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Irene Paredes: “En España soy de las más rápidas; en Francia, de las más lentas”

La central y segunda capitana de España dice que le encanta entrenar mucho y bien. Empezó con el judo y antes de dedicarse exclusivamente al fútbol, combinó el balón con el atletismo

Eleonora Giovio
Irene Paredes posa para EL PAIS en el campo de entrenamiento de Tafalla, el mes pasado.
Irene Paredes posa para EL PAIS en el campo de entrenamiento de Tafalla, el mes pasado.Miguel Osés

Irene Paredes (Legazpia, Guipúzcoa, 27 años) es una de las veteranas y de las capitanas de esta selección (64 presencias). Lidera el grupo y también el centro de la zaga. Para Vero Boquete, que compartió con ella vestuario de España y del PSG, es una de las mejores centrales del mundo. “Es muy exigente con su rendimiento y lo contagia a las demás. Siempre está metida en los partidos, ya sean buenos o malos; ella siempre está”, la describe. Paredes empezó con el judo y antes de dedicarse exclusivamente al fútbol, combinó el balón con el atletismo. Suyo es todavía el récord guipuzcoano de lanzamiento de jabalina. Atiende a EL PAÍS en la concentración de Tafalla antes de viajar a Francia.

Pregunta. ¿Cómo fue su infancia?

Respuesta. Como la de un niño cualquiera y con un balón. Legazpia es un pueblo pequeño de 8.000 habitantes, yo estaba todo el día en la calle con la bici, los patines y la pelota. Era una niña muy movida.

P. Una niña que hizo el récord de jabalina…

R. En cadete, sí: 40,30 metros. Hice récord sénior y juvenil, creo y creo que sigue.

P. ¿Solo hacía jabalina?

R. Hacía pruebas combinadas; pero lo que hacía mejor la jabalina.

P. También hizo judo.

R. Sí, cuando era más pequeña. De los 6 a los 12 años.

P. ¿En qué le ayudó practicar tantos deportes y tan diferentes?

R. En su momento a disfrutar, me gustaba hacer de todo. El judo me ayudó a coger mucha fuerza y el atletismo a coger fuerza y a ser coordinada; pero sobre todo a coger el hábito de trabajar.

P. ¿Por qué se decantó por el fútbol?

R. Hasta los 17 hice fútbol y atletismo. El fútbol no lo pude empezar hasta los 14 porque no había categorías inferiores, solo había sénior y luego lo pude compaginar hasta que me llamó la Real. Seguir con las dos cosas era inviable. La Real no te llama todos los días… yo era muy de la Real y me dije: vamos a apostar por el fútbol, si sale mal siempre podré volver al atletismo y parece que ha salido bien.

P. Igual Salma [Paralluelo] le puede pedir algún consejo

R. Uy, no, que ella le da mucha caña. Está muy por encima; también somos diferentes, a ella se le da bien lo que a mí se me daba mal.

P. Dicen los que saben que no decidirá entre una cosa u otra hasta que se vea obligada o hasta que le coincida un torneo con una competición…

R. Es que es complicado elegir, a mí me encantaban las dos cosas y no veía el momento oportuno para descartar una u otra. No me importaba entrenar todos los días porque me divertía y no veía una razón para dejarlo. Pero claro, con 17 años el fútbol me iba a exigir cuatro entrenamientos a la semana y el atletismo cuatro o cinco, más estudiar. No había tiempo material para hacerlo.

P. Se ha apuntado a un curso de inteligencia emocional. ¿Qué le atrae?

R. Sí, empecé en octubre y lo terminé en febrero. Yo hice INEF y luego un máster para ser profesora de bachiller y en la ESO y tenía ganas de volver a estudiar algo, pero no me atrevía con otro máster o con otra carrera. Este curso me apetecía porque me interesa mucho la gestión de las emociones; me ha encantado, sirve mucho no solo para un futuro de profesora de educación física, sino para el día a día.

P. ¿Cómo se gestionan las emociones en el fútbol?

R. Y fuera del fútbol... Te ayuda a estar más relajada, a mirar las cosas con más perspectiva; hay veces que en el campo estás a mil por horas y no filtras las cosas y eso te ayuda a calmarte y a relativizar.

