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Arthur, el fundamentalista del pase

El centrocampista brasileño, dinámico e inteligente, llega al Barça dispuesto a dar ritmo y sentido a la elaboración del juego

Arthur Melo posa para los medios como nuevo jugador del Barcelona.
Arthur Melo posa para los medios como nuevo jugador del Barcelona.Enric Fontcuberta (EFE)

Mientras Brasil estira el enésimo debate entre identidad y evolución tras su desencanto en Rusia, un pájaro raro vuela desde Porto Alegre a Barcelona para intentar sembrar en Europa la raíz de su fútbol intemporal. Arthur Melo es una singularidad. Casi una extravagancia en el ecosistema futbolístico brasileño, que en los últimos años ha parido escasos centrocampistas integrales de calidad. Ningún volante en la liga brasileña concibe el juego en 360 grados como lo hace Arthur, un experto a la hora de perfilarse, recibir el balón, girar y dictar el sentido y el ritmo de la jugada con simplicidad y precisión.

Supo interpretar una mentirosa carencia como es su escasa envergadura (mide 1,72m) para generar automatismos que definen su juego: piensa rápido y se anticipa a la siguiente acción. Su cuello estirado actúa como un periscopio antes de recibir la pelota, revisando el panorama más cercano y divisando el horizonte más amplio en décimas de segundo. Esa celeridad mental para analizar la posición de rivales y compañeros se ve complementada por una inteligente lectura del juego y una capacidad técnica que le permite ahorrar tiempo en controles, giros, conducciones y pases.

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Ágil y dinámico, Arthur trabaja en una zona hostil en la que mientras otros huyen de la presión él piensa en la mejor maniobra para dar continuidad al juego. No le quema la pelota, toca y se ofrece de manera permanente creando líneas de pase que le transforman en auxilio constante para defensores y centrocampistas en la salida del balón y en la gestación del juego. Gira su pescuezo, gira su cuerpo y hace girar la pelota con pases tensos y exactos. Alex de Souza, fantástico centrocampista zurdo que ganó dos Copas de América con Brasil, afirma: “Arthur abre todas las posibilidades por delante y por detrás de la línea del balón. Es un facilitador absoluto”.

En las categorías inferiores del Barcelona se incide en el adiestramiento del efecto multiplicador del pase. Algo que Arthur incorporó de manera casi autodidacta en un entorno complicado. Jugaba en la cantera del Goias hasta que con 14 años fue captado por el Gremio. Cambió su calurosa Goiania natal por el frio de Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande do Sul. El fútbol gaucho siempre se caracterizó por criar futbolistas de carácter corajudo y pierna fuerte. Las divisiones de fútbol base del Gremio generaron figuras extraordinarias como Ronaldinho, pero en las últimas décadas se convirtieron en una factoría de exportación de volantes de marca: Emerson haría carrera en Alemania, Italia y el Real Madrid, Lucas Leiva se fue al Liverpool, Fernando al Shakhtar... Ahora Arthur se ha convertido en el mayor traspaso del fútbol gaucho, pero tuvo que luchar contra muchos prejuicios.

Los volantes baixinhos despertaban recelos, y en las gradas del estadio Olímpico suele celebrarse cualquier manifestación de garra por encima de un buen pase. La historia dicta que comparten el santoral reciente de Gremio artistas como Valdo o Zinho y goleadores como Baltazar, Jardel o Paulo Nunes. También paladines que encumbraron los valores de la raza y la determinación en las dos primeras Copas Libertadores conquistadas en 1983 y 1995, como el técnico Luiz Felipe Scolari, el abnegado centrocampista China o el durísimo Dinho, ídolo de la torcida que jaleaba sus terroríficas entradas. El adolescente Arthur luchaba contra la estampa de un linaje de guerreros.

