Scaloni renueva por Argentina

Solo quedaba la confirmación y llegó este lunes, cuando la cuenta oficial de la selección argentina en Twitter disparó el mensaje a media tarde: “CONFIRMADO: Hay @lioscaloni para rato”. Lionel Scaloni, el entrenador que guio a la Albiceleste hacia el título en Qatar, seguirá al frente del equipo al menos hasta 2026, cuando disputará el Mundial organizado por Estados Unidos, Canadá y México. Bajo la dirección del técnico, de 44 años, Argentina también conquistó la Copa América 2021 y la Finalissima 2022, contra Italia.

El pasado 7 de febrero, a preguntas de la prensa sobre la posible renovación del Scaloni al frente del cuerpo técnico de la Albiceleste, el presidente de la Asociación de Fútbol Asociados (AFA), Claudio Tapia, se limitó a contestar: “Estamos acostumbrados a dar buenas noticias, así que espere una buena noticia. La vamos a volver a dar”. Tras el título logrado el 18 de diciembre de 2022, ambas partes expresaron en varias ocasiones la idea de mantener el vínculo, aunque restaba una confirmación oficial. En enero, Scaloni adelantó en una entrevista que esperaba sentarse con Tapia y tratar de llegar a un acuerdo. “Tengo una buena relación, le agradezco la oportunidad y cuando vaya anunciaremos lo que tenga que ser”, comentó.

Scaloni se sentó finalmente con Tapia en París, donde ambos coincidieron en la entrega de los premios The Best, organizados por la FIFA. El presidente de la AFA subió a sus redes sociales una foto donde se lo ve junto al entrenador en una mesa de café, los dos sonrientes a cámara. “Cuando la confianza es alta, la comunicación es sencilla y efectiva. Seguimos afianzando el proyecto de selecciones nacionales, junto a Lionel Scaloni, el DT campeón del mundo”, escribió Tapia para acompañar la imagen.

Scaloni se suma así a los pocos seleccionadores argentinos que han repetido mandato, como César Luis Menotti, Carlos Bilardo o Marcelo Bielsa. Los dos primeros fueron campeones del mundo con la albiceleste y el tercero hizo escuela.

Nacido en el pequeño municipio de Pujato (provincia de Santa Fe) en 1978, Scaloni debutó al frente de la selección argentina el 8 de septiembre de 2018 y fue ratificado en el cargo dos meses después, en medio de las críticas por su falta de experiencia. La prensa argentina se ensañó con él, al que consideraban un improvisado que había escalado desde el banquillo tras acompañar a Jorge Sampaoli en el via crucis que fue el Mundial de Rusia 2018. Argentina quedó eliminada en octavos de final contra Francia y Sampaoli salió eyectado del puesto. Allí estaba Scaloni con un contrato que la AFA aprovechó para no dejar vacante el puesto mientras buscaba a una figura de alto perfil. Fue Menotti, actual director nacional de selecciones, quien le recomendó a Tapia que no le hiciera un contrato corto, hasta la Copa América de 2019, sino de tres años más, hasta el Mundial de Qatar. El ojo del maestro había acertado.

Con el paso del tiempo, Scaloni se consagró como uno de los más grandes en la historia de la albiceleste, rebautizada en su honor la Scaloneta. Argentina ya lo considera el entrenador del futuro, un joven pragmático que incluso logró acabar con la guerra que marcó a una generación de hinchas, aquella que libraron César Luis Menotti y Carlos Bilardo, uno cultor del fútbol lírico y el otro un defensor de los buenos resultados a cualquier precio. “Más que decir que el Mundial lo ganan los equipos que defienden bien, digo que lo ganan los equipos inteligentes, cautos, que saben cuándo atacar y cuándo defender”, respondió Scaloni una semana antes del Mundial, eludiendo la dicotomía entre conjuntos “defensivos” u “ofensivos”.

Desde que se sentó en el banquillo argentino, Scaloni sumó 37 victorias, 15 empates y 5 derrotas, suficientes para ganar la Copa del Mundo después de 36 años de sequia y la de América por primera vez desde 1991. Pero Scaloni consiguió además algo mucho más difícil que un trofeo. Mintuos después del 3-0 a Croacia en la semifinal de Catar, con los jugadores todavía en el campo de juego, Lionel Messi se acercó a Scaloni y le dijo al oído: “Es todo tuyo”. Había sido bendecido por el número uno.

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