La rata del Madrid-Barça
El equipo de Laso es tan admirado por su juego y resultados como cuestionado por su impunidad
El Madrid de Pablo Laso se ha convertido en un equipo tan hegemónico que no le alcanza con ganar en la pista sino que necesita dominar el relato previo y el posterior al partido, sobre todo cuando se trata de remarcar las diferencias con el Barcelona,
Los madridistas son admirados por su carácter ganador: suman 18 títulos sobre 25 finales, con cinco Ligas, cinco Copas y dos Euroligas, un trofeo muy apreciado por la competencia de rivales que disponen de un poder adquisitivo superior como el CSKA de Moscú. Tienen además un juego variado y perfeccionado, una idea muy marcada de lo que quieren y necesitan, razón de más para saber fichar muy bien cada temporada a pesar de la amenaza de la NBA: basta con recordar la salida de Luka Doncic.
El aura de equipo imbatible no le da derecho de todas maneras a actuar con toda la impunidad del mundo como ha hecho en el último enfrentamiento con el Barça. No ha hecho honor a su condición de club señor ni de campeón de España y de Europa. El médico del equipo, Miguel Ángel López, arengó de forma reprobable y sorprendente en el mundo del baloncesto a los jugadores: calificó a los azulgrana como “la mayor panda de ratas de la Euroliga”. La palabra “rata” es curiosamente la misma que utilizó una parte de la afición cuando empezó el partido disputado en el WiZink Center de Madrid para referirse a Nikola Mirotic, expívot madridista que el pasado verano fichó por el Barça.
López pidió perdón mediante un comunicado y ahora espera saber si será sancionado o no por la Euroliga. El conflicto, en cualquier caso, ya ha derivado en una cuestión mediática después de la intervención de un periodista de El Chiringuito. Nico Rodríguez fue apartado por el jefe de prensa azulgrana Carles Cascante cuando preguntaba a Mirotic por los insultos recibidos mientras se dirigía al vestuario del Barça. “¿Tú crees que le tienes que preguntar eso? De verdad, por favor, un poco de rigor periodístico”.
Alrededor de la intervención del reportero y de la respuesta de Cascante se puede discutir mucho o poco; lo que sí puede argumentar el jefe de comunicación del FC Barcelona es que no era el sitio para pedir nada a Mirotic, simplemente por una cuestión de respeto y de respetar los espacios comunes; los periodistas debemos hacernos fuertes y pedir explicaciones en la sala de prensa del WiZink Center o del Palau.
El revuelo que se le ha dado al incidente ha permitido dejar de enfocar el nudo del asunto que son las declaraciones de López y el contexto en el que últimamente se disputan los Madrid-Barça o Barça-Madrid. No es la primera vez que pasa un incidente reprobable; todavía se recuerdan las palabras de Felipe Reyes cuando en febrero se quejó de la derrota ante los azulgrana en la Copa: “Vaya puto robo. Ya van dos años seguidos; que lo oiga todo el mundo”. Rudy se añadiría a las acusaciones de Reyes antes de que el responsable de la sección, Juan Carlos Sánchez, amenazara a la ACB con retirar al Madrid de la Liga desde la misma sala de prensa del pabellón en el que se disputaba la fase final de la Copa, como si fuera su casa y no la del organizador del torneo.
No fue ni es una actitud unánime puesto que jugadores como Sergio Llull se pronunciaron precisamente en la dirección contraria a la de Reyes y Rudy. “¡No nos puede pasar esto después de ganar por 16 puntos!”, afirmó Llull. La exclamación del base no tuvo el mismo impacto que la del capitán del Madrid. A los equipos ganadores, y el Madrid ganó el jueves al Barça, les cuesta asumir la derrota como se pudo ver también el día en que el Barcelona consiguió el título liguero de 2014 en el Palau con una canasta de Lampe que hizo poner de muy mal humor a Laso.
La rivalidad activa el gas sentimental y hay que andar con mucho cuidado con el uso de las palabras tanto en Madrid como en Barcelona. En el Camp Nou ya se ha vivido algún episodio bien triste como fue el retorno de Figo. Entonces se calificó al portugués de “traidor” y la cabeza de un cerdo fue exhibida como símbolo de la ira del Camp Nou. Ahora se califica de rata a Mirotic. “¡Ya vendréis a Barcelona!”, respondió en tono desafiante el jugador, quien ya se había quejado previamente de algunas informaciones difundidas antes del partido en el sentido de que había mal ambiente en el vestuario del Palau, un escenario del que precisamente también se queja el Madrid por intimidador y, según su parecer, a veces incluso agresivo.
No se trata de comparar sino de contrastar y advertir de que el Madrid siempre sabe cómo salir del conflicto mientras que el Barça no para de meter la pata cuando es el protagonista; son maneras de hacer y de verlo de forma diferente. Pero queda claro que no tiene el mismo poder ni influencia Bartomeu que Florentino. Lo más chocante esta vez es que de momento el Madrid no haya pedido disculpas al Barça ni haya llamado la atención a López (o al menos no se ha sabido de forma pública) sino que ha hecho ver como si no hubiera pasado nada. La noticia ya no es la rata sino Cascante. La victoria y su relato pertenecen al equipo de Laso, tan admirado por su baloncesto que haría bien si cuidara también las formas.
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