La última víctima de un capo mafioso del ajedrez
Boris Ascue, inhabilitado tres años por delitos, excluye del equipo nacional de ajedrez de Perú a la jugadora Ingrid Aliaga, quien sufrió un presunto acoso sexual por parte de su entrenador
Perú es uno de los países de América que produce más talento en ajedrez. Sin embargo, su federación es un escándalo perpetuo. Boris Ascue, condenado al menos por tres delitos e inhabilitado por tres años, sigue ejerciendo de presidente, protegido por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) y tolerado por el Instituto del Deporte Peruano (IPD). Y ha excluido a Ingrid Aliaga de la selección nacional por denunciar, con pruebas, el acoso sexual de un entrenador contratado por la federación.
“La sanción de inhabilitación al señor Boris Ascue, impuesta por el Consejo Superior de Justicia Deportiva, es efectiva desde su notificación a las partes. A partir de ese momento, el IPD no reconoce al señor Ascue como presidente, ni al vicepresidente también inhabilitado”, afirma Víktor Preciado Rojas, presidente del IPD, en su rápida respuesta escrita a las preguntas de EL PAÍS. Pero añade que el IPD no está facultado en este caso para nombrar un Grupo de Trabajo (comisión gestora) que administre la Federación Deportiva Peruana de Ajedrez (FDPA) hasta que se celebren elecciones democráticas porque “hubo una asamblea de elecciones convocada previamente a la sanción”.
Esa última afirmación choca con el sentido común, y Preciado Rojas no respondió después a la petición de aclaraciones de este periódico. Ascue fue condenado a sendas penas de tres años de cárcel en 2005 (expediente 0860), por contaminación de aguas, y en 2007 (expediente 0043), por apropiación ilícita. Y a dos años por homicidio culposo (164-95). La sentencia cita asimismo el delito de usurpación agravada (2003-0587), pero no menciona condena alguna. Aunque no llegó a entrar en la cárcel porque las penas eran inferiores a cuatro años, tales condenas lo inhabilitan para ocupar cargos públicos, como se afirma en la primera sentencia de inhabilitación del Consejo Superior de Justicia Deportiva, del 26 de febrero de 2018.
Sin embargo, Ascue ocupó ese cargo, con la protección del IPD. Y su apelación a dicha sentencia fue rechazada por la segunda sala del mismo tribunal el pasado 24 de julio. La noticia tuvo amplia repercusión en los medios de comunicación peruanos. La asamblea para convocar elecciones que cita Preciado Rojas se celebró el 8 de agosto. Es obvio que Ascue ya conocía su destitución e inhabilitación, y sin embargo convocó elecciones y tomó decisiones relativas a la Olimpiada de Ajedrez y a la Asamblea General de la FIDE, que se celebrarán en Batumi (Georgia) a finales de este mes, sin la oposición del IPD. De hecho, el portal oficial de este organismo seguía citando a Ascue como presidente de la FDPA hasta el pasado lunes, pocas horas después de recibir el correo de EL PAÍS. Sólo entonces, su nombre fue sustituido por un enlace a la sentencia condenatoria.
Es la tercera vez en doce años que la FIDE protege a un presidente de la Federación Peruana inhabilitado por su Gobierno; ya ocurrió en 2006 y 2010. En los tres casos hubo o hay elecciones inminentes a la presidencia de la FIDE; en los dos anteriores, el voto del presidente inhabilitado por el Gobierno del Perú fue para el entonces presidente de la FIDE, el ruso Kirsán Iliumyínov. En 2010, varios medios de comunicación peruanos acusaron a Iliumyínov de chantaje, porque amenazó con que la selección de ese país no jugaría la Olimpiada si el delegado en el Congreso no era su protegido Milton Iturry, apartado del cargo y expedientado por el Gobierno.
En 2006, la FIDE —miembro del Comité Olímpico Internacional (COI)— argumentó que solo obedecía a los Comités Olímpicos Nacionales, y no a los Gobiernos. Pero en 2010 el Comité Olímpico Peruano no reconocía al destituido Iturry, y sin embargo su voto fue aceptado por la FIDE. Este periódico envió sendos correos el pasado lunes al presidente del Comité Olímpico Peruano, Pedro del Rosario, y al presidente de FIDE América, Jorge Vega; en ambos se pregunta si, más allá de cuestiones puramente jurídicas, las circunstancias morales del caso y el desdoro de imagen que implica son compatibles con el apoyo de esos organismos; y otro al propio Ascue para solicitar su versión de todos los hechos aquí relatados. Ninguno de los tres ha contestado cuatro días después.
