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Fernando Torres y Andrés Iniesta, el adiós de dos mitos

Entrenadores y compañeros destacan la trascendencia del delantero del Atlético y del volante del Barça en los éxitos del fútbol español

Fernando Torres, mantedado por sus compañeros en la celebración del Atlético de la Liga Europa en Neptuno.Foto: atlas | Vídeo: JAIME VILLANUEVA (EL PAÍS)

“Tenemos unos bajitos muy buenos técnicamente y a un delantero alemán”, acostumbraba a decir Luis Aragonés para explicar a aquella selección que conquistó la Eurocopa de Austria-Suiza y sentó las bases de la que alzó el Mundial de Sudáfrica y el Europeo de Polonia-Ucrania. Con sus respectivas despedidas en el Atlético y en el Barcelona el fútbol español despide hoy a dos de sus últimos mitos. Con la marcha de Fernando Torres y Andrés Iniesta, autores de los goles que sirvieron a España para coronarse campeona de Europa en Viena en 2008 y del mundo en Johannesburgo en 2010, se van dos de los representantes de la mejor generación de jugadores españoles de la historia.

“Son dos personalidades parecidas, ni a Iniesta ni a Fernando les escuché protestar jamás, tenían silencios que te daban a entender que aceptaban el trabajo que les planteabas”, dice Jesús Paredes, preparador físico y fiel mano derecha de Aragonés. Antes de coincidir en la selección, Paredes también acompañó a Luis en el Atlético de Madrid el año del ascenso a Primera División. Por entonces, Torres era un novato que había disputado solo un par de partidos con el primer equipo. “Luis le mandaba hacer trabajos de finalización, 200 al día desde distintas posiciones, con finta, regate y tiro, unos contra uno… El Niño progresó mucho porque siempre fue disciplinado a la hora de atender. Era un superdotado, a la velocidad con la que desarrollaba las jugadas es difícil afinar las facciones técnicas. El gol de la final contra Alemania es un exponente de velocidad y dificulta y le define como futbolista”, abunda Paredes, que también recuerda la debilidad que Aragonés sentía por Iniesta: “Debutó con él en la selección absoluta. En la Eurocopa de 2008 fue el único que jugó todos los partidos desde el inicio. Luis valoraba su creatividad, su fino estilo de juego, el uno contra uno y el que también trabajara defensivamente”. Vicente del Bosque también pudo disfrutar de ambos como seleccionador: “De manera distinta, los dos forman parte de esa generación que dio un salto al fútbol español. Andrés se quedó en su club y Fernando fue uno de los adelantados que salieron al extranjero a jugar y eso nos vino muy bien”.

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Torres siempre ha confesado su debilidad por Iniesta. Se conocieron en un Europeo sub-16 en Inglaterra y desde entonces conservan una buena amistad. Iniesta no pudo jugar la final con Francia porque los alemanes le castigaron la rodilla en la primera fase. Torres le dedicó el gol de la victoria con una camiseta que mostró al transformar un penalti. Ese torneo disparó a Torres al primer equipo del Atlético, que apuraba su primer año en el infierno de la Segunda División. Carlos Cantarero fue el técnico que le dio la alternativa. “Venía de hacer un gran europeo sub-16 y nosotros de empatar en Lleida. Le llamé para un entrenamiento y en un partidillo de espacios reducidos metió cuatro goles. Le dije que viniera al día siguiente. Tenía una madurez impropia de un chico de su edad”, rememora Cantarero. En su último entrenamiento del sábado, Torres también marcó. “Siempre ha hecho goles”, dice Toni Muñoz, capitán del Atlético cuando Torres subió al primer equipo: “ Era un chico muy educado que se le veía con una ilusión tremenda por ser futbolista. Lo que representa Fernando es el amor mutuo entre un jugador y una afición”.

En el caso de Iniesta, ya nada será igual en la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Lo saben los jugadores del primer equipo, su staff y, por supuesto, Ernesto Valverde. “No tenemos que caer en el error de buscar una réplica de Andrés, nunca la vamos a conseguir. Hay jugadores con perfiles que se le pueden parecer como el de Aleñá o el de Denis; también está Coutinho, aunque es más ofensivo”, analizó el entrenador del Barcelona, rendido al fútbol del volante manchego. “Ha sido un verdadero honor entrenar a Andrés”, subrayó el Txingurri. Antes de su último entrenamiento con el Barça, Iniesta invitó a todo el grupo a una barbacoa en Sant Joan Despí. “Algo de carne, ensaladas, ambiente distendido, nada especial, pero ha estado muy bien”, reveló el preparador azulgrana.

Ya una vez en el campo Tito Vilanova, Iniesta le dedicó unas palabras a sus compañeros. ¿La respuesta? Un túnel para repartirle una tunda de collejas. Todo eran risas en su último día en la Ciudad Deportiva, hoy hogar de La Masia. Nada que ver de cuando llegó a la cantera azulgrana. A Iniesta le cuesta olvidar su primer día en el fútbol base del Barça. “Parece absurdo, pero es cierto, el peor día de mi vida lo he pasado en La Masia. Así lo sentí entonces y así lo siento ahora, con tanta intensidad como si no hubiese pasado el tiempo”, recuerda el 8, en su libro La jugada de mi vida, en colaboración con Ramon Besa y Marcos López. “Yo me lo quería llevar de vuelta para el pueblo”, contó su padre, José Antonio. Pero apareció la voz tranquilizadora de su madre, María Luján. “De no ser por ti, mamá, nos hubiéramos vuelto para Fuentealbilla. Gracias por haberme enseñado a superar las adversidades”, le dijo Iniesta a su madre.

“Andrés es el ejemplo de lo que es La Masia. Un chico que viene de lejos y le cuesta hacer el cambio, pero lo supera. ¡Y cómo se ha formado! Es duro, pero es ley de vida”, sostiene Piqué. En el retrovisor quedaron 22 años, 32 títulos y un legado para abrir los libros de historia. “Es el espejo en el que se tienen que mirar todos los chicos de La Masia”, aseguró Xavi. “Llegué siendo un niño con 12 años y me voy con 34 siendo un hombre y con una familia maravillosa. No se me ocurriría hablar de títulos, sino de agradecimiento. Me quedo con el orgullo que siento de haber crecido en este club, para mí el mejor del mundo”, remató Iniesta. Él dice que se va, el Camp Nou no le cree. Para la hinchada del Barça su fútbol es eterno. “Los dos son tan grandes, y han hecho cosas tan importantes por el fútbol que el fútbol los termina pagando. Los dos se van con un escenario tremendo, tienen un don, lo que eligen, lo eligen bien”, concluye Simeone.

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