España remonta ante Sudáfrica y consigue su primera victoria en un Mundial
El VAR y Jenni Hermoso rescatan a la selección de Vilda que tardó en volver a encontrarse después del gol de Kgatlana
En Le Havre el cambio de estaciones se produce en menos de 14 horas. Llueve como si fuera noviembre por la mañana; por la tarde sopla un viento que levanta toldos y tumba las pizarras que los restaurantes colocan en las puertas con el menú del día. A la hora (cinco de la tarde) en la que España pisó el césped del Stade Oceane, brillaba un sol primaveral. En Normandía no hay verano ni en agosto. El clima perfecto, dicen las jugadoras, para jugar. El partido inaugural, sin embargo, se convirtió en una travesía en el desierto para la selección española.
Fueron el VAR y Jenni Hermoso, con dos goles de penalti, los que le dieron agua y aliento. Y tranquilidad y moral para lo que viene (Alemania y China). Remontó España contra Sudáfrica. Es la primera victoria de la Roja en un Mundial: le costó mucho sudor y algún que otro susto. El 3-1 final —el tercer tanto fue obra de Lucía García— puede hacer pensar que fue un paseo; no lo fue ni mucho menos. España mostró carácter pero también algunas de sus lagunas: ritmo a veces cansino, juego muy horizontal y dificultad para marcar.
De Canadá, en 2015, se marchó la selección sin poder saborear la victoria. Aquella cita siempre será recordada por la rebelión de las jugadoras contra los métodos del seleccionador Ignacio Quereda. Dimitió ese verano. Desde entonces en el banquillo está Jorge Vilda que el viernes, en la víspera, arengó a sus jugadoras diciéndoles que había llegado su momento, el momento de dar un paso al frente. Este sábado les costó más de la cuenta darlo contra una selección inferior y novata.
Debutaba Sudáfrica en Francia dirigida por Desiree Ellis. Tras el final del Apartheid, en el primer partido de la selección sudafricana femenina (1993), tenía 30 años. Marcó un triplete ese día contra Suazilandia. No pensaba, por aquel entonces, que se convertiría en la jugadora que más veces llevaría el brazalete. Tampoco que algún día dirigiría a la selección en un debut un Mundial. Lo hizo este sábado con 56 años. El brazalete lo luce ahora Janine Van Wyk, que provocó el primer penalti tras tocar el balón con el brazo; el penalti que dio alas a la selección de Jorge Vilda.
Jenni Hermoso, que se ha estrenado en este Mundial con un doblete, colocó el balón con toda la tranquilidad del mundo en el circulito blanco de los once metros y disparó a la derecha de la portera. Era el minuto 69 y España por fin encontraba la puerta contraria tras una primera parte anodina y un comienzo esperanzador en la segunda. En el 83 fue el VAR el que concedió la segunda pena máxima. Las imágenes captaron la patada que Vilkazi propinó a Lucía García. Jenni esta vez chutó a la izquierda de la guardameta que adivinó la trayectoria pero no alcanzó a tocar la pelota. Lucía García hizo el 3-1 en el minuto 89.
Sudáfrica no había mostrado grandes virtudes salvo la velocidad Thembi Kgatlana, la autora del 0-1 en el minuto 22. Encontró una autopista por la banda derecha, llegó al borde del área, tiró una pared y remató sin que nadie la encimara. El gol le hizo tanto daño a España que tardó más de media hora en encontrar sosiego y lucidez. Vilda hizo dos cambios en el descanso y cambió de banda a Corredera y a Torrejón para poder frenar, precisamente, a la jugadora más rápida de Sudáfrica. Lucía García relevó a Amanda Sampedro y Aitana Bonmatí a Vicky Losada. Con los cambios, la selección consiguió un juego más vertical.
Sorprendió Vilda de entrada eligiendo a Virginia Torrecilla y dejando en el banquillo a Silvia Meseguer. La mallorquina se colocó de pivote y Vicky Losada y Alexia Putellas por delante con libertad para intercambiarse posiciones. Juega la selección con un tridente arriba, pero sin un nueve puro. Jenni Hermoso, la que en teoría debería ser la referencia del ataque, es más mediapunta que delantera. Baja mucho a recibir porque le gusta estar permanentemente en contacto con el balón. Si por un lado no tener referencias arriba puede descolocar al rival, por otro no hay un rematadora a la vieja usanza. Las tres de arriba se intercambian las posiciones, no dan pistas, pero tampoco finalizan.
Después del gol de Sudáfrica, que noqueó la moral de España, Mariona Caldentey y Jenni estaban más tiempo tocando el balón en el centro del campo que en posiciones de ataque. Todo eran pases horizontales. Incluso dentro del área rival nadie se atrevía a chutar, como si lo tuvieran prohibido. El ritmo se hizo muy cansino también porque Sudáfrica durmió el partido tras el gol y España no fue capaz de despertarlo hasta los últimos 20 minutos. Suficientes para darle la vuelta al marcador, recuperar la presión con la que habían empezado el partido y sobreponerse del golpe que le supuso el 0-1. El miércoles toca el hueso alemán.
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