Viñales se lleva la primera ‘pole’ del año con una Yamaha de dos caras

Ahora ya sabemos que su sonrisa, su gesto tranquilo, sus palabras, optimista el discurso, se corresponden con la realidad. Estaba Maverick Viñales confiado con el rendimiento de su M1, la misma moto que lleva de cabeza a Valentino Rossi, incapaz este sábado de clasificarse siquiera para la Q2, 14º finalmente. Su compañero, en cambio, se decía rápido a una vuelta y se creía también competitivo con el neumático desgastado, listo para el primer domingo de carreras. Y el fin de semana en Qatar, ese con el que se da inicio a la temporada de MotoGP, ha empezado a darle razón. El piloto de Roses (Girona) se llevó la primera pole position del año.

Ya fue el catalán uno de los más rápidos este invierno, aunque también lo había sido dos años atrás y luego las carreras fueron otra cosa. Se sucedieron los peores meses en la historia de Yamaha hasta que a finales del curso pasado Viñales rompió una racha de 25 carreras sin ganar con su victoria en Phillip Island.

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El humor le cambió aquel día. Y el trabajo –y las decisiones, algunas controvertidas, como la de despedir a Ramon Forcada y cambiarlo por Esteban García, con apenas experiencia como ingeniero de pista– se muestra ahora en la pista. Explosivo. Insistente. Viñales no necesitó de nadie para encontrar esa velocidad que tanto había echado de menos años atrás. Pidió pista y nadie pudo mejorar sus cronos, ni en el primero ni en el segundo intento. Marcó un tiempo de 1m, 53’5s, una pole de récord por bien que no llegara a mejorar ese 1m, 53’380s que había fijado Márquez un día antes. La pista no estaba para florituras. Bien lo sabía el campeón del mundo, que saldrá tercero.

Mientras el de Yamaha iba a la suya –salió tarde del box al inicio y se apresuró en su segunda salida, para poder rodar solo–, el campeón del mundo buscó ocultar sus deficiencias en esta pista, que siempre le ha costado, a rueda de algún otro piloto rápido que le guiara hacia la meta. Se colocó tras la Ducati de Petrucci, pura potencia en el circuito de Losail, pero la jugada no le salió tan bien como el día anterior, cuando sorprendió con un tiempazo que consiguió gracias, precisamente, a Viñales. Este sábado, con algo más en juego, el italiano, finalmente séptimo, rehusaba dar cuerda a Márquez. De hecho, tanto uno como otro parecían estar esperando un milagro. Finalmente, el de Honda logró un muy buen tiempo, y sí, a rueda de Petrucci, pero no lo suficientemente bueno como para apear a Viñales de la pole. “Con este frio y este viento es difícil marcar una vuelta rápida, no quería caerme”, confesó después.

Unas milésimas más rápido que Márquez fue Dovizioso, muy laborioso durante todo el fin de semana, prueba que te prueba, lo que se acusó en sus cronos. Claro que, a la que tuvo que ponerse serio, se clasificó segundo, a dos décimas de Viñales. Los tres, claros aspirantes al título mundial (y a la primera victoria del año), cada uno tratando de extraer lo mejor de sus motos, tan distintas, tan competitivas, formarán este domingo en la primera fila de la parrilla.

En la segunda estarán Miller, Quartararo, en su primer sábado en MotoGP, y Crutchlow.

Lorenzo, 15º tras dos caídas

Mucho más lejos, castigados por su rendimiento este viernes, cuando quedaron fuera de los diez primeros, lo que les obligó a jugársela en la Q1, se quedaron Rossi, 14º y Lorenzo, 15º. El mallorquín, sin embargo, parece más preparado para afrontar la carrera que el italiano, incapaz de ir rápido en todo el fin de semana. Al de Honda, en cambio, le desmontaron los planes dos caídas, una en el primer entrenamiento del día –acabó en la clínica con una fuerte contusión en la zona dorsal y ni siquiera pudo marcar tiempo–, otra en plena clasificación, cuando estaba en posición de pasar a la Q2. Lorenzo, cada vez más cómodo con su nueva moto, se fue al suelo cuando intentaba mejorar sus tiempos. Se disponía a entrar en la curva dos cuando perdió el control de su moto. Al levantarse, enfadado, señaló al cielo. Lleva días quejándose por los horarios a los que se corre en Qatar. Pasaban las ocho de la noche y la temperatura había caído drásticamente. El frío y la elevada humedad convierten el asfalto en un mal aliado. Y curvas como esa, la primera a la izquierda después de una sucesión de curvas a la derecha, se convierten en un peligro. No fue el único que se cayó. Lo hicieron otros muchos. Pero fue el más afectado.

La carrera, este domingo, se disputará a la misma hora, una hora fatídica en la que también fallaron Rins, Zarco o Rabat.