Benzema y los intrépidos

Zinedine Zidane no es muy dado a sacar punta a su equipo de forma pública, pero hace tres días, antes de enfrentarse a Osasuna, reconoció las evidentes dificultades ofensivas de los suyos. “Nuestra fuerza es hacer las cosas juntos, defendiendo. Y a la hora de tocar el balón es cuando podemos y debemos mejorar. Lo vamos a intentar”, comentó. Unos problemas que influyen de forma directa en la cacareada precariedad del gol en el Real Madrid. Este miércoles, en la vuelta de las semifinales de la Champions contra el Chelsea en Londres (21.00, Movistar Liga de Campeones), a los blancos no les queda más opción que marcar (1-1 en la ida) si aspiran a alcanzar la final. Sin embargo, a la cita llegan en uno de esos tramos de la temporada en los que anotar se les está haciendo especialmente enrevesado.

Vinicius y Asensio han vuelto a dejar solo a Benzema. En los siete partidos recientes, entre los dos suman cero tantos y una asistencia, la del brasileño en el Carranza. Su efervescencia de hace un mes ha perdido gas y, más allá de ellos, Hazard y Rodrygo se encuentran en sus propios procesos de reactivación. Así que todo se ha ido reduciendo a la cabeza y los pies del delantero francés, la ayuda de los medios (también menguante) y las aventuras intrépidas del resto, un caladero sorpresa, este último, muy rentable en algunos momentos clave.

Ante el conjunto navarro, en plena frustración por la falta de tino pese a los muchos intentos, fue un central resucitado (Militão) quien liberó a todos. También a Zizou, que lo celebró a lo grande. Nadie tiró a puerta más veces (tres) que el brasileño, que se apuntó su segunda diana del curso. En la ida de octavos contra un Atalanta con diez, tuvo que ser un derechazo lejano y fuera de guion de un zurdo cerrado (Mendy) el que aliviara a los merengues tras una acumulación inocua de pases y más pases. Como admitió después Zidane, “el que tenía que disparar no era Ferland”. En el derbi en casa, al Atlético lo terminó de doblar un tiro desde fuera del área de Carvajal en su único tanto de este ejercicio. Y en el Camp Nou el triunfo lo abrió Valverde con uno de sus tres emboques del curso.

El año pasado, incluso un Mariano aún más orillado le clavó uno al Barcelona nada más salir. Fue el caso más extremo, quizás, de este sentido de la oportunidad. Esa campaña, el Madrid se inventó hasta 22 goleadores diferentes para paliar la escasez y la colectivización surtió efecto en el torneo doméstico. En esta van menos (16), pero todavía sigue encontrando colaboradores imprevistos, como Odriozola en Cádiz. Su único tanto en 96 partidos de Liga.

En los últimos seis partidos los goleadores han sido: Benzema (tres), dos defensas casi inéditos hace un mes (Odriozola y Militão) y un medio de contención (Casemiro)

Los últimos seis duelos explican bien el cuadro con el que aterriza en Londres: apenas seis dianas conseguidas por Benzema (tres), dos defensas casi inéditos hace un mes (Odriozola y Militão) y un medio de contención (Casemiro), que igualó su mejor registro (siete) de hace tres temporadas, sobre todo por el aire. El Madrid es la segunda escuadra de Europa, junto al Bayern, que más suma de cabeza (16), superados por el Montpellier (17). Un ejemplo del escapismo al que se han aferrado los blancos para continuar en pie. El sistema defensivo, en cambio, ofrece pocas dudas: 0,47 goles recibidos en los 19 partidos invicto pese a las ilustres bajas, aunque solo con eso no bastará en Stamford Bridge.

Como Haaland y CR

El paisaje del Chelsea de Thomas Tuchel no deja colores muy diferentes. Es el que menos anota (1,36) entre todos los cuartofinalistas más el Barça, Atlético, Juventus, Inter y United, con el Madrid solo dos peldaños por encima (1,68). En esa hoguera faltan las paladas de Werner, que ha pasado de 34 tantos en el Leipzig a 11 en Londres.

En la portería propia, el cerrojazo blue es idéntico al blanco. Así que, si se mira al pasado reciente, la vuelta de las semifinales apunta a un duelo angosto decidido, más si cabe, por detalles. La experiencia no invita a pensar en un festival anotador.

Los tantos del francés representan el 35% del total del Madrid, igual porcentaje que Haaland, Lewandowski y CR en sus equipos

En este escenario tan opresivo, a falta de invitados salvadores, la única certeza del Madrid en la obligada misión de marcar es Benzema. La carrera del francés ha derivado en una paradoja: el nueve menos nueve de todos los grandes clubes del continente presenta números tan influyentes como francotiradores de la especie de Haaland, Lewandowski y Cristiano Ronaldo. Las dianas de todos ellos representan el 35% del total de sus equipos. Por detrás quedan los Messi (30%) Lukaku (31%) y Mbappé (32%).

Un dato, el del madridista, que habla tan bien de él como regular de sus compañeros atacantes. Sus 28 dianas ya le sitúan una por encima de todo el año pasado, con siete encuentros menos, y a cuatro de su récord de hace nueve temporadas. Pero aquel era otro Madrid, uno que metió 121 en Liga, desbocado con Ronaldo y que lanzaba casi tres tiros más por jornada. En este, a esta hora, están él y los intrépidos.

La radiografía en números

Tantos a favor. El Madrid y el Chelsea de Tuchel, a la cola entre los cuartofinalistas de la Champions más el Barça, Atlético, Inter, Juve y United: 1,68 los blancos y 1,36 los londinenses en todas las competiciones. El Atlético, segundo peor (1,61). El Bayern (2,68), líder.

Tiros a puerta. De este grupo, el Madrid es el tercero que menos lanza (4,91). El Chelsea, quinto por abajo (5,27). El Barça, a la cabeza (7). El Atlético, el peor (4,66). La cifra de los merengues se ha desplomado casi a la mitad en una década. En la 2009-10, era de 8,02. Este año ha pegado otro bajón fuerte: el pasado fue de 6,31.

‘Killer’ Karim. Las dianas del francés (28) representan el 35% del total del Madrid (79). Un porcentaje igual al de Haaland, Ronaldo y Salah, similar al de Lewandowski (34%), y superior a Messi (30%), Mbappé (32%) y Lukaku (31%).

Mejora defensiva. En estos 19 partidos invicto, la cifra de tantos encajados del Madrid es de 0,47. En el global del curso, 0,85. La media del Chelsea de Tuchel, en 22 partidos, es 0,45.

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