El Fenerbahçe se impone al Zalgiris y Obradovic acecha la Décima

El Fenerbahçe disputará su tercera final consecutiva de la Euroliga tras vencer la resistencia correosa pero inexperta del Zalgiris (76-67). El campeón defenderá el título conquistado hace un año en Estambul gracias al arrebato anotador de Bobby Dixon: 14 puntos en los últimos 11 minutos del encuentro para un total de 19 en los 12 minutos que estuvo en pista. Obradovic disputará en Belgrado su 12ª final en 26 años de entrenador. El serbio buscará la Décima en casa.

El Zalgiris, que regresaba a una Final Four 19 años después, pagó la novatada con un comienzo horripilante que le penalizó durante toda la semifinal y le abocó al papel de perseguidor. Imprecisos y timoratos, los de Jasikevicius tan solo anotaron una canasta en juego durante los primeros siete minutos del partido. Sin embargo, el campeón, mejor plantado pero igual de errático, no supo aprovechar el desconcierto lituano más allá de la diferencia acumulada con el 7-1 inicial. Hubo partido. Avanzando entre la espesura, el primer cuarto se cerró con un 19-13 a favor de los de Estambul cimentado en su ligero dominio bajo los aros y en el brío de Wanamaker, el más fino en la pista en ese tramo. Tardó en romperse el miedo.

La inspiración episódica de Micic entonó momentáneamente al Zalgiris pero, cuando parecía que el perseguidor iba limando diferencias, el Fenerbahçe protagonizó un contundente demarraje con un parcial de 8-0 en tres minutos que dejó tiritando a los de Kaunas (32-20, m. 15).

Con la productividad de Datome y la intensidad de Vesely el conjunto comenzó a marcar territorio al calor de los coros y danzas de su multitudinaria hinchada. Los aficionados turcos acaparaban más de la mitad del aforo del Stark Arena, cercano a las 17.000 personas. “Nosotros tenemos a Obradovic”, rezaba su pancarta más visible, señalando a su entrenador como el tótem del torneo.

El Fenerbahçe superó al Zalgiris en dureza física y mental en la puesta en escena, sin embargo, no logró descoser el marcador. Sin noticias de Jankunas, el conjunto lituano se agarró al partido gracias a los rebotes de Davis y a la paciencia de Pangos. Con una asistencia del canadiense y una canasta de White, los verdes rebajaron una desventaja que llegó a ser de 11 puntos (37-26) y llegaron al entreacto con vida a pesar de sus 12 pérdidas de balón (20 al final) y su 0 de 2 en triples (2 de 10 en total), la estadística que les había traído a Belgrado con un 42 por ciento de acierto.

En la reanudación continuó la secuencia. Una sístole y diástole en el juego y en el marcador de la que siempre salía triunfante el Fenerbahçe. Del 39-35 del minuto 22 se pasó al 50-37 en el 26 y, de ahí, al 50-48 tres más tarde tras un triple de Pangos que encendió las esperanzas lituanas y las alarmas en el banquillo de Obradovic.

No culminó la remontada el Zalgiris y apareció Dixon al rescate con dos triples consecutivos que cimentaron otro parcial de 14-4 para los turcos (66-54, m. 34). Ya no pudieron levantarse los de Kaunas ante la inspiración febril del ahora llamado Ali Muhammed. El trabajo silencioso de Sloukas completó el triunfo turco. El Fenerbahçe intentará revalidar su corona este domingo a partir de las 20.00. En los últimos 15 años solo lo consiguieron el Maccabi (2004 y 2005) y el Olympiacos (2012 y 2013). El abrazo emocionado de Obradovic y Jasikevicius cerró el combate.