnóstico es cristalino. Las razones se desconocen”, comentaban este lunes desde Valdebebas sobre un futbolista cuya renovación está pendiente de concretarse. Un estado que, en este momento, se puede extender a todos los que cumplen contrato. “Ahora hay más preguntas que respuestas en la dirección deportiva”, añadían.

Después de su mejor temporada, el club le dio permiso a Benzema para incorporarse unos días más tarde a la pretemporada conscientes todos, entidad y entrenador, de que su físico era un material cada vez más delicado. Cuando llegó a Los Ángeles, aseguró que el verano lo había pasado entrenando una jornada sí y otra no, aunque su campaña no tardó en torcerse y adentrarse en una nebulosa. A partir de la recuperación en plazos previstos de su primera lesión, en Glasgow a principios de septiembre, no ha resultado fácil seguirle la pista debido a una secuencia permanente de parones por molestias, fatigas musculares y descansos.

Tres semanas antes de Qatar y atrapado en un parte médico que hablaba de fatiga muscular, llegó a probarse contra el Celtic media hora sin haber participado en el entrenamiento previo con la plantilla, una norma no escrita sin apenas excepciones. Luego, su rápida marcha de Doha sin debutar por otra lesión y su desencuentro con Deschamps, que todavía colea, solo aumentaron su desdicha.

Su temporada es un frenazo continuo por lesiones, molestias y descansos

La cifra creciente de partidos perdidos en las últimas campañas (de los dos de la 2019-20 a los ocho de la pasada) avisaba de una corrosión propia de la naturaleza, acentuada por el estrés extra al que sometió su carrocería con la vuelta temporal con Francia. No obstante, su rendimiento siguió creciendo hasta firmar el mejor curso de su carrera. Paraba más y aportaba más. A la vuelta del verano, sin embargo, las inercias cambiaron y entró en una zona de penumbra. Este curso ya suma 14 encuentros completos fuera; y de sus 11 goles en el torneo, cinco han sido de pena máxima y otro se lo metió a un jugador del Espanyol (Cabrera) de portero improvisado.

El equipo blanco pudo esta vez sobrevivir sin Benzema en el primer tramo gracias a Valverde, Rodrygo y Vinicius, pero esa mano mancomunada ha tenido un límite. Antes del Mundial, el Madrid promediaba en Liga 2,4 dianas por partido y después, 1,5. Un socavón que le ha llevado a perder 15 de los 36 puntos posibles en este tramo.

De sus 11 goles en Liga, cinco han sido de penalti y otro a un portero haciendo de jugador

Ahora todos los caminos conducen a Vini, el más activo, Vini, aunque no marca en Liga fuera desde finales de agosto, lastrado por el ruido que existe a su alrededor en España, al que él también aporta su dosis de agitación. En el clásico, el técnico y varios compañeros le debieron pedir calma. Mientras, Rodrygo no celebra desde el 16 de octubre. Por debajo del trío premium, ya solo quedan Asensio y el juvenil Álvaro Rodríguez.

Cuando Carletto regresó al Bernabéu hace un año y medio, se encontró con ocho atacantes: estos cuatro más Hazard, Mariano, Bale y Jovic. Los dos últimos ya se fueron y los dos primeros, como si lo hubieran hecho. El club siempre se ha mostrado reacio a fichar otro nueve, escamado por los desembolsos con Jovic (63 millones) y Mariano (21,5), y hace 10 meses consideraba incluso la opción de Borja Mayoral.

A la espera del santo grial europeo, el desplome en Liga ha debilitado la figura de Ancelotti. El mal arranque de 2023 elevó el inevitable runrún y este sábado, antes de claudicar en el clásico, tuvo que dedicar parte de la rueda de prensa a responder sobre su futuro. El italiano, que en público siempre restó importancia a los problemas físicos de Benzema, aguarda un repunte del francés en lo que queda de Champions y en el intento de desquite copero.

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