La segunda llegada de Thomas
El ghanés, que quiso marcharse en verano y al que el Mono Burgos le ha empujado a tomar responsabilidad en los saques de esquina, firma su mejor partido en ataque tras intervenir en los tres goles del Atlético y acabó como central
En la medida que en la hierba ocurren cosas el número de protagonistas se dispara. El Atlético-Athletic “de película” que describió Vitolo regó la noche de personajes y situaciones. Godín y su gol del cojo, capitán y nueve improvisado que aún no ha renovado; la buena actuación de Muniain; el afile vertical de Williams, que a su vez le concedió a Oblak su momento de gloria obligándole a una parada milagrera; el derrumbe final de la defensa y del centro del campo del Athletic tras tramos de buena solidez; el gol de Rodrigo para consolidar su asentamiento…
Entre todos esos rastros del emocional encuentro, la propia polivalencia del propio Godín para ejercer de nueve y de Saúl y Thomas para acomodarse como centrales fue la que terminó por ganar el partido. Aunque la epidemia de lesiones musculares que padece el equipo satura la enfermería con los cuatro centrales, para el partido del Barça se espera que el parón liguero permita recuperar a Savic y a Lucas sin arriesgar. Aunque Godín se lo saltara ante el Athletic porque era una cuestión de necesidad mayor que arriesgara, a raíz de la recaída de Giménez se ha impuesto un mayor rigor conservador entre el cuerpo técnico, los médicos y los propios jugadores para no volver a incurrir en la precipitación. Savic y Lucas en condiciones librarían a Saúl y Thomas de ocupar el eje de la defensa que ya les dieron a conocer Paco Jémez, en el Rayo Vallecano, al primero, y Sergi Barjuán al ghanés, en el Almería. Este último, antes de meterse en la cueva, firmó su mejor partido del curso estando más pendiente de presionar y llegar desde la segunda línea que de montarse con Rodrigo en el inicio del juego. Sacó a pasear su potente golpeo en el gol del empate y después hizo bueno el viejo empeño del Mono Burgos de que también asuma la responsabilidad en los saques de esquina. Su golpeo tenso y bien dirigido al vértice del área pequeña permitió a Rodrigo lograr el empate peinando el balón en el primera palo. También ejecutó Thomas el lanzamiento de la falta que prolongó Saúl en el segundo poste para que Godín culminara de cabeza la remontada.
Desde que subió al primer equipo, Thomas ha visitado casi todos los rincones del terreno de juego. Ha jugado de lateral derecho, de central, de pivote, de tercer volante por dentro, de cuarto centrocampista por la derecha y de mediapunta o segundo delantero. Solo Saúl ha cubierto tantas posiciones. Con ambos, Diego Pablo Simeone se acerca a su canon ideal por el que un futbolista, en cuantas más posiciones sepa interpretar, mejor jugador es.
Sí a Saúl, donde menos dominante se le ha visto ha sido como lateral, a Thomas, donde menos consistencia se le ha detectado ha sido como mediocentro de referencia. Ha combinado partidos buenos con otros malos y en algunos de estos últimos ha transmitido la sensación de incurrir en pérdidas peligrosas que desquician a su entrenador, sea quien sea el que la cometa. Con 25 años, lo que con más certeza puede llegar a ser Thomas, según algunos analistas y ojeadores consultados, es un gran volante llegador. Su exuberante exhibición del sábado le ha hecho posicionarse de nuevo en la primera línea de combate de los centrocampistas titulares tras su intento por abandonar el club en a finales del verano. La temporada anterior, aunque se quedó fuera del once en la final de la Liga Europa y le escoció, ya gozó de ese estatus. En esta, retrocedió un peldaño por agitar el gallinero. Fue expuesto como ejemplo por el técnico ante todos sus compañeros como otro posible caso de jugador que se marcha del Atlético bajo su dirección y no alcanza ni el mismo rendimiento ni la misma notoriedad. En esta segunda llegada a ese lugar privilegiado obligará a Simeone a anteponer la jerarquía de Koke para justificar una supuesta no alineación de Thomas contra el Barcelona. Siempre y cuando el entrenador no apueste por el cuatrivote, que tampoco sería extraño.