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Muguruza se queda sin munición

Por primera vez en tres años, Garbiñe cerrará el curso sin ganar un grande tras encajar en la 2ª ronda de Nueva York su derrota más dura. Con solo un título menor, su presente invita a una profunda revisión

Alejandro Ciriza
Muguruza devuelve la pelota durante el partido contra Muchova en Nueva York.
Muguruza devuelve la pelota durante el partido contra Muchova en Nueva York.Julio Cortez (AP)

Después de un trienio en la élite y habiéndole dado ya un par de bocados a la historia del tenis, se adivinaba un 2018 más que sugerente para Garbiñe Muguruza. Conquistados de forma escalada Roland Garros y Wimbledon, dos de los territorios sacros, y habiendo experimentado el vértigo que supone la defensa del número uno y todo lo que ello conlleva, esta temporada se intuía como el enlace perfecto hacia una nueva dimensión, hacia la configuración de una tenista más compacta, mejor intérprete y más dominante. Sin embargo, el presente invita a la reflexión porque Nueva York dejó otra lágrima en un año en el que por h o por b no terminan de salirle las cosas.

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Esta vez, una derrota dolorosa y expresiva: 3-6, 6-4 y 6-4 (en 2h 27m) frente a Karolina Muchova, la 202 del mundo, una jugadora completamente por hacer –con 22 años, debuta estos días en el cuadro principal de un Grand Slam– y que de repente se encontró con el escenario ideal para dar el golpe. Al otro lado, enredándose y metiéndose sola en el lío, una Muguruza que desperdició no pocas ocasiones de encarrilar y el duelo y que finalmente se perdió entre las raíces de su propio manglar, situación repetida con demasiada frecuencia en una campaña en la que a priori debía dar otro salto y que ahora solo puede entenderse como otra valiosa lección a aprender.

Otra vez, la hispano-venezolana debatió más consigo mismo que con la adversaria, en un pulso en el que más que un apartado técnico puntual falló el todo. Desde hace tiempo, Muguruza (24 años) está pero no está. Transita por un escenario nebuloso que va mucho más allá de la regularidad que se le reclama y de la que ella reniega porque, dice, su verdadera naturaleza como tenista responde más a impactos poderosos y puntuales que a un rendimiento constante. Ocurre que esta temporada, teñida además de varias lesiones, se ha quedado sin munición, porque a estas alturas ya no puede exponer el argumento de haber ganado un gran torneo, como lo hiciera en las dos previas.

En Australia la apeó en la segunda ronda la china Su-Wei Hsieh (88 del mundo); en París asomó la luz, pero se topó con una pletórica Simona Halep, la campeona entonces y reina actual; en Londres también cedió en la segunda estación, contra la belga Alison Van Uytvanck (48), quien hasta aquella tarde no había podido nunca con una top-10; y en Flushing Meadows, donde aterrizó sin grandes expectativas –“prefiero ir día a día, no pensar que debo ganar por obligación”–, resbaló de madrugada contra la agradecida Muchova y dejó su derrota más severa en un grande, ya que antes Jana Cepelova (la 124 en Wimbledon 2016) marcaba el límite de la decepción.

Se aleja la cita de las maestras

“Ella jugó muy bien y mi nivel aún no está ahí”, esgrimió luego ante los periodistas. “Es un momento triste”, describió la número 12 de la WTA, que arrancó 2018 en el segundo peldaño y ha ganado un único trofeo, en Monterrey, y que ahora pierde muchas opciones de disputar la Copa de Maestras de Singapur, en octubre, después de tres participaciones consecutivas. “Nunca había jugado tan pocos partidos en un verano”, amplió, dejando ver el escaso rodaje con el que llegó a la cita de Nueva York: los dos partidos en Wimbledon al margen, solo jugó uno en Cincinnati, perdiéndose Montreal por una dolencia en el brazo.

