Setién, la idea puesta al servicio del Betis
A punto de ser destituido en diciembre, el técnico evolucionó para hacer más competitivo a su equipo y meterlo en Europa
Mañana por la noche, Quique Setién recibirá su primer homenaje como el entrenador que ha llevado al Betis a Europa seis años después. Será en el barrio de la Macarena, en un reservado ubicado a apenas 100 metros del altar donde descansa la virgen que da nombre al conocido barrio de Sevilla. Los béticos tienen ya un nuevo héroe, un cántabro que lloró lágrimas de emoción después de que el Betis venciera al Málaga(2-1) para estar por undécima vez en su historia en una competición europea. “Ahora queremos ser quintos, pero debo decir que no esperaba esta sensacional temporada tan pronto. Ha sido impresionante y hemos roto una racha de frustración de nuestra afición. Pero lo que hemos hecho es hasta cierto punto inexplicable”. Así se expresaba Setién nada más acabar el choque contra el Málaga. A sus 59 años, el preparador vivió una las mayores alegrías de su carrera. “Es una persona sensible. El míster no está acostumbrado a esto y le cuesta entender cómo se vive el fútbol aquí”, asevera Joaquín, prolongación de Setién dentro del campo.
No eran muchos los béticos que esperaban una temporada tan buena. Acostumbrados al dominio del Sevilla en los últimos 13 años, a excepción de la temporada 2012-13, el bético ha dado por fin rienda suelta a la alegría. Para entender el buen curso del Betis, es conveniente analizar varios factores. El primero, sin duda, ha sido la llegada de Setién al banquillo. “Les dije al presidente y al vicepresidente que si estaban seguros de ficharme”, recuerda Setién, firmado por tres temporadas como base de un proyecto a largo plazo en un club con una convulsa vida social.
El presidente Ángel Haro y su mano derecha, José Miguel López Catalán, apostaron por Setién y por el regreso a la dirección deportiva de un hombre que siempre ha sido sinónimo de éxito en su trabajo en el club andaluz, Lorenzo Serra Ferrer. La segunda pieza vital del proyecto, Serra, no dudó en abordar una profunda renovación de la plantilla: llegaron 12 futbolistas nuevos (contando a Bartra y Rubén Castro en el mercado invernal) y el club hizo el esfuerzo de invertir cerca de 40 millones en fichajes. No es un hecho baladí en una entidad que había remodelado el Benito Villamarín y había logrado acabar con la guerra social después de la compra de las acciones a Manuel Ruiz de Lopera.
La llegada de futbolistas como Guardado, Javi García, Feddal, Tello, Barragán y Sergio León le cambiaron la cara a un equipo donde la eterna juventud de Joaquín (36 años) y el meta Adán eran las únicas referencias válidas. Con unión y compromiso, más el estilo de posesión impuesto por Setién, el Betis deslumbró a principios de temporada: ganó en el Bernabéu (0-1), destrozó al Levante (4-0), empató en Anoeta (4-4) y venció al Alavés (2-0). Un Betis de toque que, sin embargo, se desplomó el 20 de noviembre con un 5-0 en el feudo del Eibar. Tras ser vapuleado por el Cádiz en la Copa (3-5) y acumular dos derrotas seguidas en la Liga (Las Palmas y Atlético), el Betis resurgió en Málaga (0-2) para volver a caer en casa frente al Athletic (0-2).
El retoque
Entonces, era 14º y algunas voces en el club planteaban la destitución de Setién. Serra abortó el intento. Al mismo tiempo, planeó junto al entrenador el que sería el giro básico de la temporada. El Betis se gastó 10 millones de euros en el fichaje de Bartra, incorporación clave para que Setién modificara tácticamente al equipo con una línea de tres centrales. Además, el técnico recurrió a la cantera: subió al primer equipo a Junior, Francis y Loren. Con la joven sangre bética inyectada en vena, Setién redobló la confianza en otro canterano, Fabián, quien como el propio equipo disparó sus prestaciones en una gran segunda vuelta. “Lo fácil era destituirme tras lo del Cádiz, pero eso no era bueno para el futuro”, recordó Setién en la festiva noche del lunes.
El derbi marcó el camino de salida con un 3-5 en Nervión. Libre de cargas físicas y mucho más equilibrado con la llegada de Bartra, el Betis despegó. Después de caer 3-5 ante el Madrid el 18 de febrero, el equipo, perfeccionado por Setién, solo ha encajado cuatro goles en los últimos 11 choques, de los que ha ganado ocho, empatado dos y perdido solo uno, ante el Valencia (2-0). Tras esa derrota, lleva ahora ocho partidos sin perder (siete victorias y un empate), con 22 puntos de los últimos 24 en juego. Con un total de 59, está cerca de batir el registro de puntos histórico del Betis en una Liga de 20 equipos (62 puntos con Serra en 2005). Una racha tan buena que le ha abierto las puertas de Europa cuando faltan tres jornadas para el final de la Liga.
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