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Champions League - octavos - jornada 1Así fue
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Mendy, el Alba francés

El lateral zurdo del Lyon es una bala que está en la agenda del Barcelona

Jordi Quixano
Cornet y Mendy, durante una sesión de esta semana.
Cornet y Mendy, durante una sesión de esta semana.EMMANUEL FOUDROT (REUTERS)

Flashes, micros, cámaras y a su lado el presidente del Olympique de Lyon, Jean Michel Aulas, que lanzó una de sus bravuconadas. “Es el lateral iquierdo más prometedor del campeonato”, soltó en agosto de 2017, en la presentación de Ferlan Mendy (Meulan-en-Yvelines, 24 años); “con él se inicia un proyecto para competir con el PSG y tratar de ganar la Champions. Nada nos parará”. Era una hipérbole que rechina con la realidad porque el OL no puede toserle a la cartera parisina del mismo modo que tampoco parece que se pueda equiparar con los grandes equipos del planeta. Pero eso no le importó a Mendy, que no hacía tanto estaba en una silla de ruedas y con la negativa de volver a jugar al fútbol. Pero, al igual que Aulas, Ferland se prometió que nadie la pararía. Y en su caso no fue una exageración porque, entre otros, el Barça le quiere como recambio de Alba, ahora que no hay nadie para el puesto.

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De progenitores senegaleses y guineanos, Mendy nació y creció a orillas del Sena, en Meulan-en-Yvelines, al noroeste de París. Pero la vida pronto le daría un duro revés porque cuando contaba con 11 años, falleció su padre. Por entonces, ya jugaba en la escuela del PSG, que lo había fichado un curso antes del modesto Ecquevilly. Ocho temporadas más tarde, sin embargo, salió por la puerta de atrás. Resulta que con los estirones, Mendy padeció a los 14 años una fuerte artritis en la cadera que le sentó en una silla de ruedas. “Esto es complicado…”, le dijo el médico; “no podrás volver a jugar”. Ferland derramó tantas lágrimas como pudo. Pero, en esa sala del Hospital Necker de París, respondió: “Eso no pasará”. Digirió seis meses en la clínica y otros seis de rehabilitación para, finalmente, calzarse las botas. “Con su tenacidad y su alma pudo seguir”, dice Yves Gergaud, que le dirigió durante sus primeros años en el PSG junto a Kimpembe (PSG), Coman (Bayern) y Moussa Dembélé (OL). En el club parisino le mantuvieron la ficha un año, pero se hicieron los remolones a la hora de renovarle. Por lo que en 2013, decidió marcharse al Mantois (4ª División). Allí viró su vida.

“Lo teníamos en la agenda gracias a un ojeador del club”, cuenta Bernard Pascual, jefe de scouting del Le Havre; “y cuando vino a hacer una prueba, estaba conmigo el técnico del primer equipo Erick Mombaerts [anteriormente seleccionador Sub-18 y Sub-21 de Francia] y nos gustó”. Pero necesitaba crecer y nada más adecuado que el Le Havre. “No sé si tenemos la mejor cantera, pero de aquí han salido Pogba, Payet, Lassana Diarra, Mandanda, Boumsong, Pongolle…”, presume Pascual; “y en el lateral izquierdo ha sido un éxito total porque primero salió Benjamin Mendy y luego Ferland, ambos en la selección”. Una productividad que no guarda parentesco familiar. “Benjamin jugaba con los profesionales a los 17 años”, relata Pascual; “a Ferland, la lesión y lo que le sucedió —en referencia al fallecimiento de su padre— hizo que le costara más tiempo”.

Nada que detenga a Ferland, que, en una alegoría a su vida, siempre que competía se le escuchaba decir: “¡Velocidad, velocidad!”. Y no hay nada en lo que destaque más. “A correr, seguro que es un buen rival para Ousmane Dembélé”, bromea el técnico del OL, Bruno Genesio. “Es una bala”, le reconocen desde el Barça al tiempo que admiten que les interesa, por más que haya un par de opciones por delante; “es muy bueno al espacio y tiene mucha llegada, pero es un poco impreciso en el pase. Y el precio de traspaso que han puesto —40 millones— es demasiado alto”. Por eso quieren observarle ante Messi. “Ferland está preparado. Sabemos que enfrente tendrá uno de los mejores del mundo, pero confiamos en él y sus cualidades", expone su compañero Houssem Aouar. Tampoco duda Pascual. “Tiene perfil para un equipo como el Barça, que juega con posesión, porque se proyecta, es rápido, tiene cualidades atléticas y puede ser muy bueno”, señala; “cuando veo a Lenglet y cómo ha alcanzado una dimensión superior, creo que puede ser un caso similar”. Genesio, sin embargo, no quierevalorar si tiene el nivel: “Porque quiero que siga en el OL”. Aunque Mendy tiene su opinión: “Estos partidos pueden hacerme publicidad y me permitirán saber mi nivel”. Pero si hay algo seguro es que nadie le dará el alto.

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