Es un momento triste. Ella jugó muy bien y mi nivel aún no está ahí

En cualquier caso, Muguruza ha perdido pujanza. Físicamente está más fuerte que nunca, pero en la pista continúa atorándose con facilidad y tiene excesiva banquillodependencia, mirando hacia allí una y otra vez para ver si le llega una respuesta al problema. Y he aquí uno de los grandes interrogantes: ¿Hasta qué punto la ha mejorado el francés Sam Sumyk desde que se aliaran hace tres años, después de alcanzar la final de Wimbledon de la mano de Alejo Mancisidor? Siempre hierático, el bretón la ha guiado hacia esa exigencia que demandaba la propia protagonista, pero desde un punto de vista técnico la mejora no es demasiado significativa en cuanto a que las voleas, el juego en la red y los desplazamientos verticales han evolucionado poco.

Ante el espejo, Muguruza sigue hoy día tocando extremos, en la misma medida que la calibra el aficionado: del todo a la nada y a la inversa, no hay término medio. No en su caso. Buena (y necesaria) señal, la de tener el listón alto, para una tenista de su envergadura y a la que le escuece la derrota más que a nadie, por mucho que más allá de las pistas acostumbre al selfie, la moda o las revistas; soberbia con el viento a favor, vulnerable cuando sopla en contra y difícil de descifrar, al fin y al cabo. Dentro de las figuras del deporte español, Garbiñe vive todavía entre dos mundos. Y en Nueva York, esta vez, encalló sin que le sorprendiera demasiado a nadie en una noche negra.

RESULTADOS DE LA 2ª RONDA

CUADRO MASCULINO: Joao Souza, 4-6, 6-3, 5-7, 6-2 y 2-0 (ret.) a Pablo Carreño; Diego Schwartzman, 6-2, 6-0, 5-7 y 6-2 a Jaume Munar; Roger Federer, 7-5, 6-4 y 6-4 a Benoit Paire; Novak Djokovic, 6-1, 6-3, 6-7 y 6-2 a Tennys Sandgren; Alexander Zverev, 6-4, 6-4 y 6-2 a Nicolas Mahut; Marin Cilic, 6-2, 6-0 y 6-0 a Hubert Hurkacz; Kei Nishikori, 6-2 y 5-4 (ret.) a Gael Monfils; Nick Kyrgios, 4-6, 7-6, 6-3 y 6-0 a Pierre-Hugues Herbert; John Millman, 6-1, 4-6, 6-4 y 6-1 a Fabio Fognini; Mikhail Kukushkin, 7-6, 6-2 y 6-3 a Hyeon Chung; Phillipp Kohlschreiber, 6-7, 6-3, 6-2 y 6-0 a Matthew Ebden; Lucas Pouille, 6-7, 6-4, 6-4 y 6-3 a Marcos Baghdatis; Alex De Minaur, 6-0, 6-0, 5-7 y 6-2 a Frances Tiafoe.

CUADRO FEMENINO: Carla Suárez, 6-1, 4-6 y 6-4 a Kristina Mladenovic; Lesia Tsurenko, 6-4 y 6-2 a Caroline Wozniacki; Maria Sharapova, 6-2 y 7-5 a Sorana Cirstea; Madison Keys, 6-4 y 6-1 a Bernarda Pera; Aliaksandra Sasnovich, 6-2 y 7-6 a Daria Kasatkina; Petra Kvitova, 7-5 y 6-3 a Yafan Wang; Naomi Osaka, 6-2 y 6-0 a Julia Glushko; Dominika Cibulkova, 7-6, 4-6 y 6-4 a Su-Wei Hsieh; Angelique Kerber, 6-2, 5-7 y 6-4 a Johanna Larsson; Carolina Garcia, 6-2, 1-6 y 6-4 a Monica Puig; Kiki Bertens, 6-2 y 6-1 a Francesca Di Lorenzo; Marketa Vondrousova, 6-4 y 6-3 a Eugenie Bouchard; Aleksandra Krunic, 6-1 y 6-3 a Kirsten Flipkens.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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