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EL JUEGO INFINITO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La enciclopedia de Messi

En el Barça llega puntual a todos los balones. En la selección o llega antes, o llega después o no sabe dónde llegar. Un genio desconcertado

Messi attends durante el entrenamiento de Argentina en Madrid.
Messi attends durante el entrenamiento de Argentina en Madrid.BENJAMIN CREMEL (AFP)
Jorge Valdano

Los límites de la academia

Alemania modifica el rumbo en la victoria y busca razones en la derrota. Protagonizó una revolución españolizando su estilo y atenuando lo eminentemente alemán: acento en lo físico, disciplina franciscana, estilo mecánico, insistencia tenaz y tediosa… La nueva ola, pacientemente trabajada en las escuelas de fútbol y bendecida con el Mundial de Brasil, le agregó variantes y atractivo a su juego. Pero el fracaso de Rusia les hizo pensar en los excesos que afectan al fútbol actual y que solo ellos saben diagnosticar. Oliver Bierhoff, mánager de la selección, lo dijo así: “El entrenamiento se ha formalizado demasiado. Necesitamos espacio para los individualistas. Incorporar el fútbol callejero y, con él, la creatividad y el disfrute de nuestros jugadores”. Que un alemán hable del disfrute en la formación me parece extraordinario. Y una razón para hacer pensar al fútbol latino, antes de que nos quiten la bandera de la creatividad que también dejamos olvidada en la calle.

Messi: sección de tiros

Hablando de formación, Messi es una escuela andante. Tiene una calidad tan consistente que cada partido es una exhibición artística que impacta en el resultado. Como su talento no cabe ni en una enciclopedia, hay que trocearlo. Frente al Betis decidió hablarnos del tiro y, como es muy gráfico, todos terminaron en gol. El primero fue un misil tierra ángulo. El disparo fue tan potente que el portero lo vio, pero no tuvo tiempo para avisarle al cuerpo. El segundo fue un mano a mano resuelto con el exterior del pie con tanta seguridad que pareció gol antes de ser gol. Y en el tercero confirmó que ese pie tiene incorporado todos los palos de golf y que elige el mejor para cada golpe. En esta ocasión, para que el balón hiciera una parábola burlona y a cámara lenta. Hasta la próxima lección.

Messi en los dos mundos

Messi es un genio picardeado en la calle hasta los 13 años y sofisticado en la academia desde los 13 a los 17. La Masia es una escuela con un estilo tan definido que cualquier jugador que llega al Barça parece un cuerpo extraño. Y cualquiera que se haya formado en la Masia sufre cuando llega a un equipo en el que el fútbol tiene otras claves. El Barça formateó el fútbol de Messi con su singular método porque los hábitos condicionan a todo el mundo, incluido a los genios. Las rutinas del Barça le encontraron una función a su descomunal talento, una complicidad con sus compañeros y hasta un modo de ser a su fútbol. En el Barça, el juego de Messi fluye porque todo el equipo sabe potenciarlo. En la selección argentina el contexto es otro. Demostrando una evidencia: es mentira que jugar al lado de un genio sea fácil.

Volver a intentarlo

Messi vuelve a la selección y su juego padecerá la nostalgia del estilo en el que se formó, de los espacios que en el Barça le pertenecen como si fuera su propietario, del ritmo que conoce como una música que lleva años tarareando, de la confianza que da la familiaridad de sentirse en casa… Esa bolsa llena de recursos que es el instinto necesita sosiego para expresar su poderío, y la paz instintiva que Messi disfruta en Barcelona no la encuentra en la selección. Tiene amigos, el deseo de pagar la deuda del exiliado, la presión de ser el número uno, pero ninguna de las condiciones futbolísticas y sociales que le consagraron. En el Barça llega puntual a todos los balones. En la selección o llega antes, o llega después o no sabe dónde llegar. Un genio desconcertado. Un entorno hostil. Un desperdicio descomunal.

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