P. Lleva desde 2011 en la selección. ¿En todo este tiempo en qué ha cambiado usted y en qué ha cambiado la selección?

R. Yo he madurado, cuando vine era una niña de 20 años, había gente mayor y venía de novata. Estuve casi dos años jugando muy, muy poco. He sabido adaptarme a la exigencia del alto nivel, al estilo de juego de la selección y a lo que los entrenadores y compañeras han querido de mí. El equipo ha cambiado muchísimo, lo ha hecho a medida que ha cambiado la Liga, los clubes y la sociedad. Antes te plantabas con 14 años en el fútbol y a los 20 estabas en la selección; ahora las chicas que vienen llevan jugando desde los 4 años. Tienen mucho más recorrido, han trabajado cosas que las demás hemos trabajado con 16 años, ellas con 6-8. Vienen mucho mejor formadas, hay mucha más competitividad para poder llegar aquí. El nivel es mayor y es habitual que estemos en europeos y Mundiales cuando antes era imposible. Podemos competir contra cualquiera.

P. ¿Qué cosas han trabajado antes que vosotras?

R. Todo. Yo tengo la suerte de que la parte física, gimnasio y demás la trabajé antes con el atletismo, pero es que si no te plantas con 16 años sin tocar una pesa… Hay que trabajarlo antes porque si no genéticamente se te pasa la edad donde puedes desarrollar todo eso. Coordinación, agilidad, técnica, táctica, ahora mismo las niñas nos llevan muchos años de ventaja y eso es buenísimo.

P. ¿Qué tiene que tener una capitana?

R. Ser una persona que se lleva bien con todo el mundo, que también es capaz de decirle las cosas a la cara a cualquiera, que relativice las cosas, que sepa analizarlas, que la gente confíe en ella y que sobre todo que tenga ganas de serla…

P. ¿Para liderar una zaga que hay que tener?

R. Carácter cuando estás en el campo, hay que mostrarse fuerte ante las atacantes rivales.

P. Dice Vero [Boquete] que usted es muy exigente y siempre está, en las buenas y en las malas.

R. Qué pelota es [se ríe]. Sí es verdad que soy exigente conmigo misma, siempre lo he sido, me gusta mejorar, me gusta venir a entrenar y darlo todo, es la manera que hay para mejorar. Hay gente que tiene facilidad, que nace con un don, como Jenny [Hermoso] por ejemplo; yo no tengo ese aspecto técnico, sí el don de trabajar. Sé que sin venir a trabajar a tope no voy a mejorar y luego es que me encanta entrenar mucho y bien.

P. ¿Le gusta más que jugar?

R. Es diferente. Jugar, juegas una vez a la semana, entrenando haces más cosas; cambias de posición, trabajas finalizaciones. No sé, es que me gusta mucho.

P. Jenni [Hermoso] cuenta que se le hizo cuesta arriba la temporada en el PSG y la vida en París. De hecho, se volvió al año. Usted aterrizó allí en 2016 y acaba de renovar. ¿Cómo se adaptó?

R. El primer año quizás fue un poco más duro, todo lo duro que suele suponer un cambio. Yo en el Athletic estaba muy cómoda, estaba fuera de casa, pero a la vez en casa, lo jugaba todo… el cortar con eso e irte a un sitio donde todo es diferente, donde nadie te asegura que vayas a jugar, donde no entiendes nada, donde las jugadoras van muchísimo más rápido que tú, pues hay que adaptarse y eso requiere tiempo. No es fácil, es algo incómodo, pero luego me he adaptado y estoy muy a gusto. Me gusta conocer gente, me gusta conocer diferentes maneras de pensar, actuar y jugar al fútbol.

P. ¿En qué son diferentes los entrenamientos, qué se prioriza más allí?

R. Sobre todo el aspecto físico, allí es primordial, no hay una jugadora que sea un poco más floja físicamente. De hecho, yo aquí [en la selección] puedo ser de las más rápidas y ahí soy de las más lentas claramente. Se trabaja mucho el aspecto físico, el jugar muy rápido, en cambio, el aspecto táctico y técnico no se valora tanto. Por eso creo que la selección tiene un as en la manga que tiene que aprovechar.

