Carlos Alcaraz recupera sensaciones en Cincinnati: “Quiero crecer bajo presión”

Satisfecho. Es como se queda uno al liquidar a su primer oponente en apenas una hora de partido. En Cincinnati, donde los nubarrones amenazan con romper una semana de sofoco bajo el sol, Carlos Alcaraz vio, jugó y cumplió en la madrugada de este miércoles ante el estadounidense Mackenzie McDonald, número 71 del mundo. El murciano, más rápido, más técnico y más preciso que su oponente, no tuvo demasiados problemas para imponerse por la vía rápida (6-3 y 6-2) y retomar el sendero de la victoria tras la debacle de Montreal, donde, por primera vez, reconoció en público grietas en su confianza.

“Estoy muy contento con mi actuación. Uno de los objetivos en este torneo es crecer bajo presión, volver a disfrutar como hice al comienzo de este año y a finales del año pasado”, dijo tras el encuentro.

Poco antes, todavía en la pista, Alcaraz había forzado el enésimo error de McDonald con una derecha a la línea cuya réplica quedó en la red. Era el punto definitivo. Victoria, puño cerrado y grito de rabia. Desde la grada, más vacía de lo habitual para ver a uno de los grandes favoritos, Juan Carlos Ferrero repetía el gesto. No era un partido más.

Inmerso en un extraño trance, Carlitos, como le gusta que le llamen, ansiaba recuperar la senda del triunfo: “He tratado de estar concentrado en cada punto y ser agresivo, como suelo hacer. Era un partido importante para mí”.

Con esta, Alcaraz suma 42 victorias en 2022 —y solo ocho derrotas—, más que ningún otro tenista en la ATP. Qué mejor forma de espantar una crisis, pensarán algunos. De qué crisis me habla, dirán otros. La realidad es que, tras caer en Montreal a las primeras de cambio, donde se vio superado por Tommy Paul, número 31 del mundo, el murciano fue tajante: “Ha sido la primera vez en mi carrera que no he podido soportar la presión. Tengo que aprender a gestionarlo”.

Ahora, ahuyentados los fantasmas de Canadá, al menos de momento, el joven tenista de El Palmar avanza a octavos de final en Ohio (Estados Unidos), donde se verá las caras con el croata Marin Cilic, un muro de casi dos metros que ya saboreó la gloria en Cincinnati en 2016.

En caso de seguir superando adversarios, Alcaraz se enfrentaría en una hipotética semifinal a Rafael Nadal, que debuta esta madrugada ante el croata Borna Coric, un talento impredecible que ya le venció en Cincinnati, en 2016, y con el que el balear mantiene un empate en duelos directos: 2-2.

Mientras llega el momento, el murciano está tranquilo. “No hay prisa”, dice con la mirada. Paso a paso. Calma. “Quiero disfrutar jugando al tenis y para eso tengo que estar relajado. Creo que hoy lo he hecho y estoy muy feliz por ello”, dijo en rueda de prensa, sonrisa sincera, tras el estreno ante McDonald.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.