Su estirón no llegó nunca, y su técnica tardó en convencer a los escépticos. En 2015 debutó en el primer equipo con Scolari. Apenas jugó aquel año. Lo mismo ocurrió en 2016. La vida le cambió a finales de año, con la llegada al banquillo de Renato Gaucho. Fue un atrevido delantero de altísimo nivel y un héroe del club. Un hedonista que prefería la playa al campo de entrenamiento. Como técnico se labró una buena carrera con su visión poco ortodoxa que curiosamente encajó en su antiguo y gigantesco club. En el Gremio instauró un fútbol elaborado y otorgó galones al menudo Arthur: “Es nuestra gallina de los huevos de oro”, decretó.

Arthur abre todas las posibilidades por delante y por detrás de la línea del balón. Es un facilitador absoluto Alex de Souza

Todo Brasil comenzó a admirar la meteórica eclosión de un joven futbolista que parecía tener un máster en lectura de juego. Mostró personalidad de director de orquesta para agilizar el circuito de toque del equipo. Ganó agresividad, y pese a no ser un especialista en la recuperación si lo es en el posicionamiento. Con la pelota se equivoca muy poco: Su lenguaje corporal invita a que se la cedan. Se muestra para recibir en espacios libres y resuelve rápido. Un dechado de simplicidad y ritmo. Más que regatear, amaga, frena y acelera escondiendo el balón al rival.

Elegido mejor volante y jugador revelación del campeonato brasileño en 2017, su estratosférico nivel de participación en la generación de juego se ilustra con estadísticas nunca vistas en el torneo desde que todo se mide: Obtuvo una media de 65 pases completados por partido, con un porcentaje de acierto superior al 95%. También ha crecido su capacidad para verticalizar el juego. Se asoma poco al balcón del área y sus cifras goleadoras son exiguas. Pero Arthur no es hijo del Big Data, sino de la naturalidad y la intuición. Lo demostró con una sideral actuación en el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores en noviembre de 2017. En la ida Gremio había ganado 1-0 al Lanús. Al sur de Buenos Aires, Arthur dictó una cátedra de control del juego en la primera mitad y Gremio se proclamó campeón de América por tercera vez ganando a Lanús por 1-2.

Lenglet se incorporará en las próximas horas

El Barcelona espera cerrar en las próximas horas el fichaje de Clément Lenglet. El club azulgrana ha iniciado los trámites para pagar la cláusula de rescisión del contrato del defensa francés del Sevilla. El coste de la operación será de unos 35 millones de euros. La intención del Barça es presentar este jueves a Arthur y el viernes a Lenglet, que está concentrado con el Sevilla en Benidorm. El equipo azulgrana ha empezado hoy mismo la pretemporada con los jugadores disponibles mientras espera aligerar la plantilla por deseo expreso del técnico Ernesto Valverde.

El seleccionador Tite, que ya había convocado al volante para dos partidos sin darle minutos en la canarinha, se confesó deslumbrado. En diciembre, en una visita al Manchester City destacó las cualidades de Arthur en un diálogo con Guardiola. Lástima que en la final de Libertadores Arthur había sufrido una dura entrada que acabó con su recital. Un percance en un tobillo que le supuso más de tres meses de baja. Adiós al Mundial de clubes y a una más que posible convocatoria para la gran cita en Rusia. Arthur cuenta con el aval de formidables leyendas que ven en su figura un jugador intemporal. Zico sube el volumen asegurando que puede paliar en cierta medida la marcha de Iniesta, al que Arthur consideró siempre como modelo. Falcao, su excompañero en la mítica selección de Telé Santana, sentencia que “en el fútbol se necesita personalidad y talento. Y Arthur tiene las dos cosas”. Toninho Cerezo destaca “su técnica maravillosa. ¿Quién dice que un buen volante tiene que ser alto?”. Y el gran Tostao cierra los análisis: “Tiene mucho talento. Una enorme capacidad para ser marcador y armador de juego al mismo tiempo. Como Xavi puede pasar varios partidos sin perder una pelota”.

Ahora Arthur tendrá que medir su fútbol cerebral y corporativo en el escenario en el que el toque y el juego de posición se elevaron en su día a la categoría de arte.

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