El Barça femenino pide guerra
El crecimiento de la nueva liga profesional de fútbol, que empieza una semana más tarde por el conflicto salarial con las árbitras, aguarda a una mayor oposición al equipo azulgrana, como reclamó Putellas
Minutos después de que el Barcelona perdiera la última final de la Champions femenina (3-1) contra un Lyon que le arrolló con tres goles en media hora, Alexia Putellas se acordó de la Liga española. Con la autoridad que otorga un Balón de Oro, la azulgrana reclamó más nivel y dificultad en el día a día del torneo doméstico porque, si no, advirtió, eso luego se puede pagar en Europa. “Las rivales [en referencia al equipo francés] se anticipan y son más fuertes. Necesitamos este ritmo competitivo. Algo hay que cambiar. No le pido nada al Barça; precisamente, el Barça lideró este cambio”, afirmó la catalana en Turín en una clara apelación al resto. Plagada de conflictos internos -el último, el plante de las árbitras para reclamar más dinero-, el crecimiento de la competición que vuelve este sábado con una semana de retraso también pasa por una mayor competitividad e intriga en la lucha por el título.
Desde aquel 10-1 que le clavó a la Real Sociedad en la final de la Supercopa de 2020, las culés no han ganado en España, han aplastado. Las tres últimas Ligas las ha levantado con una única derrota (4-3 ante el Atlético en 2021 con el trofeo sentenciado); la última edición la cerró con pleno de victorias y un balance de 159 goles a favor y 11 en contra; y en este trienio solo se dejó por el camino la Supercopa de 2021 tras caer en semifinales en los penaltis contra las rojiblancas, que antes habían resistido un asedio.
En general, en el fútbol practicado por mujeres, las diferencias entre los conjuntos dominadores y el resto son mayores que en la versión masculina; sin embargo, en España, el Barça no ha tenido a nadie recientemente que le haya ni medio inquietado y su distancia se ha disparado en exceso para el interés futbolístico de un torneo que ya sufre demasiados pleitos por la guerra entre la Federación (la organizadora hasta la reciente profesionalización) y la patronal (incluso el sorteo del calendario y el balón derivaron en un conflicto). En Inglaterra, el Chelsea también se ha adjudicado los tres últimos títulos, pero por ventajas exiguas. En el mismo periodo, en la Bundesliga y en Francia, los favoritos Wolfsburgo y Lyon han sacado más tajada respecto a Bayern y PSG, aunque con mayor intriga en el desarrollo. Mientras, el Barça ha concluido los dos últimos cursos con 24 y 25 puntos de colchón.
¿Esta diferencia se debe solo al mérito del Barcelona por su mezcla de inversión, método, cantera y apuesta decidida, o el resto ha podido hacer más? ¿Es posible que la obra (casi) perfecta de las culés encuentre más oposición en casa?
Solo el Barcelona puede robar jugadoras a la Liga inglesaÓscar Fernández, entrenador del Atlético
“Con el dinero no se gana todo, pero…”, desliza el técnico del Atlético, Óscar Fernández (Toledo, 35). “A los hechos me remito, ningún otro club español puede robar jugadoras a la Liga inglesa. El Barcelona está haciendo una inversión muy potente”, subraya el entrenador rojiblanco, que recuerda el fichaje de hace unos días en el Johan Cruyff de la inglesa Keira Walsh, procedente del City por 400.000 euros, el mayor traspaso de la historia. El Atlético, campeón en 2017, 2018 y 2019, ha sufrido un viaje inverso al de las azulgranas y en las dos últimas campañas se ha quedado sin Champions. “Los rivales nos hemos reforzado bien y vamos a competir bastante más”, vaticina Fernández, que ahora cuenta con las internacionales Marta Cardona e Irene Guerrero.
Él, como José Herrera (Tenerife, 32 años), preparador del Granadilla, también confía en que el hecho de que el torneo haya entrado en el restringido grupo de Ligas profesionales sirva para que el previsible aumento de ingresos acorte la distancia. “A partir de ahora, la intención será democratizar e intentar equilibrar la balanza de la economía al obtener el dinero de los derechos audiovisuales [Dazn paga 35 millones por cinco temporadas] y la venta de la imagen de la Liga”, apunta Herrera. Su club, a diferencia del Atlético y de todos los que dependen de una entidad masculina, es uno de los denominados independientes y, por lo tanto, su margen financiero es aún más estrecho. No son parte de ningún mega presupuesto, como la mayoría. El Granadilla, por ejemplo, sigue compitiendo en césped artificial. “El Barcelona ha ido un paso por delante en planificación deportiva, detección de talentos y dinero. Pero a veces se nos olvida lo fundamental: la calidad de las jugadoras. Tienen 14 o 18 de las mejores de Europa”, recalca el técnico canario.
El dinero es la excusa del mediocreJosé Luis Sánchez Vera, técnico del Levante
José Luis Sánchez Vera (Madrid, 39 años), ahora en el Levante, fue el último entrenador que le arrebató una Liga al Barcelona (con el Atlético en 2019), además de la Supercopa de 2021, y su discurso no es nada complaciente. “El dinero es la excusa del mediocre”, proclama. “La economía te da un plus. El mercado es más reducido, la diferencia entre las muy buenas y las buenas es grande, y el presupuesto influye, claro. Pero nos hemos enganchado a las excusas en lugar de optimizar lo que hay. No para estar con el Barça, aunque sí para no quedar tan lejos. Ellos han cuidado su modelo, han pensado a medio plazo y, pese a perder tres Ligas seguidas, siguieron fichando. El Atlético, por ejemplo, no puede pensar solo en el presente para entrar en la Champions, porque cada temporada ha dado un paso atrás”, desarrolla con énfasis Sánchez Vera, que estuvo un lustro en el Metropolitano.
Crear una Europa League daría vidilla al torneoIraia Iturregi, preparadora del Athletic
En los últimos tiempos y a la vista del abrumador dominio barcelonista, ha resultado inevitable pensar en el riesgo de que la conocida ahora como “Liga F” se cronifique en una especie de Asobal de balonmano, donde el triunfo del Barça se da por descontado. La alternativa principal debería ser, en algún momento, el Real Madrid, que inicia su cuarto curso. “Creo que ellos también tienen el camino”, pronostica Sánchez Vera. “Podían haber metido todo el dinero, pero optaron por crecer poco a poco. Han fichado físico y cada vez les faltan menos piezas”, argumenta.
En Lezama, Iraia Iturregi (Bilbao, 37 años), una de las cinco entrenadoras del torneo, apuesta desde su excepcionalidad (en el Athletic solo pueden jugar futbolistas vascas) por mejorar lo que le toca -un entrenamiento adicional por semana, más trabajo de fuerza, la nutrición, retener mejor el talento y reclutar a sus 8-10 jugadoras objetivo-, aunque deja para la saca común una denuncia y una propuesta: “No puede ser que juguemos en algunos campos que son peores que los del nuestro filial masculino, de la Primera RFEF. Y también sería importante crear una Europa League porque le daría más vidilla a la Liga. No solo lucharían tres o cuatro equipos por un premio, sino siete u ocho”, sugiere. Ideas y reflexiones para un mundo con muchos problemas internos, como se vio con la huelga de árbitras, y que también necesita una Liga con más suspense.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.