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La lucha de los pueblos pequeños contra las macrogranjas y las plantas de biogás: “Pan para hoy, mierda para siempre”

Varias plataformas de Castilla y León acuden a las Cortes contra la proliferación de estas factorías

Manifestación en el exterior de las Cortes de Castilla y León contra la instalación de plantas de biogás.
Manifestación en el exterior de las Cortes de Castilla y León contra la instalación de plantas de biogás.Emilio Fraile
Juan Navarro

“Planta de biometano = despoblación”. “¡Ni en tu pueblo ni en el mío! Evitemos el desastre”. “Primero el biogás y luego lo demás”. “Pan para hoy, mierda para siempre”. Las pancartas frente a las Cortes de Castilla y León (Valladolid) recogen el sentir de localidad de las nueve provincias de la comunidad, reunidas ante la sede parlamentaria para expresar las crecientes quejas del medio rural, tanto en este territorio como en otras regiones, contra una amenazadora dole entente: las macrogranjas y las plantas de biogás. Esta simbiosis despierta las protestas sociales de estas localidades, temerosas de contaminación, malos olores, un aumento del tráfico de camiones y pocos beneficios en forma de empleos o tasas. La Junta de Castilla y León y los defensores del biogás insisten en que es una energía limpia y renovable, pero sus detractores critican los métodos de gestión y su cercanía a los pueblos.

Las plataformas contra estos proyectos han reunido en Valladolid a varios colectivos agraviados en las nueve provincias de la comunidad, algunas separadas por cientos de kilómetros pero con el mismo problema compartido. Ramón Bautista, de 68 años, procede de Babilafuente (Salamanca, mil habitantes), donde las previsiones apuntan a una planta de tratamiento de purines, fuente del biometano y el biogás, en la que se trabaje anualmente con 238.000 toneladas de residuos animales, equivalentes a 71 camiones diarios circulando por el apacible municipio charro. Bautista recita el resquemor de tantos municipios: “Malos olores, contaminación de los acuíferos, mucho tráfico destrozando la carretera, que vengan macrogranjas…”. El tándem de biogás y macrogranjas se afianza porque estas generan los residuos para aquellas, de ahí que en el medio rural estén aumentando las instalaciones de ganadería intensiva con miles de cabezas porcinas, pues sus restos son optimizados por las plantas de producción energética. “Es igual para todo el medio rural y ni siquiera trae empleo, son solo nueve puestos”, critica el hombre, quien admite una realidad de fondo: “Si al menos fuesen muchos más trabajos, aceptaríamos mejor”.

Manifestación en el exterior de las Cortes de Castilla y León contra la instalación de plantas de biogás.
Manifestación en el exterior de las Cortes de Castilla y León contra la instalación de plantas de biogás.Emilio Fraile

Los colectivos concentrados este martes han emitido un manifiesto donde sintetizan sus líneas de protesta: “Denunciamos la falta de transparencia y la marginación de la ciudadanía en la aprobación de estos proyectos. Los procesos de implantación de estas industrias se llevan a cabo a espaldas de la población, sin información clara”. Los grupos recalcan que la Junta de Castilla y León y sus representantes provinciales apenas les aportan “evasivas y promesas vacías” y sintetizan en cuatro sus reclamaciones: “Paralizar los proyectos de macrogranjas y macroplantas hasta que se realicen evaluaciones ambientales y sociales independientes y exhaustivas”, “acceso a toda la información sobre los proyectos actuales y futuros en cada provincia”, “participación directa de las comunidades en la toma de decisiones que afecten a su entorno, su salud y su calidad de vida” y “respeto por el medio ambiente y la salud pública”. Además, tienen registradas unas 60 iniciativas para plantas de biogás o biometano y más de un centenar de macrogranjas en las proximidades. Otra clave, la presencia de gasoductos: a más proximidad a uno de ellos, más barato resulta para las empresas ubicarse en los alrededores.

Las particularidades de la despoblación y de las pequeñas alcaldías acarrean conflictos de intereses como los planteados en Pedrosa del Rey (Valladolid, 150 habitantes). “¡Alcalde dimisión y tu corporación!”, exclama un cartel frente a las Cortes, pues según los vecinos allí congregados, el regidor municipal es poseedor de algunas de las tierras donde se van a ubicar las instalaciones. Macricruz Pérez, de 65 años, resume así sus emociones: “¡Estamos cabreados!”. Su voz se cuela entre el estruendo de varias bocinas para lamentar que su alcalde no está prestando atención a las quejas y que además se va a beneficiar particularmente de las nuevas plantas previstas para el lugar: “Él, ni caso, las tierras son de su familia. No es ilegal pero no es ético”. Pérez reivindica la independencia de las asociaciones, de similar filosofía aunque de distintas provincias, ante la poca atención que perciben de los representantes públicos: “Como se metan los políticos la jodemos”. “Quieren que la gente se vaya a vivir a los pueblos o que los que estemos no nos vayamos, pero nos traen toda la mierda. ¿Qué idea es esa para la España Vaciada?”, reflexiona, mientras otros compañeros despliegan una pancarta con el lema “Estercoleros a la puerta del consejero”.

Manifestación en el exterior de las Cortes de Castilla y León contra la instalación de plantas de biogás.
Manifestación en el exterior de las Cortes de Castilla y León contra la instalación de plantas de biogás.Emilio Fraile

El aludido, Juan Carlos Suárez-Quiñones (PP), ha reivindicado durante el Pleno la construcción de esta clase de proyectos y ha defendido la pertinencia medioambiental: “Las plantas de biogás tienen una serie de exigencias muy relevantes, primero un régimen de autorización ambiental, están preparadas para no generar molestias al entorno. Es una gran oportunidad para el sector primario”. Además, el consejero ha citado a Alemania, donde están creciendo plantas como estas. Quiñones ha respondido a la pregunta del procurador socialista José Luis Vázquez, quien durante su intervención le ha recordado el origen de muchos de los presentes, entre ellos varios de los miembros de las plataformas, testigos del debate en la tribuna de invitados: “Somos de pueblo muchos de nosotros y a mucha honra, las ciudades han tomado conciencia de la importancia del bienestar de los pueblos”.

Vázquez ha insistido en reprobar los potenciales perjuicios para los municipios pequeños a causa de la contaminación sobre los acuíferos o los olores. Una vez terminado el enfrentamiento verbal entre el PSOE y el PP los asistentes a la sesión han enseñado camisetas de protesta y lanzado proclamas que han interrumpido la cita política durante unos instantes. Después, algunos del grupo han proseguido en el hemiciclo, escuchando otros puntos del día, mientras en el exterior seguían resonando los cánticos y las bocinas.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.
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