Los medios del Barça no llegan
Los centrocampistas azulgrana, con Vidal como puntal, aportan el 15% de los goles del equipo, el peor registro de los últimos años
Mala señal para este Barça que a cada curso que pasa pierde relevancia desde la medular cuando con Pep Guardiola en el banquillo se defendía a capa y espada que el fútbol es de los medios. En el último curso de Luis Enrique, los centrocampistas firmaron 37 goles para alcanzar el 21,7% del total del equipo; hace dos años, ya con Valverde, sumaron 29 (20,5%); en la temporada anterior se quedaron en 24 (17,4%); y en esta llevan 10 (15,9%), sobre todo gracias al acierto de Arturo Vidal. El ejemplo se dio en el duelo copero ante el Ibiza.
Griezmann bajó a recibir durante toda la primera parte porque nadie le seguía, porque tenía espacio y tiempo para absorber el esférico porque los centrales no salían de su sitio. El problema, sin embargo, es que luego no podía hacer nada más que girarse y buscar la jugada homérica —cosa que nunca probó porque como él dice tampoco es un prodigio en el regate— o devolver el esférico al punto de partida ante la falta de desmarques de apoyo y de ruptura, una constante sin tener en cuenta a De Jong. “Nos ha faltado profundidad”, argumentó Setién al concluir el duelo, tan aliviado por superar la ronda sobre la bocina como preocupado por la falta de fútbol de su equipo; “pero quizá los medios y sobre todo de los carrileros son los que deben ocupar los espacios que dejan libres los de arriba. Pero sus laterales no se quedaban atrás sino que también tiraban… Era complicado”. Una tara preocupante, la falta de llegada desde la segunda línea, porque se repite desde que comenzara la temporada y que se agranda a cada curso que transcurre.
El área deportiva del Barça se planteó poner a Arturo Vidal en el mercado, después de su nueva salida de tono de este año, cuando lamentó la falta de minutos sobre el tapete y amenazó con buscarse otro equipo. Molestó pero se acabó por hacer oídos sordos y se insistió en que no afectaría a lo deportivo. Más que nada porque Valverde, ahora despedido, no quería perderlo como tampoco parte de la secretaría técnica. “Es el jugador que más llegada tiene; siempre tiene una ocasión de gol salga los minutos que salga. Tiene fe y tiene el don de la oportunidad”, esgrimen desde las oficinas del Barça. Y así es porque en este curso ha marcado seis goles en 14 remates, solo por detrás de los delanteros Messi (17 tantos en 88 chutes), Luis Suárez (14 en 73) y Griezmann (11 en 51), el tridente ofensivo.
El problema es que Suárez está lesionado de larga duración y que después de Vidal no hay un centrocampista con despliegue vertical y puntería, capaz de tener una relación estable con el gol. De Jong suma un tanto en tres remates; Busquets se queda en uno de cinco intentos; Rakitic no ha hecho diana en sus 21 chutes, quizá porque es el único que se anima a pegarle desde fuera del área; y Arthur ha hecho dos tantos de seis disparos. Escasez que de momento no regenera Setién y que subrayan los centrales Piqué y Lenglet, que alcanzan los 11 y ocho remates respectivamente, puntales a balón parado.
Sistema nuevo
Griezmann, a quien Setién le debe una porque le salvó del descalabro en Ibiza, lo tiene claro. “Jugamos con un sistema nuevo [3-5-2] y nos tenemos que acostumbrar. Todos los partidos son difíciles. Hay que coger confianza con el balón, crear espacios en ataque, ocasiones. Iremos cogiendo la táctica del míster”, resolvió el francés al acabar el duelo.
Pero hay trabajo por hacer porque los medios no se prodigan ni llegan, ni siquiera ahora el chileno por indicación técnica. “Arturo tiende a perder la posición y el orden. Nuestro trabajo es incidir en este punto porque hay que tener orden para defender y atacar. Estoy convencido de que al final lo acabaremos de conseguir”, expuso Setién. Lo que resultó, frente al Granada —primer choque con el nuevo técnico—, en el Vidal más académico y formal, lejos de crear el caos para bien o para mal. También, en un jugador que se quedó en un solo remate como hicieron Rakitic y Busquets. Algo similar a lo acontecido en Ibiza, donde solo Rakitic y Riqui Puig se animaron a disparar en una ocasión, ninguna entre los palos.
Corregirlo a la carrera queda en manos de Setién.
Neto sufre un esguince en el tobillo izquierdo
Durante el encuentro ante el Ibiza, Neto sufrió un esguince en el tobillo izquierdo después de apoyar mal el pie tras un salto. Aunque continuó en el césped por tener la articulación en calor, el portero azulgrana estará de baja al menos dos semanas, quizá tres. Lo que le impediría jugar los octavos de la Copa, posiblemente también los cuartos si el Barça supera ronda. Neto se une en la enfermería con Suárez (operado de la rodilla) y Dembélé, lesionado en el muslo.
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