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Los Ángeles busca una leyenda en su primer Super Bowl en casi 30 años

Los Cincinnati Bengals buscan el primer trofeo de su historia frente a los Rams, que jugarán en casa, arropados por los suyos

Super Bowl 2022 Los Ángeles Rams Cincinnati Bengals
Los 'quarterback' de los Bengals, Joe Burrow, y el de los Rams, Matthew Stafford.AP

Desde hace dos semanas, Rasheed Williams, de 28 años, instala su puesto en el cruce de las avenidas La Brea y Obama, al oeste de Los Ángeles. Vende camisetas y banderas de los Rams, el equipo que se juega en casa este domingo contra los Cincinnati Bengals el título de fútbol americano en el Super Bowl LVI. “Ha sido una locura”, dice el vendedor. Puestos como este han florecido en varios puntos de la ciudad. Es tan solo un síntoma de las pasiones que ha despertado el juego en un lugar acostumbrado a los famosos pero huérfana desde hace casi 30 años de una hazaña en la NFL.

Es turno del fútbol americano en el bastión de los Lakers y los Dodgers, dos equipos con profundas raíces en la ciudad. Los Rams, en cambio, tienen este domingo la oportunidad de culminar un largo proceso de seducción después de haber regresado en 2016 tras una estancia de 21 años en Misuri. Allí ganaron su único trofeo en 1999. “Si naciste en Los Ángeles después de 1995 creciste sin un equipo”, reflexionaba Kevin Demoff, uno de los ejecutivos de los Rams, una franquicia que llegó al Super Bowl en 2019, pero que fue derrotado por los Patriots de Brady. Una encuesta publicada esta semana defendía esta idea. Solo el 26% de los aficionados considera a los Rams su equipo en la ciudad que comparten con los Chargers.

El 56% de los estadounidenses consultados cree que los Rams se coronarán el domingo en el estadio SoFi, cuya obra costó 5.000 millones de dólares. Los asientos en lo más alto del estadio andaban estos días en torno a los 6.000 dólares. Los espacios más exclusivos se comerciaban a través de agencias dedicadas al lujo. Una ofrecía un palco de 18 lugares con comida y bebidas incluidas por 1,1 millones de dólares. Si los Rams consiguen el triunfo será el segundo título consecutivo logrado por una franquicia en casa, tras la última hazaña de Tom Brady en Tampa Bay en 2021. Para lograrlo, deben doblegar a los Bengals, un equipo nacido del desamor.

Su leyenda fundacional transcurre en Ohio, donde Paul Brown, un famoso entrenador universitario fue contratado después de la Segunda Guerra Mundial para liderar un equipo de Cleveland, al norte del Estado, que bautizó como los Browns. Dominaron una liga alternativa para después mudarse a la NFL en los años 60. Brown fue despedido en 1963. Molesto y defraudado, abandonó el deporte durante cinco años. Pero volvió con una venganza, e invirtió en un equipo del sur de Ohio. Les puso Cincinatti Bengals, que tiene las mismas iniciales que los Browns. Redobló la osadía usando los mismos colores, el naranja y el café. Ninguno ha tenido una historia demasiado exitosa. Los Browns nunca han jugado un Super Bowl. Los Bengals perdieron dos contra San Francisco en los años ochenta.

El renacimiento del equipo ocurrió el año pasado. Vuelven a la final tras 33 años de la mano de uno de las grandes promesas del deporte, Joe Burrow, de 25 años. Es quarterback modelo en Estados Unidos: ganó en 2019 el campeonato colegial con la Universidad de Luisiana, en una liga de alto rendimiento considerada el semillero de los grandes talentos de la NFL. Ganó el Heisman, el trofeo al mejor jugador universitario. Los malos resultados de los Bengals en la temporada 2019-2020, donde tuvieron 14 derrotas en 16 juegos, les permitieron elegir primero en el draft. Así se hicieron con Burrow, quien puede convertirse el domingo en el primero en la historia con un título universitario, un Heisman y un anillo de Super Bowl.

El primer año de Burrow como profesional fue complejo. Sufrió una rotura de ligamentos, lo que dejó al equipo sin cabeza ofensiva, dejando a los Bengals último de su división. El chico estrella volvió para 2021 logrando una marca de 10 triunfos y siete derrotas, suficiente para colarse en la postemporada. Han sido calificados como los más débiles, pero vencieron a los favoritos: Raiders, Titans y los Chiefs de Patrick Mahomes.

Matthew Stafford (34 años), el rival de Burrow como quarterback de los Rams, parte como favorito para hacerse con el trofeo de mejor jugador de la final. Solo ha permitido una intercepción en los partidos de la postemporada. Tiene una gran sintonía con el receptor Cooper Kupp, quien se ha mostrado imparable durante los últimos juegos. Otro factor de desequilibrio está en Odell Beckham Jr., un veterano de 29 años que prefiere las fiestas a los entrenamientos. La defensa liderada por Von Miller y Aaron Donald encierra la clave de la victoria.

El trofeo Vince Lombardi junto a los cascos de los Rams y los Bengals.

Los Ángeles ha sido anfitriona de siete Super Bowl. Aquí se jugó el primero de la historia, en 1967. Los Dolphins de Miami de 1972 forjaron su leyenda, ganando la sexta edición a Washington. La última final disputada en la ciudad fue en 1993. OJ Simpson fue el encargado de lanzar la moneda al aire para elegir qué equipo iniciaba con la pelota. Michael Jackson estuvo en el espectáculo de medio tiempo.

El viernes los Rams terminaron su último entrenamiento con una sesión de estiramiento. En las bocinas del campo de Thousand Oaks sonaba California Love, el tema clásico de Tupac Shakur. La NFL ha corregido años de omisiones y por fin ha entregado el evento más visto en Estados Unidos al rap. El año pasado, la final fue sintonizada por 96 millones de personas, el peor dato de audiencia desde 2007. Los organizadores buscan ahora romper el récord de 2015 (114 millones). Para ello han reunido a leyendas del género en la cuna del rap de la costa oeste. Dr. Dre, Snoop Dogg, Eminem y Kendrick Lamar se harán cargo, junto a la cantante Mary J. Blige, del espectáculo de medio tiempo, la franja más cotizada en la televisión estadounidense. Una porción de 30 segundos en la cadena NBC cuesta siete millones de dólares.

Prince St. Julian, dueño de una barbería en Compton, origen de grupos de gangsta rap como NWA, hablaba esta semana de sus expectativas sobre el partido. “Es como un día feriado. Mis hijos no irán al colegio el lunes”, aseguraba el hombre, de 41 años. “A fin se ha hecho justicia. Kendrick y Dre salieron de aquí. Snoop es de Long Beach”, confiesa mientras dice que el número musical es lo único que lo hará encender la televisión el domingo. A kilómetros de ahí, en el puesto de Rasheed, los raperos aparecen también en camisetas junto a los nombres de Stafford, Beckham Jr., y Aaron Donald. Los Bengals, en cambio, quieren tomar por asalto Los Ángeles.

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