El Barcelona jugará en el estadio olímpico de Montjuïc la temporada 2023-24

Solemnidad máxima, la del Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, para anunciar el acuerdo para iniciar, ahora sí, las obras de reforma del Camp Nou y su entorno: el futuro Espai Barça. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, han anunciado este jueves que la transformación arrancará este mes de junio y que la temporada 2023-24 el Barça jugará en el estadio olímpico Lluís Companys, en la montaña de Montjuïc de la ciudad. Se sabía la fecha del traslado provisional, pero no dónde.

Durante la próxima temporada las obras en el estadio se centrarán en la primera y segunda gradería y serán compatibles con la competición. La demolición de la tercera gradería se atrasa hasta verano del año que viene, debido a las incertidumbres sobre el impacto de la invasión de Rusia en Ucrania en el coste del proyecto. Será entonces cuando se producirá el traslado. La temporada 24/25 se podrá volver al Camp Nou con un aforo del 50%.

El consistorio ha explicado que las partes trabajan para acordar las condiciones del traslado y cómo participará el club en los gastos que comportará que el estadio albergue la competición. El acuerdo incluirá las intervenciones necesarias en el estadio (donde también jugó el Espanyol entre 1997 y 2009, tras la venta de Sarrià y el estreno del estadio de Cornellà) y también la corresponsabilidad del FC Barcelona en el coste en cuestiones como movilidad, limpieza, seguridad o mantenimiento del entorno del estadio. El estadio tiene un menor aforo que el Camp Nou (unos 60.000 asientos) y el club busca la fórmula para gestionarlo con los socios que tienen asiento. Una de las que se barajan es ofrecer la posibilidad de acogerse a excedencias, renunciar temporalmente, de manera rotatoria.

Colau ha anunciado además que la comisión de Gobierno ha aprobado la concesión de la licencia de obras para la reforma y ampliación del estadio, que el club prevé iniciar en verano, cuando finalice la temporada. Las obras supondrán abrir las instalaciones ahora valladas a la ciudad y renovar 111.000 metros cuadrados de uso público, con más verde y carriles bici. Está previsto que las obras, con un coste previsto de 1.500 millones, terminen en 2026. La licencia tendrá un coste de seis millones de euros para el club.

“Este gran acuerdo comportará una gran mejora para la ciudad”, ha celebrado la alcaldesa y ha aplaudido que los cambios introducidos en el primer proyecto (respecto a la sostenibilidad) se alinean con la política de la ciudad. “Seremos referencia para los socios, internacional y en tecnología”, ha destacado Laporta. A la pregunta de si será el mejor estadio del mundo, Colau ha celebrado que sea bueno para la ciudad y los vecinos, además de “referente de sostenibilidad”. Laporta ha respondido con mayor entusiasmo: “Será el mejor estadio del mundo, en la mejor ciudad del mundo y en el mejor país del mundo”.

De inicio, las obras se concentrarán en la primera y segunda gradería (restauración e impermeabilización, entre otros trabajos), en habilitar nuevos sistemas tecnológicos (telecomunicaciones para las transmisiones, traslado del centro de datos y sala técnica) y en el entorno del Camp Nou y la urbanización del exterior. Mientras, siguen las actuaciones previstas más allá del recinto, de acuerdo al plan urbanístico del Espai Barça, aprobado en 2018. Es el caso de la reurbanización de la calle de Menéndez Pelayo y el derribo del edificio propiedad del club en la Travessera de les Corts, el antiguo Picadero.

Hay un fleco, sin embargo, y son las modificaciones al proyecto que se aprobó en 2018, con Josep Maria Bartomeu de presidente del club. En mayo pasado, el Gobierno municipal se reunió con la actual junta directiva del club y conoció su intención de introducir cambios en la primera propuesta: mejoras en sostenibilidad, innovación, tecnología y accesibilidad. Será necesario que la comisión de Gobierno apruebe una modificación de la licencia principal de las obras del futuro Camp Nou.

Entre otras novedades, está previsto instalar 18.000 metros cuadrados de places fotovoltaicas en la nueva cubierta (generarán el equivalente a 600 pisos del Eixample), un sistema de geotermia (para provechar el calor del subsuelo) y de distribución de frío y calor global. También se quieren reutilizar las aguas pluviales de la cubierta y potenciar la biodiversidad, incrementando un 15% los árboles del recinto. “La sostenibilidad se convierte en el ADN del Estadio para convertir el Camp Nou en un referente”, ha señalado el club. El 60% de las plazas de aparcamiento serán para vehículos eléctricos y habrá plazas para bicicletas y patinetes.

Financiación con los ingresos del futuro espacio

La actual directiva del club recibió el aval de los socios a finales del año pasado. Con un 87,8% de votos favorables en un referéndum telemático, los socios avalaron buscar financiación por un máximo de 1.500 millones de euros para el Espai Barça. La inversión contempla destinar 900 millones para el Camp Nou, cuya capacidad será de 105.000 espectadores; 420 millones para el Palau Blaugrana; 20 millones para el Johan Cruyff; 100 para la urbanización del campus; y 60 para inversión en calles prevista en la modificación del Plan General Metropolitano.

Laporta ha asegurado que las previsiones sobre la financiación son buenas tras el préstamo acordado con Goldman Sachs. “Para el pago de la financiación tenemos previsto ingresos adicionales que genere el propio Espai Barça una vez construido. Tenemos cinco años de gracia [los de las obras] de un total de 35 años”. El presidente también ha asegurado que la reforma “no afecta para nada la gestión diaria deportiva del club ni a su patrimonio”. “Estamos muy activados en las cuatro palancas que nos permitirán reactivar la economía del club”, ha anunciado.

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