P. ¿Dónde vive y qué vida hace en París?

R. Vivo en las afueras, en Saint-Germain-en-Laye, entrenamos al lado. Vivo con mi pareja, tenemos un bóxer, la adoptamos a finales de junio del año pasado. Al principio iba mucho a París a visitarlo todo muy rápido; ahora cada vez menos.

P. ¿Cómo es jugar fuera?

R. Diferente, te hace estar alerta todo el rato. Primero porque todo el mundo es más rápido que tú y tienes que anticipar cosas, ir mucho más fuerte, tienes que estar muy concentrada porque si no quedas en evidencia. Y luego está también el tema del lenguaje… la mitad del equipo es francés, la otra mitad es chilena, brasileña, noruega, sueca… es un poco jaleo a la hora de comunicarse porque no todo el mundo habla francés y no todo el mundo habla inglés. Ahora ya bien… pero al principio y sobre todo en mi posición y teniendo en cuenta que a mí me gusta hablar mucho pues durante el partido a una le tienes que hablar en inglés, la otra te habla en portugués, la otra en castellano, la otra en francés… Tienes que ir muy rápido… al principio para cuando quería decir derecha ya se había pasado el balón.

P. ¿No les obligan a hablar un idioma único?

R. En realidad se habla francés en el vestuario… , pero la gente cuando llega no sabe francés.

P. ¿En qué ha crecido más allí?

R. Todo un poco, he sabido adaptarme a ese ritmo a pesar de no tener las mismas condiciones físicas que las demás. También como persona, por el hecho de enfrentarme cada día a cosas nuevas. Tienes que tener todo el día el cerebro alerta para poder adaptarte y eso hace que avances.

P. Con el cerebro alerta está siempre también una central.

R. Sí y más ahora en el Mundial que nos vamos a encontrar con gente que corre más que tú y que nos va a buscar la espalda, algo que de momento en la Liga Iberdrola no se ve tanto: la gente toca mucho, pero en el resto de Europa y en el mundo hay gente mucho más rápida y vertical. Habrá que estar atento.

P. ¿Cómo es la futbolista española?

R. Táctica y técnicamente muy inteligente, con mucha compresión del juego. Lo que nos falta un poquito es el tema físico, que vamos mejorando, pero nos queda un poco.

P. De hecho, el Lyon le pasó por encima al Barça. ¿Esa diferencia se puede dar en el Mundial?

R. El Lyon es una selección mundial, no hay selección que quizás pueda ganarle al Lyon. Te someten mucho los primeros minutos y si te marcan es casi imposible remontar. A nosotras [en el PSG, campeón de la Copa] también nos metieron un 5-0 y no hay esa diferencia porque ya les hemos ganado. En el Mundial sabemos que hay equipos os pueden hacer daño en las contras, pero estamos avisadas y si nos pasa algo así es un poco cagada nuestra. Pueden ser más rápidas que nosotras, pero tenemos que anticiparnos para evitarlo.

P. ¿Algún aspecto más en el que las rivales les podrían sorprender?

R. Nosotras tenemos algo que no tiene nadie: la manera de entender el fútbol y la manera de tocar el balón. Tenemos que ir con eso y tenemos que mejorar, que ya lo hemos hecho, de la Eurocopa pasada que teníamos mucho el balón pero no acabábamos de finalizar. Estamos viendo como empezamos a ser más verticales y a hacer más goles. En defensa ya lo hemos visto en los amistosos como nos buscan la espalda y nos hacen daño. Lo vamos mejorando poco a poco.

P. ¿Su mayor responsabilidad en el campo?

R. Hacer mi papel, hacer lo que yo sé. No debería estar debajo de mi nivel, a partir de ahí puedo gestionar y liderar la defensa.

P. ¿Qué le pide Vilda?

R. Que intente organizar y liderar la defensa, que cuando las cosas están difíciles que aparezca y sobre todo que sea agresiva que si luego ya encima puedo sacar el balón, perfecto.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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