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Una Liga de lo más chocante

El torneo español abre hoy un curso insólito con un Mundial casi navideño por el medio, con el mercado abierto hasta el 1 de septiembre y con muchos clubes sin poder inscribir jugadores por los controles financieros

Empieza la Liga
Xavi y Lewandowski, el domingo durante el Trofeo Gamper.Alex Caparros (Getty Images)
José Sámano

El fútbol español rastrea desde este viernes un territorio insólito. Comienza en Pamplona (Osasuna-Sevilla, 21.00, Movistar) una Liga de lo más chocante, con un inaudito Mundial navideño, no veraniego, a la vista. Una cita del 20 de noviembre al 18 de diciembre que perturbará de forma ineludible el devenir convencional del fútbol, desde los atributos físicos a los mentales. Qatar supondrá una escala desconocida para todos los campeonatos de clubes.

Pero no solo este Mundial con fórceps condicionará el curso futbolero. De entrada, la 92ª edición de la Liga se pone en marcha con una sobredosis de recelos financieros y un mercado abierto hasta el 1 de septiembre. Pocas plantillas están abrochadas. En muchas faltan fichajes. En tiempos de estrictos controles económicos de la patronal, tras tantos años de despilfarro, al fútbol le cuesta asumir lo que ve como una franciscana austeridad. Hoy hay que afinar como nunca y contratar significa, en la mayoría de los clubes, forzar despidos en paralelo. Lo mismo da que se trate del barcelonista Frenkie de Jong o del bético Álex Moreno. Los clubes precisan hacer caja y rebajar costes. Para ello no basta el deseo de un directivo sacamuelas. La última palabra es de los jugadores con contrato, que no aceptan según qué viaje.

Los límites salariales obligan sin excepción. Lo saben el Barça o el Almería. La entidad azulgrana lleva meses de funambulismo para cuadrar las cuentas. A palancazo limpio intenta sanear el presente a costa del futuro. Pero aún no está claro que su técnico, Xavi Hernández, pueda alistar frente al Rayo (sábado, 21.00) a los cinco fichajes (Christensen, Koundé, Lewandowski, Raphinha y Kessié) y a los renovados Sergi Roberto y Dembélé. La Liga de Fútbol Profesional (LFP) debe dar el visto bueno, trámite que puede sellarse justo hasta que los equipos informen al árbitro del partido de turno de los titulares y suplentes del evento. El jueves, por ejemplo, el Almería, que será el rival del Real Madrid el domingo (22.00), solo tenía 16 inscritos. Entre ellos el nigeriano Sadiq, su estrella, al que tiene en el escaparate y quizá ni llegue como almeriense al domingo.

Como otros muchos, también el Betis, flamante campeón de Copa que el lunes recibe al centenario Elche (21.30), tiene un embrollo considerable. De tal calado que ni siquiera Joaquín, icono verdiblanco, tiene asegurada la plaza tras su renovación. A sus 41 años, el futbolista portuense aspira a ser el jugador con más pisadas en la historia de la Liga. Con 600 partidos en las botas tiene a tiro al más eterno: Andoni Zubizarreta (622).

A un paso del Betis, en Nervión no tiran confetis. Isco sedujo el miércoles en su presentación (12.500 espectadores, según la entidad sevillista), pero se perderá varias jornadas hasta que pille la forma adecuada, y el equipo tiene carencias en su macizo andamiaje defensivo tras la marcha de los centuriones Diego Carlos y Koundé. Marcao, de momento su único relevo, lleva semanas de baja. Monchi, reputado fichador, tendrá que remover la chistera como casi nunca.

Con el bazar nacional e internacional tan condicionado por los apretones económicos, en la Liga no ha habido alfombra roja para fichajes de altos vuelos. Las luces de neón para el polaco Lewandowski, que el día 21 soplará 34 años. Al margen de las telarañas en las tesorerías, los avances médicos y nutricionales permiten hoy que muchos estiren sus carreras. Es un fenómeno general. A sus 35 años, Morales ha cruzado del encapotado Levante al refulgente Villarreal. Lo mismo que Reina (40 años el 31 de agosto), donde pasa revista con Albiol (37 el 4 de septiembre), su camarada de batallitas en su legendario periplo en Sudáfrica 2010. En la Liga, del bingo de todos los bingos todavía dejan huella Navas, Silva, Piqué y Busquets. Reina es portero, lo que le augura mayor rodaje, como a Asenjo —del Villarreal al Valladolid con 33 años—, Kiko Casilla —de Elche a Getafe con 35— y Diego López —del Espanyol al Rayo con 40—. Curioso lo del conjunto vallecano, que una temporada después de repescar a Falcao (36) pretende cerrar ahora a Diego Costa (33), una delantera que remite a la Altamira futbolística. En las casetas pocos movimientos de futbolistas y, menos aún, de entrenadores. Solo el Espanyol (Diego Martínez por Vicente Moreno), el Athletic (Ernesto Valverde por Marcelino) y el Valencia (Gattuso por Bordalás) han mudado.

En definitiva, poca pirotecnia. Salvo en el Camp Nou, donde de forma metafórica irrumpieron las ratas. Sus correrías por la techumbre del estadio se hicieron virales tras el Trofeo Gamper del pasado curso. La urgente renovación del rancho azulgrana ya está en marcha. Se adelantó el Real Madrid con la del Bernabéu, lo que provocará que en esta Liga el campeón no se presente ante los suyos hasta el 3 de septiembre contra el Betis. Antes jugará de forma consecutiva en Almería, Vigo y Cornellà. Pendiente de un Bernabéu de otra galaxia, la entidad ha limitado el retoque de la plantilla a Rüdiger, maduro central alemán baqueteado en el Chelsea, y Tchouameni, un volante de 22 años en la línea de Camavinga (19). Y eso que este Madrid de Benzema, Modric, Kroos y compañía no tiene edad. Tanta cuerda que ni Ancelotti teme un catarro de su gran capitán. El doblete —triplete, si se quiere, con la Supercopa de Europa— respalda a este Real. Por supuesto, la historia también. El Madrid (35 títulos de Liga) y el Barça (26) se han repartido todos los tronos barajados este siglo salvo uno del Dépor y dos del Valencia y Atlético, respectivamente. Para los éxitos de Betis, Sevilla, Athletic y Real Sociedad hay que rebobinar al siglo anterior. En principio, salvo algún estirón inopinado, el gran candidato a una posible cuña entre Real y Barça es el Atlético. Mantiene su estructura, reforzada con el solvente Witsel y el necesario Molina. No está Luis Suárez, sí Morata, el ariete que se prevé al frente de España en Qatar. Como se espera a Griezmann con Francia, Cunha con Brasil, Correa con Argentina y João Félix con Portugal. Esa es la dinamita de Simeone, de largo el técnico más afincado en la élite del fútbol español.

Ocurre que nadie es capaz de concretar la sacudida que supondrá el Mundial. De momento, cambios en los planes físicos de los equipos. Hay 14 jornadas y un maratón de duelos europeos hasta que se abra el telón en Qatar. En España, un parón liguero del 9 de noviembre al 31 de diciembre. Con los Mundiales veraniegos los futbolistas no tenían tiempo de despistes puesto que las partidas de cada club concluían en mayo. Ahora cabe regular de otra forma y mayor contención hasta Qatar y un acelerón a partir de enero. También los agentes vaticinan un mercado invernal al alza. El Mundial revaloriza como nada. La Liga, los clubes, en vilo.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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