La NBA recupera una de sus joyas con la vuelta de Stephen Curry cuatro meses después de su lesión
Los Warriors pierden ante Toronto pero confían en su estrella para salir de una crisis que les ha sumido en la última posición después de haber estado en las últimas cinco finales y haber ganado tres títulos
Stephen Curry vuelve a competir. La NBA recupera a uno de sus máximos exponentes, un foco de máxima atención en una temporada perfectamente amenizada por los alardes de Luka Doncic, Zion Williamson y Trae Young, la ebullición de Los Ángeles con LeBron James y Anthony Davis en los Lakers y Kawhi Leonard y Paul George en los Clippers, el experimento de Mike D’Antoni con un equipo sin pívots propulsado por James Harden y Russell Westbrook en Houston, la pujanza de los Celtics con Jayson Tatum y la solidez de Milwaukee con Giannis Antetokounmpo y de Toronto, el campeón que no baja el pistón pese al adiós de Leonard.
El regreso de Stephen Curry enciende un punto de interés suplementario en la competición, el que propicia un jugador único, el pilar sobre el que Steve Kerr edificó el equipo que llegó a las últimas cinco finales y ganó tres de ellas. Sin embargo, el base, que cumple 32 años el 14 de marzo, se ha encontrado, a su vuelta, con una escuadra anclada en la última posición, en las antípodas de aquella que tanto triunfó y que batió el récord absoluto en una temporada con las 73 victorias que obtuvo en 2015-2016.
Restricción de minutos
La reaparición de Curry tras la fractura de la mano izquierda que sufrió el 30 de octubre en un partido ante Phoenix se produjo el jueves, en un partido ante Toronto, precisamente el equipo que superó a los Warriors en la última final de la NBA. También les ganó el partido de la reaparición de Curry después de cuatro meses de ausencia (113-121), con 37 puntos de Powell, 26 puntos y 10 asistencias de Lowry y 13 puntos y 13 rebotes de Ibaka.
Curry aportó 23 puntos, siete asistencias y siete rebotes en los 27 minutos que estuvo en la cancha. Los médicos de los Warriors han establecido una restricción de minutos para el base, establecida entre 24 y 28. “Estoy como si fuera el primer día de clase. Es emocionante”, declaró Curry. “Me siento bastante cómodo y confío en estar preparado físicamente. Creo que, en función del trabajo realizado, puedo jugar mucho más que eso, pero hay que ser inteligente y prudente”.
Curry fue operado el 1 de noviembre, siguió otro procedimiento quirúrgico en diciembre y después de su primer entrenamiento en grupo, el 22 de febrero, todavía notó dolor en la mano lesionada. El partido ante los Suns en el que se lesionó Curry era el cuarto de la temporada. El percance supuso el colmo de los males para un equipo de referencia al que se le acumularon desgracias e inconvenientes: la decisión de Kevin Durant de marcharse a Brooklyn, la lesión que descartó el concurso de Klay Thompson para toda la temporada, la marcha de Andre Iguodala a Memphis, la de DeMarcus Cousins a los Lakers, la retirada de Shaun Livingston, o las lesiones posteriores que afectaron a Draymond Green y Kevon Looney.
No es de extrañar que los Warriors pasaran de disputar la final a ser el peor equipo de la temporada 2019-2020 con solo 14 victorias y 49 derrotas, tras la sufrida ante Toronto. Ya no tienen ninguna posibilidad de clasificarse siquiera para los playoffs. Pero Curry espera poder aportar un punto de optimismo en el equipo de la Bahía y, además, coger la forma idónea para disputar los próximos Juegos Olímpicos con la selección de Estados Unidos.
“Lo he visto como siempre. Nos ha dado un gran impulso. El equipo es diferente cuando él está en la cancha”, declaró Steve Kerr, el entrenador de los Warriors, tras el duelo ante los Raptors. Curry se perdió 58 partidos a causa de la lesión. Con su vuelta, la NBA recupera a una de sus grandes figuras, el MVP en 2015 y en 2016 y seis veces All Star.
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