Stephen Curry, prodigioso, rinde a James Harden y mete a los Warriors en la final de la Conferencia Oeste

Stephen Curry resucitó en el segundo tiempo, entró en combustión en el último cuarto y dictó sentencia. Golden State superó a Houston (113-118) y estará por quinto año consecutivo en la final del Oeste, en la que se enfrentará al ganador de la serie entre Denver y Portland.

La prodigiosa actuación de Curry empezó de muy mala manera, con un primer tiempo en el que falló cinco tiros y se quedó a cero. No era precisamente lo que precisaba Golden State, ansioso por evitar un séptimo partido ante un rival que le estaba poniendo tan difíciles las cosas. Más aun cuando no pudo contar con Kevin Durant, el máximo anotador de los ‘playoffs’ con una media de 34,1 puntos, debido a la lesión muscular que sufrió en el quinto partido.

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Curry sacó a relucir su indiscutible calidad de golpe. Anotó 33 puntos en el segundo tiempo, 23 en el último cuarto, 16 en los últimos tres minutos. Su capacidad para asumir la responsabilidad y anotar cuando más lo precisaba su equipo fue asombrosa. La igualdad de los cinco primeros partidos se hizo extensiva al desarrollo del sexto. Y Curry metió la directa después de unos minutos de ‘impasse’ cuando el marcador parecía haberse congelado en el 97-99.

Su triple a falta de tres minutos y nueve segundos para el final desató la tormenta. Sus 16 puntos en ese esprint final, al que se añadió un triple del también espléndido Klay Thompson, fueron contestados por los Rockets. Frente a otro rival, sin la pegada de Curry y Thompson, esa reacción final probablemente le hubiera dado el triunfo a Houston. Pero ante dos cañoneros semejantes, James Harden y Chris Paul no pudieron hacer mucho más de lo que hicieron. Vendieron cara su piel, pero por segundo año consecutivo tropezaron ante el mismo rival, Golden State, no en vano, campeón en tres de las últimas cuatro temporadas.

Curry, con esos 33 puntos, y Klay Thompson, con siete triples y 27 puntos, estuvieron espléndidos. Pero esta vez la contribución de dos jugadores de banquillo resultó vital para los Warriors. Shaun Livingston que promediaba 2,6 puntos en los ‘playoffs’, anotó 11; y Trevor Looney, que promediaba seis puntos en esos 11 encuentros, acabó el partido con 14, además de cinco rebotes.

Los Warriors necesitaron esas aportaciones dada la ausencia de Kevin Durant y el empuje de los Rockets, que contaron con 35 puntos, ocho rebotes, cinco asistencias y cuatro robos de Harden, 27 puntos, 11 rebotes y seis asistencias de Chris Paul, 15 puntos de Tucker y 10 puntos y otros tantos rebotes de Capela.

Steve Kerr optó por alinear de nuevo a Andrew Bogut en el quinteto titular, pero el pívot australiano, recuperado por los Warriors en marzo para reemplazar al lesionado DeMarcus Cousins, está muy limitado por su condición física y solo estuvo 12 minutos en la cancha. Pero los Warriors consiguieron sobreponerse a todas las dificultades, empezando por la resistencia de los Rockets, que llevan siete temporadas seguidas disputando los ‘playoffs’ pero no son capaces de alcanzar la final absoluta desde que lograron el anillo en 1995.