Simone Biles, la gimnasta imposible
La cuatro veces campeona del mundo introduce dos acrobacias increíbles para volver a proclamarse, por sexta vez, la mejor de EE UU con un ojo puesto en Tokio 2020 y otro en la historia
A Simone Biles, la mejor gimnasta del mundo —puede que de la historia—, no le basta con ganarlo todo. Lo hace casi sin despeinarse desde que irrumpió en 2013 en la escena internacional para proclamarse campeona del mundo. Nada se le resiste desde entonces. Ni en su país, Estados Unidos, ni fuera. Ha ganado los Mundiales cuatro veces (se saltó el de 2017 porque se tomó un merecido respiro tras los Juegos Olímpicos), fue la reina indiscutible de Río 2016, y desde el domingo es la primera gimnasta que logra seis títulos de Estados Unidos en la gimnasia moderna.
Pero Biles siempre quiere más y desde que volvió a la competición el año pasado parece empeñada en complicar su programa hasta el infinito, con mortales imposibles para cualquier rival y difíciles hasta de imaginar. En Kansas, donde el pasado fin de semana se celebraron los Campeonatos de Estados Unidos, lo ha hecho por duplicado: con un triple-doble en suelo y un doble-doble de salida en la barra de equilibrios, dos acrobacias que nadie había realizado antes.
Los vídeos de los entrenamientos en su gimnasio de Spring (Texas) lo venían anunciando. La explosiva Biles había metido un giro más a una de las series más complicadas para las mujeres en el suelo, el doble mortal con doble pirueta que ella dominaba con facilidad. Pero fue el primer día de competición en Kansas cuando la gimnasta lo hizo por primera vez ante el público y las jueces, el primer paso para que el elemento entre en el código de puntuación. Y falló. Salió rebotada del mortal y puso las manos en el suelo al aterrizar. Biles, que además de ser un portento físico no tiene pelos en la lengua, se declaró cabreada tras la competición. El domingo, en el último día de competición, se resarció: completó la acrobacia sin problemas (aunque con la ayuda de una colchoneta extra) y volvió a sonreír.
El movimiento es sencillo de explicar pero exige una potencia y coordinación enormes al alcance solo de prodigios como Biles. La gimnasta realiza un doble mortal hacia atrás con las piernas flexionadas y al mismo tiempo gira en el eje transversal hasta completar tres vueltas. Tan rápido sucede todo que hay que tener el ojo entrenado para no confundirlo con el doble-doble habitual en muchas de las mejores gimnastas del mundo. Biles sube más que nadie y gira de forma perfecta.
El suelo es la gran especialidad de esta gimnasta, que ya tenía un movimiento con su nombre (doble en plancha con medio giro) que ahora le ha copiado su compatriota Trinity Thomas y al que ella misma ha metido un mortal hacia delante en su nuevo ejercicio. Pero si ya el año pasado se inventó un nuevo salto de potro y mejoró increíblemente sus asimétricas —ese ejercicio que era su punto débil y que hoy es plata mundial— en esta ocasión, además, introdujo otra mejora en la barra de equilibrio, otra acrobacia que nadie había ejecutado nunca: el doble-doble de salida. Lo hizo de forma perfecta, aterrizando con precisión y solo un ligero saltito.
Veterana a los 22 años
Los resultados de este lunes confirman que el cambio de entrenadores tras su descanso posolímpico le ha sentado de maravilla. Los franceses Laurent y Cecile Landi, ambos exgimnastas afincados desde hace décadas en Texas, la han ayudado a mejorar y, como ha reconocido la propia Biles, a mantener la motivación. A los 22 años, una edad prohibida para la gimnasia hace solo una década, la estadounidense se toma los entrenamientos de otra forma y, sobre todo, tarda más en recuperarse. Los Landi han sabido acompañarla en un proceso difícil para cualquier gimnasta, incluso para la mejor del mundo. Con los Mundiales a la vuelta de la esquina, todo parece estar funcionando a la perfección.
Con este programa, Biles, que tiene calidad y carisma de sobra y un cuerpo privilegiado que apenas ha sufrido algunas lesiones menores en su carrera deportiva, pone la mirada en los Juegos de Tokio del próximo verano. Y lo hace rompiendo barreras en cada competición. Como dijo Nastia Liukin, la campeona olímpica en Pekín 2008 y hoy comentarista de televisión, el pasado domingo: “Simone tiene suficientes medallas de oro. Que alguien le ponga ya una corona”.
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