Asensio espanta el miedo
El balear, que hasta hace un mes y medio no se quitó el temor a volver a lesionarse, encadena su mejor racha goleadora tras unos meses muy flojos
El pasado 18 de junio, en el segundo partido del postconfinamiento, Marco Asensio volvió a jugar tras 11 meses fuera de los campos debido a una gravísima lesión de rodilla. Lo hizo a lo grande. Salió contra el Valencia, metió un gol a los 30 segundos y dio una asistencia. El fútbol español celebró el regreso de una de sus esperanzas y, casi de forma inconsciente, lo dio por recuperado. Ese tramo final de competición, la pretemporada posterior y, si hacía falta, un poco más bastarían para terminar de ajustar los reglajes de su cuerpo y retomar la carrera donde la había dejado. Sin embargo, en la cabeza del balear todo ha sido más complicado.
“Hasta hace un mes y medio, aproximadamente, no se ha quitado del todo el miedo a volver a lesionarse. Es que no todos los organismos responden igual. Y ahora todavía no se encuentra al 100%, pero las cosas le empiezan a marchar. Está llegando, ha recuperado la confianza. Antes la mente la tenía en la lesión y ahora está entre los tres palos”, asegura una persona muy próxima a él.
Sus cuatro goles en los últimos cuatro partidos, tantos como en los 40 anteriores, significan su mejor racha en un curso que se ha convertido en una larga espera alrededor de su figura. “Dejadlo en paz”, soltó Zidane a finales de noviembre, en mitad de uno de los periodos de ausencia del jugador. Asensio, de 25 años, es, quizás, el único joven por el que realmente ha apostado el técnico francés en el Bernabéu. Se vio en su primera etapa en el banquillo y se ha confirmado en la segunda. Este año ya acumula 24 titularidades, sin embargo, su producción e influencia en el juego han sido muy pobres hasta hace dos días.
De las 24 titularidades de esta temporada, en siete no metió, asistió ni tiro a puerta
Pese al éxito de la coronaliga, las dificultades anotadoras del Madrid resultaban evidentes, y el plan era que él y Hazard fueran los principales encargados de abrigar esta campaña a Benzema, algo que pocas veces ha ocurrido. En las 24 jornadas que ha salido en el once, en siete de ellas se ha marchado sin marcar, asistir ni tirar a portería. Por ejemplo, en el Camp Nou (1-3). Y en dos de esas tardes, sin intentar siquiera un regate. Uno de estos duelos depresivos fue hace un mes contra el Atlético en el Wanda (1-1), después del cual encadenó tres suplencias seguidas.
“No se encontraba con la fuerza ni la potencia adecuadas para hacer lo que tenía que hacer. Le llegaba el balón a la raya y no tiraba para adelante, sino hacia atrás, lo más fácil. El Madrid no quiere un jugador para eso, hay que atacar”, admiten desde su entorno sobre el largo periodo que tardó en espantar los miedos. El futbolista siempre ha sido consciente de su insuficiente rendimiento en muchos tramos de la temporada y que un club tan grande tiene un límite de espera. Así que tampoco le sorprendió los tres choques recientes (Elche, vuelta frente al Atalanta y Celta) que empezó desde el banquillo, casualmente, cuando ha empezado a recuperar el gol saliendo como reserva. Él no se veía bien y sus compañeros no eran ajenos. Modric, que siente un aprecio especial por el balear, fue uno de los que más se dio cuenta de esa pérdida de confianza.
Planteamiento de cesión
Asensio y su equipo cercano no intuían un curso sencillo debido a las consecuencias de una lesión tan grave, el primer percance serio de su carrera, y plantearon al club la posibilidad de salir cedido un año para acumular minutos, alejar temores físicos y volver en pleno estado de revista. El Madrid, sin embargo, la descartó de plano, según detallan desde su entorno.
“No tenía la fuerza para ir para adelante. El Madrid no quiere un jugador para eso”, admiten en su entorno
Despejado el futuro, la temporada arrancó con un susto en una concentración con España, un edema en la rodilla operada que le llevó a perderse los dos primeros compromisos de Liga. Pero de vuelta a la actividad, Zidane cumplió las expectativas y le concedió el estatus de protagonista principal. En el ataque fetén del francés, él y Hazard acompañarían a Benzema. La primera huella del balear tardó mucho en aparecer. No dio la primera asistencia hasta las Navidades (contra el Granada, 2-0) y no metió el primer gol hasta después de Año Nuevo (frente al Celta, 2-0). La sequía ya le había hecho perderse el tramo crítico de diciembre, cuando los blancos esquivaron el crac europeo.
Las primeras señales de vida impulsaron al zurdo y ZZ volvió a reforzar su apuesta con 13 titularidades consecutivas que apenas se vieron recompensadas con un tanto más ante el Levante en casa (1-2) y una apreciable actuación en la derrota de la Supercopa contra el Athletic (2-1). En todo este ciclo, ninguna asistencia y solo 13 regates. Regresó al banquillo y, entonces sí, ha podido encadenar su mejor racha. “A veces es importante para los jugadores ofensivos hacer goles”, apuntó este viernes Zizou como clave de su buen momento. “Marco está mucho mejor y la lesión ya está olvidada. Cuando mete, le da confianza para estar más suelto”, añadió el técnico. Todavía le falta potencia física para aguantar los 90 minutos, pero la confianza, advierten en su entorno, está reestablecida. Benzema lo necesita y la Eurocopa ya queda cerca.
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