El nuevo rico y tres colosos para reescribir la historia
El Real Madrid se corona y agranda su leyenda después de superar a los campeones de Francia, Italia y Alemania y al tercer equipo con más entorchados europeos
"Grupo fácil. Octavos el 3º de Italia, Cuartos el 8º de Alemania, semis el 4º de Inglaterra. Vuelta siempre en casa". El mensaje, publicado en Twitter, lo firmó Gerard Piqué el 24 de agosto de 2016. Fue su respuesta a la pregunta de un seguidor sobre cuál era su preferencia para la Champions del curso siguiente. No fue un tweet cualquiera. El central del Barcelona aprovechó su interacción con el público para cuestionar la Undécima Copa del Europa del Real Madrid. Su deseo no era otro que el mismo camino que había recorrido el equipo blanco justo antes de citarse en la final con el Atlético. Su irónico mensaje no fue el primero de una corriente generalizada que basaba su teoría en justificar los éxitos recientes del Madrid en Europa con un calendario libre de escollos.
La sospecha empezó a desmontarse meses después, cuando el Madrid tuvo que derrotar a Nápoles, Bayern, Atlético de Madrid y Juventus para repetir entorchado en Cardiff, el duodécimo, el segundo consecutivo, algo inaudito en el actual formato. Y terminó por derrumbarse ayer, cuando el Madrid de Zidane reescribió la historia con el tercer título seguido, un hito de otra época y solo alcanzado por el Bayern (1974, 1975 y 1976), el Ajax (1971, 1972 y 1973) y el propio Madrid, que estiró su hegemonía durante un lustro entre los años 1956 y 1960. El camino hacia la decimotercera ha sido el más complejo que se recuerda en años, con un campeón en cada cruce hasta el envite final con el Liverpool, el equipo que comparte con el Barcelona y el Bayern el tercer cajón del podio europeo con cinco brindis.
Antes, dos conjuntos pujantes como el Tottenham y el Borussia Dortmund fueron los primeros escollos en la travesía europea de los blancos. Desnortado y sumido entonces en la mayor crisis de juego y resultados de la era Zidane, el equipo blanco se vio relegado por los londinenses a la segunda plaza después de empatar en el Bernabéu (1-1) y claudicar en Wembley en la segunda derrota más contundente bajo la dirección del técnico francés. Fue su momento más duro al frente del Madrid desde su ascenso en enero 2016. Alcanzada la cima en agosto con las dos Supercopas, los blancos entraron en una caída libre que les dejó fuera de la Liga y la Copa en el mes de enero.
El cataclismo pareció completo cuando en el sorteo de octavos de final de la Champions Xabi Alonso abrió la bola del Paris Saint-Germain. El nuevo rico, el equipo emergente, el gran favorito junto al Manchester City para irrumpir en la clase noble europea, sería el primero en amenazar el trono del campeón. La versión más arrolladora de los parisinos, liderados por Neymar Júnior y Kyllian Mbappé, contrastaba con la depresión blanca y las quinielas les situaban por delante. La predicción no se cumplió y el Madrid no falló en su competición: 3-1 en el Bernabéu y 1-2 en París para dejar en la cuneta al campeón de Francia.
Y de un campeón a otro, este más histórico y con una hegemonía interminable en Italia, la Juventus, el rival en la última final. Por enésima vez en busca de su primer trofeo tras 22 de fracasos, decepciones y finales perdidas, el equipo liderado por Gianluigi Buffon libró con el Madrid unos cuartos de final inimaginables que bien pudieron convertirse en el capítulo más negro de la historia europea de los blancos. Del 0-3 de los de Zidane en Turín a una remontada sin precedentes en Chamartín de la Vecchia Signora. El marcador reflejaba un 0-3 y el minuto 92:31 cuando Benatia arrolló a Lucas y Michael Oliver señaló penalti y convirtió el desenlace del partido en un enredo para el recuerdo que terminó con el legendario portero expulsado y Cristiano transformando la pena máxima para meter al Madrid en semifinales por octavo año consecutivo
Apeado otro campeón, a los blancos les esperaba en semifinales su enemigo más irreconciliable, el Bayern de Múnich, también rey en su casa, Alemania. Era el 25º duelo de Champions entre ambos y el penúltimo obstáculo para un triplete de un Madrid que resistió al asedio en Múnich y tomó ventaja (1-2). No muy diferente fue la vuelta, con los de Zidane sometidos a un continuo bombardeo bávaro entre el que se coló un doblete decisivo de Benzema. Sufrió, resistió y venció un Madrid que se citó en Kiev con el Liverpool después de imponerse a los campeones de Francia, Italia y Alemania.
Una trayectoria de vértigo hacia la historia que coronó sorteando a un equipo vertiginoso y temible que había tumbado al Oporto, al Manchester City de Guardiola y a la Roma, verdugo del Barcelona. Nada ni nadie pudo con un equipo de leyenda que ya forma parte de la historia: el Madrid de Zidane.
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