El presunto acoso sexual del que Ingrid Aliaga atribuye al entrenador Dorges Heredia, cubano contratado por la FDPA, empezó el pasado marzo durante varias sesiones de entrenamiento. La primera reacción de Ascue fue afirmar que Aliaga estaba “desacreditada” para ejercer tal acusación. Pero el 15 de marzo ocurrieron dos cosas: apareció una grabación de ocho minutos, a la que ha tenido acceso este periódico, en la que Heredia reconoce claramente su “error” varias veces durante una reunión con Aliaga y otras jugadoras (una de ellas grabó la conversación sin que Heredia lo supiera); además, estas testificaron ante la FDPA en favor de Aliaga. Con esas pruebas, Ascue anunció que retiraba a Heredia de las sesiones de entrenamiento.
Sin embargo, el pasado lunes la FDPA publicó en su página de Facebook una carta abierta de Heredia en la que niega la acusación, asegura que el audio está amañado e intenta desacreditar a Aliaga, acusándola de “una trayectoria de escándalos, mentiras e indisciplinas”. También intenta poner de su parte a la mejor jugadora de Perú, Deysi Cori, a quien dice admirar y apreciar. Pero Cori ha respaldado la acusación de Aliaga repetidamente, antes y después de la publicación de esa carta abierta, y también afirma que Aliaga merece estar en la selección olímpica, como titular indiscutible. En su escrito más reciente en Facebook, Cori dice que Heredia es “un caradura sin vergüenza”.
Aliaga, tercera del escalafón nacional (la selección olímpica tiene cinco plazas) fue campeona de Perú en 2017, y además se clasificó para el Campeonato del Mundo Femenino, que se jugará en Rusia del 1 al 25 de noviembre. Ascue aduce, para excluirla del equipo, que ha jugado pocos torneos en 2018, y que terminó sexta en el Campeonato de Perú, a lo que ella replica: “Él no me inscribió en varios que yo deseaba jugar. El Campeonato de Perú se disputó pocos días después del acoso, cuando yo estaba muy afectada psicológicamente. Por esa misma razón no presenté la denuncia oficial hasta mayo, porque no me atrevía. Pero ahora pido a todas las deportistas afectadas por casos similares en cualquier país del mundo que no tengan miedo, que lo denuncien”. En conversación con este periódico, la jugadora añadió: “Además, Ascue me está presionando para que tampoco juegue el Mundial”.
El peruano Julio Granda, de 51 años, actual campeón del mundo de veteranos, es uno de los mayores genios naturales que dio el ajedrez mundial en la segunda mitad del siglo XX. Y ha sido una víctima repetida del desastre de gestión de la FDPA durante los últimos decenios. “Es lamentable que, una vez más, la FDPA esté en una situación incierta y perjudicial para el ajedrez. En primer lugar, porque se ha permitido que una persona que ni siquiera estaba habilitada para ser candidato haya llegado a la presidencia con la complicidad de los organismos competentes, que se han saltado cosas obvias. Y con el agravante de que esto afecta muy negativamente a la imagen del Perú en vísperas de una Olimpiada de Ajedrez y unas elecciones de la FIDE. Falta contundencia para preservar la buena imagen del país. Todo este asunto es vergonzoso”.
Sobre el acoso sexual contra Aliaga, Granda opina: “Todo apunta, como mínimo, a un pacto tácito de silencio entre la federación y el imputado, a juzgar por la grabación y el testimonio de las chicas. Se nota que la exclusión del equipo es una represalia. Y las amenazas veladas contra Cori por apoyar a Aliaga son una confirmación. Cuando el maltratado fui yo, años atrás, el mensaje era muy claro: ‘Si tratamos así al número uno, que se prepare el resto’. Y ahora lo estamos viendo”.
Además de la carta abierta de Heredia intentado exculparse, la FDPA también publicó el pasado lunes un manifiesto para vanagloriarse de sus grandes logros en comparación con directivos anteriores de ese organismo. Entre otras cosas, se lee: “(…) ¿sabían que somos la federación que más ha crecido en el mundo (crecimiento porcentual)?, ¿sabían que recibiremos un premio en Batumi?, ¿sabían que estamos a medio paso de entrar a los colegios nacionales?”.
Cabe preguntarse cuantos directores de colegios peruanos estarán deseando llegar a un acuerdo sobre ajedrez educativo con un presidente destituido e inhabilitado por tres años, antes condenado por al menos tres delitos y protector ahora de un presunto acosador sexual; un presidente que sigue ejerciendo su cargo a pesar de que las leyes de su país se lo impiden, ante la pasividad del IPD, el Comité Olímpico Peruano y la FIDE. Y también cabe preguntarse hasta dónde hubieran llegado Julio Granda, Deysi Cori y otros jugadores peruanos muy brillantes —Perú, sin Granda, fue décimo sobre 170 países en la última Olimpiada de Ajedrez— si la gestión federativa y gubernamental hubiera estado a la altura de su enorme talento.
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