Simeone baja el ruido

Después de generar incertidumbre con sus palabras tras caer ante el Cornellà, en las que planteó dudas sobre su continuidad, Diego Pablo Simeone reapareció este viernes ante los medios con un tono calmado. Despidió ciertos aires de arrepentimiento expresados en la justificación sobre lo que dijo el pasado miércoles. El Atlético, si la nieve no lo impide, recibe este sábado al Athletic (16.15, Movistar LaLiga) con la resaca de su estrepitosa eliminación copera, el posterior e inquietante discurso de su entrenador y la necesidad de seguir apuntalando su liderato en la Liga.

En su paso de página, Simeone rebajó su discurso para aminorar la tensión interna y externa creada por él mismo. “Es difícil intentar explicar sensaciones y sentimientos cuando uno se expresa. Y es normal que quien lo recibe los pueda interpretar de la manera que lo desea. Soy bastante sincero en todo lo que expreso, siempre les digo a ustedes [la prensa] que pienso que me pueden echar mañana y convivo continuamente con el partido a partido. Entonces, no me alejo mucho de lo que expresé el otro día”, explicó sobre el estruendoso “si estamos el año que viene” pronunciado tras la debacle copera.

Sucede que en la sala de prensa del estadio del Cornellà, Simeone no fue tan explícito como este viernes. “Estoy muy feliz en el Atlético de Madrid. Estamos compitiendo de una manera muy buena, venimos de un año de transición a un año que el equipo está siendo mucho más contundente, continuo y equilibrado, en una Liga muy difícil como la española. Después, cada uno es libre de pensar lo que prefiera. Está claro que alguno siempre tiene esa malicia esperada, pero con tranquilidad la seguimos sosteniendo”, enfatizó El Cholo.

Simeone volvió a comprobar el ruido causado por sus declaraciones en un momento en el que el equipo lidera la Liga y está clasificado para los octavos de final de la Champions. Y con el mar de fondo del inicio de las conversaciones sobre la renovación de su contrato, que expira en 2022.

Fuera para desviar la atención del estrepitoso traspié, fuese porque digirió mal la derrota o porque quería proteger a sus jugadores, lo cierto es que fue a apagar el fuego con gasolina. Buena parte de las preguntas telemáticas que tuvo que responder tuvieron que ver con su intrigante intervención. “Es normal, lógico y entendible que cada uno, en busca de lo que quiere, interprete la situación como prefiere. Es normal que en la opinión de los medios busquen por qué. No hay que buscar tanto; siempre digo que me pueden echar mañana y que hay que pensar en el partido a partido y entendí comentarles lo que comenté”, reiteró.

El partido de este sábado, de disputarse, mediría el impacto que ha causado en el líder el primer gran patinazo del curso y el revuelo generado por el entrenador con su discurso pospartido. Las hechuras de técnico y jugadores pueden ser puestas a prueba por el Athletic de Marcelino si Filomena no lo impide. El técnico asturiano suele oponerle a Simeone duelos de pelaje duro. Sus libretos han sido catalogados de la misma escuela. Salvo un 3-2 de hace dos temporadas, en un Atlético-Valencia, han deparado partidos pizarreros, de pocos goles y mucho movimiento calculado en saques del portero y de banda. El balance en los enfrentamientos favorece al técnico argentino con cuatro victorias, dos derrotas y cuatro empates.

Ambos entrenadores nunca han ocultado nunca la admiración que se tienen. “Marcelino tiene las ideas muy claras, siempre las ha tenido; en todos los equipos que ha trabajado ha generado una estrategia de juego importante y con personalidad, todos sabemos que tiene futbolistas buenos, ya lo vivimos con el Barcelona, hicieron muy buen partido”, ensalzó Simeone. “Debemos ser un equipo sólido y pegarnos otra paliza tremenda para contrarrestar a este Atlético. Es bueno en todos los aspectos: es el tercer máximo goleador, el menos goleado con diferencia y en casa solo ha empatado con el Villarreal”, elogió Marcelino. Para el técnico del Atlético la victoria sería la primera palada para enterrar Cornellà y para el del Athletic la primera piedra para la compleja reconstrucción en la que se ha embarcado.